lunes, 20 de junio de 2011

Morirás. Desaparecerás. No eres nada, nunca serás nada. Siempre habrá alguien mejor que tú, y si no lo hay, te enfrentarás a la historia. Ese abuelo que te decía que aprovecharas la vida cuando la vida empezaba para ti, ese abuelo serás tú. Un día estarás arrugado, un día pasará la orquesta bajo tu ventana y no estarás bailando. Un día se acabará la tinta y te dará igual. No solo mueren los demás; un día serán tus ojos los que alguien tendrá que cerrar por ti. Los amaneceres, los portales, los abrazos y los ojos brillantes, todo eso será pasado, y venderías a toda tu familia por una noche de tu juventud. El tiempo no pasa, tú eres quien pasa y desaparece, mientras el reloj da una vuelta más, siempre. Tu vida no es nada, tus años no son nada. Hoy estudias, mañana beberás para olvidar un despacho que dura ya 20 años. Vivimos y morimos, somos así, ¿por qué? Como dijo una peluquera, no te preguntes nunca por qué, sino para qué. Para que disfrutemos de cada amanecer, de cada portal, de cada pequeña mano que se aferra a tu mano. De cada rizo que cae por una espalda. De cada correo, de cada minuto sentados en los escalones, dejándose salpicar por el futuro. Un día morirás, y vendrán tantos detrás de ti que tú ya no existirás. Pero si el futuro llega, es gracias a ti. Vive cada hoy, para que llegue un mañana.
 

Copyright 2010 Archivo de las pequeñas cosas.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.