miércoles, 22 de febrero de 2012

Entra y piérdete en mi manga, te guardo un sitio entre la raya negra y la blanca. Entra pequeña, con tus mofletes y tus risas de confianza; de nuevo está de moda tirar de la faldeta de la camisa para llamar la atención. Siéntate como solo tú sabes, con los brazos abrazando las piernas y sonriendo. Siempre riendo, hasta que la tierra pisada vuelva delante de ti. No necesitas fotos para tu nuevo hogar porque todas son iguales, en todas desbordas con tu brillo y tu ilusión. Ni hace frío en diciembre ni escuece al limpiarme una herida. Los soplidos cortos, suaves, como una madre. Nocilla, sándwiches cortados en triángulos, leer libros debajo de una mesa. Aprender palabras de cinco o seis sílabas solo porque son raras y graciosas al pronunciarlas.

Me iré lejos pero seguirás en mi manga. Saltaré, vomitaré, cavaré y me bañaré sin miedo a perderte pero con la libertad de no estar atado a nada. Tendré mis momentos privados, podré hacer lo que quiera sin necesidad de preguntar a nadie, sin evaluar ninguna cara. Todo porque te tendré guardada en mi manga y te rescataré cuando quiera. Yo viviré en tus rizos y saltaré cuando me lo pidas.

lunes, 20 de febrero de 2012

Organizamos puntos de quedada, cómo defendernos las rodillas, la cara. Sobre todo la cara. Porque mañana vendrán y no verán personas sino bultos y pegarán donde puedan. Y donde quieran. Mañana brotará la sangre y no será una mancha en una fotografía; te habrán roto la nariz, el fémur. No caigas en el error fácil de llamarlos hijos del franquismo porque nada tienen que ver con sus ideas. Los que pegan lo hacen porque pueden y les gusta. A todos nos gusta pegar, romper, reventar, causar dolor sin sentir remordimientos. Y cuando eres policía, todas las barreras desaparecen. Mañana no veremos personas que cobran un sueldo para pagar su hipoteca. Lo de mañana serán cascos y botas, gritos y tocineras aparcadas un poco más allá. Venden tranquilidad pero compras represión, y la compras sin darte cuenta el día que sonríes con Rasca y Pica, la noche que arrojas un botellín de cerveza tras otro solo para ver cómo se revienta al llegar al suelo. Mañana te calzarás un casco y unas botas si no te plantas delante de ellas y gritas. No me hables de arrojo, de miedo o compromiso. El siglo XX fue el siglo de los valores, sí, pero nada queda ya de ellos. Ahora queremos objetos; el único símbolo que aceptamos es el dinero, igual de vacío que las banderas o las palabras. Precisamente por eso, porque ahora solo podemos regalar objetos y no símbolos, estamos más solos que nunca. Por eso cada día surgen manifestaciones, líderes llamados a encabezar un cambio, una spanish revolution, pero mañana la prensa habrá descubierto un corredor de maratón sin piernas y ese conquistará todas las portadas. Mañana nos protegeremos, nos pegarán, sangraremos, nos haremos fotos y fardaremos de esas heridas en Twitter, Facebook, Tuenti... Pasado mañana, o al otro, agacharemos la cabeza porque nos aplaudieron pero permanecieron sentados, nos dieron las gracias solo por haberlo intentado.

Primero se llevaron a los comunistas
pero a mí no me importó
porque yo no era. 

En seguida se llevaron a unos obreros 

pero a mí no me importó 
porque yo tampoco era. 


Después detuvieron a los sindicalistas
pero a mí no me importó 
porque yo no soy sindicalista. 


Luego apresaron a unos curas
pero como yo no soy religioso
tampoco me importó. 


Ahora me llevan a mí
pero ya es tarde. 

Martin Niemöller

domingo, 12 de febrero de 2012

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;

Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.

Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día! 
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante, 
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.

Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.

 The road not taken, by Robert Frost.


domingo, 5 de febrero de 2012

No me gustan los retos. 
Esquivo todos los desafíos.
Mis oídos olvidan cualquier dedo señalador, cualquier mirada expectante. 
Cap ou pas cap?

No necesito luchar para probar nada.

Y aunque tuviera que hacerlo, no lo haría. 
Nunca demuestres nada, excepto que sabes hablar. Y escribir. Sentir. Amar. Besar. Pegar. Robar. Aprobar. Retrasarte. Insultar. Escuchar. Sonreír. Fingir. Disfrutar. Bailar. Matar. Bueno, no, bailar no. Sonreír. Improvisar. Sonreír. Dejarte llevar. Sonreír. Hacer sonreír.
No aceptes ningún reto, salvo ser imprescindible para alguien. Todo lo demás va en el pack. 
 

Copyright 2010 Archivo de las pequeñas cosas.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.