martes, 20 de abril de 2010

El torno gira lentamente, a mi control. Mi pie sube y baja rítmicamente, una y otra vez, me gusta sentir el aire subiendo por mi pierna. Las manos se deslizan sobre las paredes de barro, la masa informe suelta trozos que caen al suelo, asas de jarrones o brazos de bailarinas, vidas que nunca llegarán a nada. Poco a poco las manos se van cerrando, el jarrón va tomando forma, mi creación se va izando hacia el cielo, poco a poco, muy poco a poco. Un dedo meñique tiembla, un simple dedo meñique que no sirve para nada tiembla, y corta el jarrón por la mitad. El barro salta por todas partes, el jarrón llora porque nunca existirá. Tengo que agacharme hasta el suelo, hundirme para recoger los pedazos de mi fracaso, y volver a montar el jarrón. Miro por la ventana, miro el mar, miro la sal que flota en el ambiente, miro toda la vida que se escapa mientras yo permanezco aquí, con este engendro, algo que nunca quiso existir y nunca deberá existir. Vuelvo a tirar el barro contra el torno, me lavo las manos, que todo vuelva al punto de partida. El torno gira, el pie sube y baja, pero no puedo sentir el ritmo, mi control no existe. Ninguno de mis movimientos me pertenece, nada es mío menos esta sensación de que fuera el sol brilla, y yo trato de crear un punto de luz en este cuarto cerrado.

jueves, 15 de abril de 2010

martes, 13 de abril de 2010

Sonríeles. No hagas que la semana sea una sucesión de discusiones en un vía crucis eterno. Sonríeles, pero que no se crean que son accesorios. Hazles pensar que estás ahí porque quieres, intenta hacer ver que apruebas todo lo que hacen, por qué susurras todo lo dicen. Miénteles, pero no les hagas creer que para ti son los reyes del mambo, que morirías simplemente por tener sus ojos. Miénteles, pero no les dejes que se adueñen de ti, de tus días, de tu alegría. Sonríe por encima del barro y del hedor, de las conversaciones vacías y las miradas huecas. Si estás ahí es porque tienes que estar, pero recuerda que tienes que estar porque quieres tener que hacerlo. Recuerda los días azules pasados y futuros, los fuegos artificiales que todavía no han ardido, las borracheras que todavía no han acabado en resaca. Piensa en tus hijos, en tus nietos, y recuerda que tendrás que mirarlos a los ojos, y ser un guía hasta que los defraudes. No te puedes permitir no creer en ti mismo. Pasa de todos, sonríe y deja que sigan viviendo su mundo de mentira. Miénteles, pero nunca dejes que la mentira se convierta en realidad.

domingo, 4 de abril de 2010

Y ver tus ojos,
y admirarlos.
Mirarlos, y perderme
en ese brillo, en esa vida que es la que
me falta, la que miro por la ventana
cuando nacen los fuegos artificiales
y la que extraño en cada parada del bus,
en cada paso sin dueño
Bueno, tú eres la dueña de todo,
de mis palabras, de mis logros,
pero nunca de mis ojos.
Porque mis ojos nunca brillarán como los tuyos
y no serán más que un quieto reflejo,
un lago al que te asomas y del que te sorprendes.
Un lago cuyo único atractivo son tus ojos, tu mirada.
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