martes, 29 de diciembre de 2009

Necesito un abrazo.

viernes, 25 de diciembre de 2009

De día viviré
pensando en tus sonrisas;
de noche las estrellas me acompañarán.
Serás como una luz
que alumbre mi camino;
me voy pero te juro que mañana volveré.
[...]
Forjarán mi destino
las piedras del camino;
lo que nos es querido siempre queda atrás.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Clávate ese cuchillo, puedes estar tranquila de que yo te curaré. Salta, bebe, vive, deslízate por todos los toboganes que te brinde la vida. Siempre podrás contar con la ayuda de tus amigos, siempre habrá un cinturón que te sostenga, una manta donde acurrucarte y dormir sonriendo, sabiendo que hace frío, pero tú no lo sientes. Desafina en los karaokes, escupe a la cara de los que pasan, ponte el mundo por sombrero y luego arrójalo al primer banco que veas. No te preocupes de nada, porque tienes amigos, y tus amigos serán la luz que veas cuando cierres los ojos, la mano que te busca entre el fango y los cadáveres. Las palabras surgen, las conversaciones duran, y todo simplemente porque son tus amigos, y son partes de tu vida, partes de tu alma encarnadas en otros cuerpos, otros cuerpos que te dejaron partes de sus almas. Un diamante que contiene retazos de gema y rubí, de incienso y de literatura. Un diamante forjado en las entrañas del dragón, que relucirá por siempre en el más oscuro temor. Porque los diamantes se forman tras demasiados años como para comprobar el proceso. Porque los diamantes son los más duros, pero también los más hermosos.

martes, 15 de diciembre de 2009

La piel no se agrieta, ni se arruga,
sino que el amor no cabe dentro de uno,
y se deposita en la superficie.
Cuando morimos, la piel arde en la noche de los tiempos,
y el amor se evapora, permanece en el ambiente.
El amor empalaga más que el incienso.
No podemos mirar a través de él.
Si tragamos el humo para ver el suelo, nuestra mente
arde
y caemos.
Pero la luz siempre vuelve. La luz siempre está ahí.
Cuando nos mordemos al comer, brilla.
Cuando lloramos y golpeamos la pared, brilla.
Siempre brillará.
Aunque a veces no seamos capaces de ver que el amor
es la luz.
Solo debemos esperar.

sábado, 28 de noviembre de 2009

En pocos días se cumple el aniversario de las muertes de dos grandes músicos: Freddie Mercury y George Harrison. El de Mercury me pilló fuera de casa, pero no puedo evitar recordar el de Harrison. El beatle desconocido, el "beatle introvertido", el guitarrista que al principio era despreciado por sus compañeros por ser el más pequeño, es sin duda mi favorito. No podría decir por qué, pero las canciones que compuso él destacan entre las demás, tienen un toque totalmente diferente. Hoy os dejo con una de ellas, mi favorita: While my guitar gently weeps. Disfrutad de su obra, que es lo que siempre perdurará. Un abrazo.


lunes, 23 de noviembre de 2009

Las uñas carcomidas decoran el teclado.
Se clavan en los dedos.
Escribir dolor duele de verdad.
Risas entre cristales empañados, un viento que entra
por debajo de la puerta.
Appropiate place,
palabras que quieres que signifiquen una sonrisa,
un niño que salta corriendo a tu cama,
una mañana de domingo entre los brazos de tu madre.

Uñas, escamas y lágrimas.
Sangre y letras. Poesía.
Falsedad. Mundos que no existen. Miradas imaginadas.
Y una noche, que llega o nunca llega.
Pero está, lo prometo.
Y una voz.
Una voz.
Una voz que siempre me acunará.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Gracias. Todas las demás palabras sobran.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Se hace camino al andar, pero ¿qué pasa si no caminas, si solo ves cómo avanza el paisaje? Sonríes, saludas a la gente que pasa a tu lado, pero todo pasa. Las orejas nublan mi vista, la barba puebla mi mente, pero en el exterior nada cambia. Todo pasa, pero nada cambia en mí. O igual todo ha cambiado, pero nada se muestra diferente. Me escondo tras la cortina, te miro sonreír, te llamo en sueños, pero sigues riendo a otro. Arpa, truenos, tus dientes en mi oreja. Pero nada me toca, nada me mueve. Te digo que te quiero, sonríes y sigues bailando, sigues viviendo. La reacción lógica sería pedir otra cerveza, pero ¿desde cuándo soy lógico? ¿Desde cuándo mis comportamientos son predecibles, comprensibles? ¿Acaso alguna vez no escribí hasta que me sorprendió el sol, no derramé sangre hasta que la luna lloró? Cada vez me respiras, mi casa tiembla. Cada lágrima, cada gota de saliva de escupes al hablar, me pertenecen. Lo sé, y siento que es verdad. Pero necesito más.

lunes, 2 de noviembre de 2009

El caminante sobre el mar de nubes - Caspar David Friedrich

miércoles, 28 de octubre de 2009

Si la palabra existiera, estoy seguro de que sería un hombre. La palabra es un significado detrás de un conjunto de signos, un ideal escondido tras capas de sinsentido. La palabra no es como la música, no es un arte que entre y se quede, sino que tienes que ir a su encuentro, tienes que correr bajo la tormenta y jugarte la vida para encontrar solo una coma. La palabra no es una rosa que crezca bajo mimos, es una espina que sale del alma cuando menos se desea, un dolor que a bases de noches en vela y pensamientos indeseados se transforma en algo que podría pasar por real. Pero si hay algo que posee la palabra, eso es una finalidad: la palabra busca comprender y ser comprendido, intenta ser un puente entre almas y sentimientos. A veces la palabra se pierde en vericuetos innecesarios, demasiadas discusiones sobre si esto es nexo o enlace, pero siempre, si rascas bajo la superficie, encontrarás el brillo de la razón, pero también del sentimiento. Ni tan desbordante como la música, ni tan cuadriculado como las matemáticas, así es la literatura. Un pobre juego en el que no buscamos encontrar fama ni dinero, ni siquiera lectores, sino a nosotros mismos. Después de un año y medio no sé si he visto más allá de mi nariz, pero he descubierto grandes palabras, que hoy cumplen años. Felicidades, esta entrada es para ti.

miércoles, 21 de octubre de 2009

El mundo es dolor, así que sufre. Muevo los hielos con la punta de los dedos, y sonrío. Yaces roto a mis pies, vistes harapos, y escupes sangre. Dime ahora que visto hortera, que mi pañuelo destaca demasiado; suelta alguna palabra entre tanto diente roto. Ah, ¿es que ya no gritas? ¿Acaso tienes algún hueso sano, alguna parte de tu cuerpo ha escapado a mis matones? Con la punta de la lengua me acaricio los labios, cortados y resecos, pero mejores que los tuyos. Siento tu mandíbula en tensión, tu espalda arqueada, te incorporas levemente y me miras a los ojos. Arrojo el vaso y me tiro al suelo, de rodillas enfrente tuyo, mis cabellos casi rozan tus heridas, mi nariz puede acariciar tus ojos negros. Mi mano huesuda, blanca, sostiene tu cara frente a la mía, mis ojos de serpiente se reflejan en los tuyos. No reconozco mis rasgos, mis pómulos están pegados al hueso, el pelo de rata cae lacio sobre las orejas puntiagudas. Al ver tus mejillas sonrosadas, las costras de sangre en tus labios, no puedo controlarme y mis uñas sarnosas se clavan en tus mejillas, tu sangre cae sobre el suelo de noble madera. Joder, no me manches el batín. Poco a poco la niebla se apodera de tu mirada y caes redondo. Froto las yemas de los dedos teñidos de rojo, disfruto del calor de la sangre extraña. Me inclino sobre tu cadáver, intento aspirar tu alma, borrar tu rastro de este mundo, pero no puedo. Un pitido hiere mis ojos, hiere mis manos, hiere mi alma. Entre sudores fríos despierto, y no puedo retener el corazón en el pecho.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Al principio, la música tenía una función, servía para embravecer a los soldados antes del combate, para adormecer los sentidos o para enseñar las historias de la Biblia. Sin embargo, llegó el sol y apareció el arte por el arte, la música es el fin en sí mismo. Con esto, los instrumentos fueron cada vez más complejos, los intérpretes se vieron obligados a elegir un único amigo de cuerda, viento o metal. Se puede pensar que esto conllevaría una pérdida de armonía, pero todo lo contrario. Los artistas conocían las virtudes de cada instrumento, y en vez de cerrarse, miraron el mundo y se unieron. Nació así la música de cámara, la unión de todos los instrumentos, y fue evolucionando hasta llegar a la ópera, unión de instrumentos y voz humana. Más de cien personas, que antes ocupaban todo el escenario, se apartaron para admirar a una sola persona. Una sola persona llena el escenario. Una sola persona, sin instrumento alguno, se impone sobre los demás, corta el aire del teatro para transportarnos a otro lugar, para hacernos sentir como nunca podríamos imaginar. Todo su cuerpo se mueve a la vez, toda su alma se agita y se deleita con un único objetivo: ser música. Trascender las barreras de este mundo, y ser un ente de energía pura, la perfección, la música. La música verdadera, el verdadero arte, no va de enamorar a quinceañeras. No va de contar cuánto sufrimos cada vez que vemos ponerse el sol. Ni siquiera va de transmitir sensaciones, de hacer sentir al oyente. La música solo consiste en ser música, en vibrar con la música. La música es el fin en sí mismo, no sirve a ningún amo más elevado. Quizás la música no sea perfecta (acaso algo lo es), pero es el único fin. Es la única mirada que estremece. Es el único perfume que embelesa. Y tú, tú eres mi música.

domingo, 11 de octubre de 2009

Como muchos de vosotros sabéis, ayer empezaron las fiestas del Pilar con el tradicional pregón de fiestas, este año a cargo de José Antonio Labordeta. El día del pregón siempre ha sido mi favorito, porque la fiesta comienza en el autobús hasta la plaza, cantando, y sigue en la plaza del Pilar, cantando. Pero lo mejor, lo que más me gusta de las fiestas en general, viene a continuación, y son los fuegos artificiales. Cuando los miro, me veo como un niño pequeño que se aferra a un globo y suspira con cada explosión. Los fuegos artificiales me apasionan, porque creo que representan al ser humano en general, es una lucha del hombre por desafiar a la naturaleza y a Dios. Al lanzar un cohete, buscamos que llene la noche con su luz y su ruido. Buscamos crear nuevas estrellas, iluminar la oscuridad nocturna, y lanzar truenos que resuenen más que los del mismo Zeus. El hombre busca elevarse, abandonar la tierra y escribir su nombre en el cielo, equipararse a su creador, permanecer por encima de la mediocridad. Pero como somos hombres, somos mortales. Las luces se desvanecen poco a poco, el ruido pasa y la noche impone su velo. Pero lo que más me gusta, lo que no se puede copiar de quienes imitan a Dios, es la emoción, los cabellos que se erizan con cada detonación, la lengua que chasquea impaciente con cada estela que surca el cielo hasta que explota en miles de colores. El hombre nunca podrá escribir su nombre en la noche, pero siempre dejará un reguero de emoción, lágrimas y bocas abiertas en los niños que se aferran a su globo, ya les falten dientes o pelo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Pude equivocarme, pero no en esto. Dispara otra vez, clava más hondo el cuchillo, pero me da igual, porque tengo sus ojos aquí mismo, y lloran por mí. La sangre corre por mi sien, se mezcla con el sudor y el miedo, pero aun así sonrío, porque siento sus finas manos levantando, sus cabellos lavando mi cara. No soy Dios, pero no me podría sentir mejor. No sonríes cuando me ves, no saltas sobre el césped para que todos te vean, y por eso te quiero. Cuando sostienes tu carpeta, cuando simplemente estás de pie a mi lado, puedo ver la pauta del mundo, la razón del dolor, todo ha pasado para que tú llegues aquí, para que me mires, y suspires. No utilizaré condicionales, no voy a contar lo que te haría, porque no necesito más sueños: ya te tengo a ti. No quiero releer lo que escribo: no tiene sentido, y lo sé. No necesito que me lean, no necesito que me aplaudan, que me coronen; solo te necesito a ti y a tus abrazos. Solo busco un beso de tus labios, que me saque del pantano y me permita respirar. No vengas si no quieres, iré yo. Cortaré árboles, derribaré edificios, sembraré el caos y el fuego solo para tenerte. Pude equivocarme, pero no en esto.

domingo, 4 de octubre de 2009

Abel y Caín se detuvieron junto a la orilla del inmenso lago. Jamás habían visto nada semejante. –Ahí dentro hay alguien –dijo Abel, sin entender que lo que veía no era más que su reflejo en el agua. Caín reparó en lo mismo y levantó su bastón. La imagen hizo lo propio. Caín se preparó para el golpe; su imagen, también. Abel contemplaba la superficie del agua. Sonrió, y la imagen sonrió. Soltó una buena carcajada, y vio que el otro lo imitaba. Cuando se fueron de allí, Caín pensaba: «Qué agresivos son los que viven en ese lugar». Y Abel se decía para sus adentros: «Quiero volver allí, porque he encontrado a alguien hermoso y con sentido del humor».

domingo, 27 de septiembre de 2009

Te quiero. No sonrías así, no me gusta, me hace daño. La desidia hiere más que el acero. Mil veces. Vine solo a decirte que eres el nudo en mi garganta, las mariposas en mi estómago, el sombrero de paja. Cada metáfora eres tú. Cada nota, cada adoquín, ahí estás tú. Y por eso doy gracias al cielo, porque estás. Me da igual ser la mosca que un rapero, porque tú estás. Cuando tomo apuntes, debo controlar la mano para que no dibuje tus ojos. Cuando respiro, debo tener cuidado para no gritar tu nombre. Cada paso que me ha traído aquí, hasta la habitación 502, ha sido una palabra tuya. 502 palabras, no todas dichas, ni siquiera todas reales, pero tuyas. Por mi camino he recogido mechones de pelo, labios resecos y escamas. Ahora muero en el marco de la puerta; deseo decirte que el sol brilla para que tus ojos reluzcan, que el viento silba para despeinarte, pero solo me observas por la mirilla. Esto es un juego sin final, pero tampoco tiene principio. Todo es un flujo de vainilla y hielo, un río de cerezas. Todo viene y va, todo gira y vuelve a comenzar, pero hay cosas que permanecen enarboladas por algunos locos. Como por ejemplo, un te quiero.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Hoy seguimos con conversaciones con amigos. El otro día estaba hablando con unos amigos sobre la palabra bohemio. No sé cómo, salió esa palabra, y se sorprendieron de que la calificara de insulto. Antes, un bohemio era un verdadero artista, despreocupado de la reacción de los demás, solo centrado en su obra. Sin embargo, ahora los que se llaman bohemios son aquellos que solo buscan que la gente les aplaude. Han construido una fachada que "mola", utilizan el arte como una forma de atraer a grupis deseosas. Además, suele pasar que los bohemios se autoproclaman como tales y se adueñan de escenas bucólicas, como tumbarse en la carretera, cuando en realidad el arte no es así. Odio a los bohemios a muerte, son los especímenes que más detesto. Yo no soy nada, pero me gusta el arte, necesito el arte, y odio la gente que utiliza el arte para hacerse notar, para atraer más chicas al asiento de atrás. Odio que muchas personas solo vean las poses al pintar, las camisetas molonas del batería en el concierto, y no vean más allá. Odio que el arte se prostituya y se convierta en luces de neón para moscas indecisas. Odio a los bohemios guays, y amo a los artistas que no se lo creen. Un abrazo.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Hay canciones que son más de lo que dicen, más de lo que cuentan, aunque muchas veces ni siquiera lo sepamos ver. Un ejemplo de esas canciones es With or without you, de la que ya hablé. Hoy voy a hablar de otra gran canción que tiene para mí otro gran significado: Bohemian Rhapsody, de Queen. Evidentemente, no soy tan estúpido como para creer que este es el concepto en el que pensaban los autores, pero es el concepto en el que pienso yo. Bohemian Rhapsody, para mí, trata sobre la vida. Todos los cambios de ritmo, de intensidad, marcan cambios en la vida. La canción arranca con los 4 miembros (Freddie Mercury, Brian May, John Deacon y Roger Taylor) cantando a coro, a capella, muy lentamente. Como el niño que todavía no ha nacido, que vive en sintonía total con su madre, se pregunta sobre lo que ve, lo que siente: ¿Es esta realmente la vida, es pura fantasía? Poco a poco se une un piano, las voces se desdoblan, se contestan: el niño nace. El piano, como una nana que duerme al niño, sirve de acompañamiento a Freddie, que canta suavemente sobre el dolor, sobre la muerte, como la madre que alerte al niño, pero siempre con dulzura. Aparece la batería, el niño crece y sale de casa, tiene amigos. Suenan unas campanillas, el niño quizás se enamora de su amiga, de su vecina. Brian May a la guitarra, la fuerza del niño supera el cariño de la madre, se transforma de repente en un adolescente. Cambia la música, es la parte más caótica, más extraña. El piano, antes suave, ahora es cómico, extraño. El adolescente no tiene a nadie, pero todo el mundo le asombra, le defrauda. Todo el mundo es su guía, durante dos días. Miles de voces, pero sin sentido, necesita un referente. Rayos y truenos, sombras de hombres. No hay luz. Pero el chico es fuerte, y aprende del dolor. La batería, la guitarra, el sufrimiento, todo se convierte en su apoyo, en su fuerza para afrontar el mundo, y madura. Se hace un hombre, se enfrenta a los que le oprimieron. Tiene fuerza, tiene valor para enfrentarse a todos: Así que pensaste que podías apedrearme sin más. Pero el tiempo pasa, las fuerzas se van, y poco a poco envejece, aunque cuando comienza a darse cuenta sus dientes ya duermen en un vaso. La guitarra pierde su fuerza arrebatadora, se acerca a una melodía de misa. Vuelve el piano, pero esta vez como el bastón que acompaña al anciano hasta su tumba. Nada me importa en realidad. Las notas son cada vez más lentas, los latidos son cada vez menos, hasta que desaparecen. Al final, el legado es siempre el mismo. El viento, que aparecía al nacer, vuelve a aparecer al morir. La canción, como la vida, es siempre el último suspiro, el último mensaje: Anyway the wind blows. El viento sopla, se lleva las cenizas del anciano y acaricia el pelo del recién nacido. Un círculo cerrado, que comienza y acaba con la muerte, y que comienza y acaba con Mercury, May, Deacon y Taylor cantando a la vez: el dolor y la alegría unen al hombre y marcan la vida.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Daniel Powter - Bad day

miércoles, 19 de agosto de 2009

Las bombillas se reflejan en tu pelo, en tus ojos, en tu cuello. Sentado en la cama te observo y disfruto de la vida, porque verte es mi vida. Las manos, expertas, van del cepillo a la sombra de ojos, todo el tocador es un altar construido en tu honor. El móvil vibra, y sonríes, y yo sonrío. Te acercas a la cama y te sientas a mi lado. No me miras, pero me da igual. Me pierdo en tu perfume, floto en la felicidad que se derrama sobre tu cuello. Te vuelves hacia mí, me miras pero no me ves, y tratas de espantarme. Me alejo un poco, y sigo disfrutando. Mi pequeño cuello se balancea de un lado a otro, siguiendo tus caderas, tu sagrada tripa, donde bebería mil rones o cien cavas. No puedo evitarlo, salgo volando hacia esa peca que me vuelve loco, quiero acariciarla, quiero sentirla parte de mí. Me acerco, me da miedo tocarla, me da miedo ser parte de ti, pero al final lo hago. Te vuelves y me descubres, intentas cazarme. Intento huir, pero eres más rápida. Mis pequeñas alas no pueden huir del matamoscas, y al final acabo en tu tocador, al lado del pintalabios. Sangro, lloro, pero me enternece pensar que soy parte de tu altar, que estoy justo al lado del objeto que cada noche besa tus labios. Poco a poco me muevo, yo también quiero probar esa miel, pero me ves, y no me dejas huir al cielo. Me arrojas al suelo. Tu zapatilla, ese perrito marrón con ojos saltones que me cautivó, se cierne sobre mí. Cierro los ojos, siento tu perfume, y soy la mosca más feliz del mundo.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Francis Bacon: Study after Velazquez's Portrait of Pope Innocent X
PD: Como esto es algo nuevo, explico el funcionamiento. A partir de ahora, junto a las típicas idas de olla y vídeos de youtube (los dos pilares de mi blog, como ya he dicho alguna vez), también publicaré cuadros y fotografías que me llamen la atención. Como siempre, un abrazo.

jueves, 6 de agosto de 2009

Es natural en el ser humano asociarse con aquellos que son más similares, con el fin de vencer a los diferentes, que siempre se han considerado los "malos". Sin embargo, esta asociación que en ocasiones puede ser legítima, en el terreno cultural solo conlleva problemas. En la guerra, los soldados no piensan, o al menos no se les paga para que piensen, sino que actúan. En la paz, por el contrario, las personas debemos pensar, y no podemos pensar correctamente si solo nos reunimos con nuestros amiguitos. Lo cómodo es pasar la vida entera con tus amigos de la infancia, cuyos secretos e ideologías conoces, pero no es lo mejor. El ser humano en general solo avanza cuando se encuentra con situaciones diferentes, en lugares distintos, con personas desconocidas. Es entonces cuando la filosofía, el arte, la política o la seducción progresa, y supera el estancamiento inicial. No se trata de abandonar las bases, de olvidarse de nuestros amigos de la guardería, sino de construir sobre esas bases, de enriquecer nuestra relación con las aportaciones de terceros. En el pasado, los emperadores y príncipes solo se casaban con familiares, con ramas dinásticas similares. Esta endogamia produjo una degeneración que condujo al final de muchas familias, como el caso de los Austrias con Carlos II. En el panorama intelectual (palabra pretenciosa pero necesaria) ocurre lo mismo; si escuchamos solo un tipo de música, si leemos solo un tipo de novelas, si frecuentamos solo ciertos bares nos arriesgamos a la muerte, no de una dinastía, sino de nuestra cabeza. Por eso, no debemos encerrarnos en nuestros gustos, sino intentar comprender al otro, no solo en el terreno artístico, sino en todos. Un abrazo.

viernes, 31 de julio de 2009

Ayer fui a un concierto de Carlos Baute, por motivos laborales, y entre hormonas revolucionadas y movimientos de cadera escuché una cosa que me impactó. Baute, con su cuerpo deseado por muchas, va y se pone a hablar de que se enamoró de una amiga, y de que le hizo mucho daño. Y yo, a partir de ahí, empecé a odiarlo de la peor forma que puedo odiar, bajo una sonrisa. Odio la falsedad, pero la entiendo, sé que el ser humano vive de apariencias, pero hay dos tipos de falsedad que no puedo soportar: la relativa al arte y al amor. Todo aquel que utilice el arte o el amor como mercancía, como quilates para revalorizarse en el mercado, se han ganado de inmediato mi odio. Cuando Baute hablaba de cómo ella lloraba en su hombro, y de cómo él sufría en silencio, me entraban ganas de saltar al escenario y partirle la boca. El amor nunca, nunca, puede ser utilizado como plataforma a la que subirte para dejarte ver. No podemos utilizar el sufrimiento como arma para conquistar, las lágrimas como silbato que llame a los besos. Por eso cada vez que hablo en el blog de algo parecido que me pasa a mí, odio parecer que me vendo. Para mí, el escalón más bajo al que puedo llegar es prostituirme moralmente, no respecto a principios filosóficos, ya que estos cambian y deben cambiar con la edad, sino respecto al arte y al amor. Cuando leo un libro, o cuando comento algún dolor, nunca lo cuento con ricas descripciones, solo para que no sea una mercancía más. El amor es lo más puro que hay, y por extensión el arte también goza de esa pureza privilegiada. Quien la perturbe merece el peor castigo que me atrevo a infligir: la más tibia indiferencia y desprecio.

viernes, 24 de julio de 2009

Los árboles se suceden rápidos, como un trilero engañando a la realidad. La línea discontinúa renuncia a su ser y se emborrona hasta el infinito, una sola raya imposible de dominar. En la radio gente intenta hablar, vocalizar, pero las palabras se pierden en la garganta, la verdad no puede ser nombrada. Mi frente reposa sobre el cristal, mi sudor empavona el cristal, y el cristal me separa del resto del mundo. De ti. No es solo distancia externa, sino también interna. Cada vez te siento más lejos, cada vez tus fotos me recuerdan menos tu perfume, y cada vez menos horas se llenan con tu mirada. La vida pasa, el dolor mitiga (aunque nunca se olvida), pero los sentimientos quedan. No temblaré cuando te vea, pero tampoco esperes que caiga de rodillas y dé gracias al cielo por haberte traído a mi vida. No es resignación, tampoco desilusión, es solo hibernación.

sábado, 18 de julio de 2009

Mi madre tiene una frase que siempre me ha fascinado: Si todos vienen a mi casa, por algo será. Lo que quiere decir es que la mejor forma de comprobar si una persona es "buena" es por sus amigos, no por el número, sino por su relación con ellas. No creo que yo sea bueno, pero tengo unos grandes amigos, los mejores que podría imaginar. Hoy, 18 de julio, es mi cumpleaños (sí, ya sé, una mala fecha en la historia de España), pero para mí siempre ha sido un día normal, excepto porque tengo que contestar llamadas de familiares y fingir emoción por hacerme viejo. Sin embargo, este año ha sido totalmente diferente. Ha habido 3 detalles que me han hecho llorar (de momento solo 3, que nadie se sienta ofendido), y han sido 3 muestras del cariño más grande. Dos han sido entradas dedicadas en dos blogs, y otra ha sido de mis amigos de toda la vida. Mi primera lágrima de hoy ha salido en El atascado cajón de sastre, al leer las palabras que Luuu ha sacado desde lo más hondo de su corazón. Solo la conozco de un año, pero es como si la conociera de toda la vida. He llegado a un grado de compenetración casi perfecta, pensamos casi lo mismo casi a la vez, por eso llamamos la atención, por eso y porque somos diferentes, y estamos orgullosos de ello. Otra lágrima ha salido con otro amigo con quien también soy diferente, Gory, en Mi rinconcito musical. Una de las pocas personas que conozco capaces de decir que les gusta Eurovisión sin avergonzarse ni perder un ápice de su dignidad. He compartido muchos momentos con él, buenos y malos, y por eso estoy muy unido a él, a pesar de que lo conozco desde hace un año, y hace poco que intimamos, pero hemos llegado a tener una relación muy estrecha. Por último, mis amigos de toda la vida, que los mataría. Ayer se suponía que iba a ir a la gala de Míster Zaragoza, por motivos laborales, pero no fui. Sin embargo, mis amigos se plantaron allí dos horas esperándome para montarme una fiesta sorpresa, además de un magnífico regalo: una pluma estilográfica. Como no fui, grabaron este vídeo en mitad de la calle, todo para felicitarme. No sé qué puedo decir de ellos, porque a pesar de todo lo vivido, bueno y malo, hemos seguido unidos y hemos seguido siendo amigos, y debemos estar orgullosos de ello, porque hay muy poca gente capaz de decir eso. No creáis que esta entrada es de auto-alabanza, sino de agradecimiento, porque hay veces en la vida que solo se puede sonreír y decir gracias. Mil besos a todos, y gracias, simplemente por existir.

lunes, 6 de julio de 2009

Esta es la primera entrada de Julio, después de bastante tiempo, y quizás pase bastante tiempo hasta que vuelva a actualizar. Mañana me voy a la playa, aunque seguro que entre arena y fiesta pensaré en vosotros. Como regalo, una de las mejores escenas de los últimos años, de la película ¿En qué piensan las mujeres?: Mel Gibson bailando I won´t dance, de Sinatra. Un abrazo veraniego, y que lo paséis muy bien.


martes, 30 de junio de 2009

Hablaba con un amigo sobre los blogs, sobre cómo nos atan y cómo nos cambian, pero comentamos un asunto de pasada que me parece demasiado importante como para olvidarlo: la realidad. Parece sensato preguntarse qué hay de realidad en los escritos de los locos, que eso son precisamente los blogs. En mi caso, bastante, pero no todo. Me han preguntado miles de veces de dónde saco la inspiración para escribir, y mi respuesta es siempre la misma: de la vida. Sin embargo, el problema surge al escribir, y es que los sentimientos aparecen desbordantes, arrebatadores, totales. Cuando hablo de una mujer, no puedo decir que es guapa, tengo que decir que es la más guapa. Cuando hablo de una mujer, no puedo decir que me gusta, no puedo decir que quiero estar con ella; no. Tengo que afirmar que la quiero, aunque solo me guste. En el blog, creo una realidad a partir de un detalle, de un sentimiento, que igualmente está ahí, pero no tan exhuberante. La realidad está ahí, pero con tacones y peluca, aunque sus ojos siguen brillando igual.

sábado, 27 de junio de 2009

Me sudan las manos. Acabo todas las palabras en "ao" y cuando hablo suelto tres o cuatro "digo". No sé andar el línea recta. No soporto dejar los brazos colgando, sin hacer nada, por eso siempre los pongo en jarras. Mi mano derecha es más grande que la izquierda. No puedo estar mucho pendiente del mundo, siempre acabo con los ojos clavados en el infinito. Odio el agua, odio las piscinas. No sé jugar a fútbol ni a baloncesto, ni puedo correr más de tres minutos. No puedo quedarme tres minutos quieto, siempre voy con el que está solo. Y sin embargo, te quiero. Cuando entras en la habitación, no puedo dejar de mirarte, aunque mi vista se clave en el cuaderno. Cuando bromeo contigo, caería de rodillas solo por el brillo de tus ojos, esos ojos que llevo grabados a fuego y a caramelo. Cuando me hablas, quiero que me abraces, y nos quedemos así para siempre, sin importar el frío o las personas. Te quiero, y por eso estaré siempre ahí, siempre esperando que me cantes una canción mirándome a los ojos, que discutas conmigo sobre el escaparate más tonto, o que simplemente me digas que soy bueno, no el mejor, solo bueno. Cada noche, cada día, pienso en ti, y me consuela imaginar que tú piensas en mí. Por eso te dedico estas palabras, porque si salen de mí, ya sabes que son tuyas.

miércoles, 24 de junio de 2009

Hay momentos en la vida en los que hay que pararse, y respirar. Cada día giramos más y más rápido, hasta que los días pierden su valor, y el tiempo es solo un concepto filosófico. Por eso hay que parar y mirar lo que hemos hecho, y lo que vamos a hacer, porque generalmente es en estos momentos en los que nos jugamos todo. Hemos ido jugando a vivir, creando proyectos y alianzas, como si fuera la vida un videojuego, pero aquí no existe el botón de pausa, ni la opción de cargar otra partida. Ahora estoy en uno de estos momentos. Termina el curso (aunque todavía queda un examen) y comienzan las vacaciones, y debo pensar. El año ha pasado demasiado rápido, han pasado demasiadas cosas, y todavía han de pasar muchas más. He cambiado mucho, y más que he de cambiar. Y, sin embargo, siempre hay puntos que permanecen, estelas que perduran tras el más furioso maremoto. En mí, estos puntos son los demás. En mí, estos puntos se han convertido en camino, piedras y bastón. Pero por fin me he dado cuenta de que eso es algo realmente mío. Si de algo ha servido este curso, ha sido para comprobar que mi vida son los demás, que mi felicidad es la de los demás, así como su tristeza. Sin embargo, esto que puede quedar muy bonito, tiene su contrapartida: si tu vida son los demás, ¿quién eres tú? Pues bien, todavía no he resuelto (o resolvido, que diría el moderador) ese interrogante, y algo me dice que me queda un largo camino por delante. Un abrazo.

PD: No viene mal insistir sobre el aspecto personal de este blog; no trato de molar a la gente, sino de escribir sobre lo que quiero. Que por algo es mío.

lunes, 22 de junio de 2009

Esta primavera he descubierto que tengo alergia, o al menos eso creo. Los estornudos y los ojos llorosos, antes ocasionales, se han convertido en compañeros de juego, en otro par de zapatillas. Sin embargo, no estoy tan descontento. He descubierto que me gustan los estornudos. Me gusta cerrar los ojos durante unos segundos, sucumbir al impulso de nuestro cuerpo y ser pequeños por un instante. No podemos permanecer con los ojos abiertos, es imposible. Es como si nuestro propio cuerpo tratara salvarnos del dolor del mundo por unos segundos; que mientras estornudes, no existan las muertes ni el sufrimiento, solo el estornudo. Porque el estornudo también es vida, también somos nosotros mismos quienes ponemos de nuestra parte al estornudar. Cada uno lo hace de distinta forma, gritando, suspirando, rugiendo. Cada uno reacciona de diferente manera: se apartan hacia un lado, agachan la cabeza, siguen como si nada. Además, durante esos segundos la vida nos inunda, somos un cable conductor de electricidad. El cosquilleo comienza, a veces incluso minutos antes, y es una sensación deliciosa, la misma que al acariciar el envoltorio del regalo. Ese cosquilleo va y viene, sube y baja, no permanece constante, no es predecible. Cuando la sensación aumenta hasta explotar, casi podemos respirar más aire, empezando por los pies y subiendo, agitándonos como una cometa hasta que lo soltamos. Durante esos segundos, durante esa explosión, la vida nos inunda, la vida imprime un color especial en nuestras mejillas, la vida nos da fuerzas para rugir al viento, y la vida también mancha el pañuelo. Un abrazo

domingo, 14 de junio de 2009

El pasado día 1 mi hermano y mi cuñada (en el fondo hermana) tuvieron un precioso hijo que se llamó Fernando. El parto tuvo complicaciones, lo pasamos todos mal, pero el chico mereció la pena. Pues bien, el caso es que me pasé horas mirando al bebé, lo tuve en brazos, pero no me sentía tío. Era como el niño del vecino, que te lo pasan para que lo admires, pero hay una mampara. Sin embargo, el otro día no sé qué estaba viendo en la tele que salió una guardería social, el único hogar que encuentran muchos inmigrantes en tierras extrañas. Vi a los niños y niñas jugando en el recreo, riendo, llorando porque no pueden jugar con todos los juguetes a la vez, y me emocioné. Me emocioné no por la escena en sí, sino porque imaginaba a Fernando así, sin juguetes, sin medicinas, sin futuro, y se me partió el alma. Di gracias a Dios por su situación afortunada, recé para que todo le fuera bien, que la vida fuera amable con él, pero también para que él supiera ser amable con el destino. Fue en ese momento, creo, cuando empecé a ser verdaderamente su tío. Un abrazo infantil, como deberían ser todos.

PD: Perdonad las pocas entradas de este mes, pero ya se sabe, los exámenes.

martes, 9 de junio de 2009

Mis manos sujetan con fuerza la pala. Los callos acomodan la madera, alguna madera se engancha en mi piel pero nada se clava. La cuchilla de metal se hunde en la tierra, en el cráneo de nuestra madre, y separa granos de granos, granos que irán a una avenida o a una pared. El sudor recorre mi espalda como una anguila eléctrica, que me obliga a cavar más rápido, antes de que el Sol se ponga. La tierra se va amontonando a mi alrededor, ¿cuándo he sacado tanta?, el agujero parece más una escalera al infierno, a mi infierno, que un simple vacío de contenido. Quizá el averno es eso, solo un vacío de algo que no sabemos si existió. Si fuera así, por fin he hallado el lecho para tu retrato, para mi calma. La gente pasa andando por la acera, niños con globos, abuelos con bastones. Esta es una calle más, este es un obrero más, pero en el montón de tierra que voy sacando puedo encontrar mechones de tu pelo, en ese volcán late en silencio tu mirada. Y yo sigo cavando, quebrando raíces para la vida, construyendo una tumba, no sé si para tu sonrisa o para mí.

viernes, 29 de mayo de 2009

Estoy descalzo, los dedos del pie acarician la suave alfombra. Los dedos se mueven solos, no hace falta que les dicte: hace tiempo que dicté todo. Dentro de unas horas se casa mi hermano, y pienso en Adán. Cuando Dios le quitó una costilla, Adán sintió una pérdida, una parte de su cuerpo cruelmente amputada. Es cierto que nunca pidió ese regalo, que muchas veces ese hueso le impedía correr más rápido, saltar más alto, pero era suyo, y lo añoraba. Hasta que vio la recompensa, y la aceptó gozoso. Hoy me hallo ante un problema similar. Como dirian los viejos, que de esto saben, no pierdo un hermano, sino que gano una hermana. En cierta forma es así. Hace dos años gané una hermana, y esta tarde tendré un hombro más en el que llorar (espero que no haga falta). Pero en realidad no pierdo un hermano, porque siempre lo tendré al lado (su independización es a diez metros de distancia) y además será una pareja feliz. Lo sé. Por eso escribo esta entrada, para dar las gracias a quien esté arriba por mi familia, y en especial por mis hermanos y hermanas. Mi hermano me acaba de abrazar, está más nervioso de lo que aparenta, pero aun así nos tomamos el pelo. Gracias por la vida que me ha tocado vivir. Un abrazo.

domingo, 24 de mayo de 2009

Necesito verte otra vez para sentir que este mundo tiene sentido. Necesito tus ojos que me calman hasta poder dormir algo, después de estas semanas en vela, pensando qué es lo que te ha pasado para que no me llames, no me escribas, siquiera pienses en mí. Echo de menos tu pelo, acariciado por el viento como el tutú de una bailarina. Necesito tu piel, necesito esa fragancia que aparece en mis sueños, abandonándome a ese orgiástico perfume que me hace flotar por encima de la mediocridad hasta llegar a la luz, a ti. Te echo de menos. Estás lejos. No son kilómetros, sino la espesa niebla quien nos separa. No te veo sonreir. No escucho esa risa ingenua y provocadora. No veo el mar a través de tus ojos. No estás, y yo espero, pero tú no llegas. He superado miles de obstáculos. He vuelto de la muerte y de la oscuridad para verte, y no estás. He luchado contra millones de monstruos horripilantes, con formas y voces psicodélicas, que atenazaban mi razón sin poder pensar. He hecho todo esto, y muchas cosas más, para volver a verte. El sol te necesita para salir por la mañana. La tierra depende de tu risa para seguir girando. El fuego nace de tu corazón. Los sueños son tu respirar. Mi mañana, tu mirada. Y tú no estás.

jueves, 21 de mayo de 2009

Una semilla entre otras muchas. Cada cajita cerrada, con tierra calentita. Todas crecen al mismo tiempo, la savia circula al mismo son. Una de ellas crece igual, pero tiene una hoja de más. Una hoja que lo diferencia de los demás, que le impide pasar desapercibida entre los demás tallos. Los demás ríen, y ella solo mira hacia el sol. El sol riega a todas, y todas van creciendo. Una de ellas tiene una hoja más, un cubo más de vida, y crece antes que las demás. La yema asoma por encima de la muralla de corcho blanco, y ve el mundo. Habla a sus compañeras del horizonte, de los árboles, de las personas. Las demás la envidian, y tratan de crecer. Una de ellas se corona de sol, se adueña del mundo. Viene el agricultor, y la transplanta. Un sitio nuevo, con nueva tierra. Otras plantas, pero iguales a las anteriores. Todas en línea, obedientes al destino. Una de ellas descansa, porque tiene una hoja más. Las demás crecen y crecen, su tronco se hace recio, sus hojas se convierten en ramas, espadas hacia el frío. Un tallo permanece en el suelo, con una hoja de más, pero con las tripas verdes, y sin ramas ni escudos. Mira hacia arriba, y los árboles le cortan el sol, las raíces la obligan a torcerse hacia lo infinito. Sus hilos se retuercen, sus pequeños pies se retuercen hasta que muere. Los demás árboles también morirán, pero dejarán una sombra seca. En cambio, el tallo ya ha sido tragado por la tierra, y una inmensa raíz cruza su antiguo hogar. No hay huellas de vida.

martes, 19 de mayo de 2009

Hoy he tenido una gran clase de historia: Rosa Parks, Martin Luther King Jr., y el atentado a la iglesia batista de Luther King. Con los pelos de punta, solo escuchaba una frase: "¿Cuántos oídos debe tener un hombre para poder oir a la gente llorar?" Esta perla viene de Bob Dylan, Blowing in the wind. Os dejo con ella. Un abrazo.



How many roads must a man walk down
Before you call him a man?
Yes, 'n' how many seas must a white dove sail
Before she sleeps in the sand?
Yes, 'n' how many times must the cannon balls fly
Before they're forever banned?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.
How many times must a man look up
Before he can see the sky?
Yes, 'n' how many ears must one man have
Before he can hear people cry?
Yes, 'n' how many deaths will it take till he knows
That too many people have died?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.
How many years can a mountain exist
Before it's washed to the sea?
Yes, 'n' how many years can some people exist
Before they're allowed to be free?
Yes, 'n' how many times can a man turn his head,
Pretending he just doesn't see?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.

viernes, 15 de mayo de 2009

Te tengo delante, te espío, y callo. Veo los ojos que me oculta tu pelo, siento el perfume que me tapa el odio. Y sin embargo, callo. Te quiero, y callo. Oigo tu voz, y libero mis lágrimas, pensando que un día te abracé, que un día pude amarte, y no me di cuenta. Ahora vago bajo el sol, miro fotos tuyas escuchando tu risa de fondo, viendo tu risa delante de todo. Otras habrá más algo que tú, pero explotaste en mí, el jazmín se abrió para mí, sonrió para mí. Esta es solo una nota más, esta es solo una palabra más. Nadie leerá esto, ni quiero que lo lean, porque no podrán entender lo que siento por ti. Pero a pesar de todo lo escribo porque quiero que sepas que te quiero. Y no me importan los demás, no me importan las risas o los aplausos, solo me importan tus manos y tu corazón.

sábado, 9 de mayo de 2009

Salimos afuera, dejamos atrás el adormilante calor para enfrentarnos al frío. La miro, siento cómo sus pasos son titubeantes, dudosos, hasta que empieza a hablar. Nos sentamos en un banco, la gente pasa a nuestro alrededor, y nosotros seguimos quietos. La gente ríe, canta, se arroja confeti. Dos lágrimas adornan sus ojos, nadie se ha molestado en escucharlas, en abrazarlas. Dos cristales rotos hablan de sus aristas cortantes, dos niños hablan de sus sueños. La miro, y me doy cuenta de que nunca encontraré otra amiga así, otro roto en un vestido, como yo. La abrazo, y entre el fango y la mierda siento que son cosas como esta la que me hacen sentirme vivo, y feliz. La miro, tiene frío, volvemos al calor. Volvemos a ponernos las máscaras.

viernes, 1 de mayo de 2009

Quiero decirte te quiero al oído. Quiero tumbarme junto a ti, y mirar las nubes, las estrellas, o la nada. Quiero dejar resbalar mis dedos entre tu cabello, juguetear con cada hebra, admirar cómo reluce el sol en tu cara, más puro que en las olas espumosas. Quiero llorar contigo, reír contigo, blasfemar contigo. Quiero mirar el mundo contigo, quiero ver caer las hojas a tus pies, rendidas como yo a tu belleza. Quiero oír el minutero sin miedo, que cada golpe sea una delicia, solo porque estás a mi lado. Quiero besarte, quiero morder tus labios, quiero esculpir un cardenal en cada poro de tu piel. Quiero que me mires, y me digas que me quieres. Quiero quererte. Necesito quererte, necesito que estas palabras tengan sentido.

martes, 28 de abril de 2009

Hace poco acabé de leer Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Lo que para muchos es un libro más, un libro para niños, para mí es algo más. La primera vez que leí un libro de Harry Potter yo tenía 11 años, los mismo que Harry, y para mí leerlo era como leerme a mí mismo. Conforme Harry crecía, yo también crecía, y en cada aventura teníamos los mismos años.Yo he crecido con Harry, yo he crecido a base de leer libros una y otra vez, de tardes enteras sin moverme del sillón, y esto no me pasaba desde hacía años. Con este libro ha sido como volver atrás, cada página era una página de mi vida, cada recuerdo, cada frase que recordaba al pasado, era mi pasado, era mi vida. Cuando leía los libros, a Ron y a Hermione me los imaginaba como personajes de una serie, pero yo no me imaginaba a Harry. ¡Harry era yo, no tenía que imaginarme su cara, porque era la mía! Yo crecía leyendo sus aventuras, y cada vez más era yo, cada vez me veía más a mí venciendo las dificultades que se me planteaban en el camino. Recuerdo las tardes que he pasado con él, recuerdo cada sol y cada lámpara que han pasado mientras yo seguía metido en ese libro, mientras yo seguía viviendo como Harry Potter. Harry me enseñó, a mí y a muchos, cómo afrontar la vida, y gracias a él hemos seguido. Es imposible decir aquí todo lo que esos libros me dieron, es imposible hablar de todos los momentos que pasamos juntos. Joanne Kate Rowling se ha ganado mi más sincera admiración; ha conseguido que cada lector sienta como suya la vida de Harry Potter. La vida de Harry ha terminado, pero la mía sigue. Y me siento extrañamente solo.

sábado, 18 de abril de 2009

Nunca me ha gustado mirar a los ojos de la gente. Cuando lo hago siento como si intentara entrar en su mente, si intentara analizar cada brillo de su pupila para reaccionar en consecuencia, y ganarles. Por eso cuando hablo, siempre miro la mesas, mis manos o el infinito en un servilletero. No me gusta mirar a los ojos porque es nuestra ventana, el conducto por el que percibimos el mundo, y en ese cristal se refleja nuestra actitud ante el mundo. De vez en cuando no puedo resistirme, y miro a los ojos de mi interlocutor, y siempre me sorprendo. Los ojos y la voz son las dos fuentes de información de una persona, aunque no siempre coinciden. Hay voces grandes, voces que se adueñan del auditorio, pero con ojos pequeños, nerviosos, que no huyen de tu mirada, pero desean hacerlo. Hay voces rápidas, eléctricas, que reaccionan en segundos ante el mundo, y sus ojos parecen velados, cubiertos de una fina niebla que impide ser. En parte es por eso por lo que no me gusta mirar a los ojos, porque veo más allá, o al menos creo que veo, sueño que veo, y pocas veces me gusta lo que veo (por supuesto, siempre hay ojos que brillan cuando hablas, o voces que se apoyan en la mirada para convencer). Quizás es por eso por lo que no me gusta ir a la peluquería, porque permanezco callado, inmóvil, atado a una silla cómoda, y mis ojos no pueden parar de moverse, tienen que seguir analizando todo lo que ocurre a mi alrededor. Aunque ni un músculo se mueve, me pongo nervioso, inquieto, y siempre reacciono de la misma manera. Me miro a los ojos, sin ver nada, pero me tranquiliza saber que a pesar del pelo que cae, de los frecuentes pestañeos, detrás de todo, sigue la misma raya marrón, y pienso si algún día alguien escribirá un poema sobre ella, si algún día alguien llorará recordándola, y siempre acabo pensando lo mismo. Tengo que hacer un trabajo de géneros, tengo que ir a ver una obra de teatro, y sonrío, porque detrás del vacío que es mañana, siempre hay algún plan. Porque detrás de todos los párpados, siempre hay alguna mirada. Porque entre todas las personas, siempre hay una que destaca. Un abrazo.

jueves, 16 de abril de 2009

Son cosas como esta las que me hacen sonreir. Sonreir y emocionarme. Un abrazo

jueves, 9 de abril de 2009

Los buenos cantantes hacen buenas canciones, los grandes hacen buenos discos. The Jeaulous Lovers no son grandes, pero saben lo que hacen. Tienen detalles de grandes, como el orden de las canciones o un sonido propio, que está presente tanto en el rock de Arena como en las palmas de Luna llena. Por supuesto no son grandes, están empezando, y tienen fallos que solo ellos deben descubrir, pero me gusta. Ahora estoy escuchando su EP, Esta noche olvídame, y me gusta. Desde mi punto de vista, el disco está bien organizado, empieza con una canción que puede ser el estandarte de su sonido, Reina lunar, para seguir probando nuevos sonidos (desde la oscura Nada que apostar, que me recuerda a Héroes, hasta Herido de muerte, la más diferente).

He de reconocer que Luna llena y Arena son mis favoritas, son como la cara y la cruz de un mismo sentimiento; incluso su orden en el disco parece querer jugar con esa dualidad. Aparecen dos polos opuestos: palmas y cajón, suavidad, por un lado; y guitarras y baterías duras, electricidad, por el otro. La lejana luna de algodón lucha contra la áspera arena, y a pesar de estar enfrentadas comparten un deje de amargura, cierto dolor contra el mundo. Un mundo al que se enfrentan Gonzalo, Luismi, Pelegrín y Rafa, The Jealous Lovers, y lo hacen de pie, sin nada de qué avergonzarse.

PD: El 24 de este mes presentan su EP en la FNAC, conque ya sabéis.

lunes, 6 de abril de 2009

El mundo está en contra, pero yo te quiero. Te llevo a pasear, y llueve. Te llevo a un concierto, y lo suspenden. Pero yo te quiero. Tu perfume me abraza aunque no estés, tus ojos me besan desde la mesa de al lado. Mis dedos suspiran por tocar tu piel, mi corazón busca morderte, mis ojos buscan besar cada centímetro de tu cuerpo. Te veo tumbada en el césped, sonriendo. Tú eres quien brillas. Tu melena yace esparcida sobre la hierba, como un halo que te corona, reina de mi eternidad. El sol cae sobre ti, el mundo entero reposa sobre tu belleza, sobre tu sonrisa. Recuerdo cada curva, cada bucle que describe el aire a tu alrededor, pero no recuerdo desde cuándo nunca estoy solo, desde cuándo tengo un ángel de negra cabellera, una mujer con defectos y virtudes. Y como siempre, tú no sabes nada de esto.

sábado, 4 de abril de 2009

Hoy volvemos a uno de los pilares de este blog: vídeos del Youtube. En esta ocasión tenemos una canción escuchada hasta la saciedad, Every breath you take, de The Police. Sin embargo, llevo una semana canturreándola, y hoy me han mandado un correo con esta canción, así que tengo que ponerla. Por favor, disfrutadla. Un abrazo.


martes, 31 de marzo de 2009

Cultura era una puta de cabaret
que todos nos deberíamos haber ido tirando
hasta que nos hiciera llegar al orgasmo.
¡Con lo bien que lo hacía!

Antes solías encontrarla en las bibliotecas,
en determinados bares y tabernas,
incluso en cines, teatros y conciertos.

Últimamente cuentan que la han visto por las iglesias
yendo al confesionario.
Se ha vuelto casta y viste
de luto riguroso.
Nacho Tajahuerce

sábado, 28 de marzo de 2009

Los vasos y las botellas mueren en los rincones. La noche se acaba, todos vuelven a casa. Yo sigo sentado, viendo tus ojos en la luna, en las farolas. La luz me recuerda a ti, bella e intangible. Intento abrazarte, besarte, pero no estás. Visto mi mejor camisa para honrarte en la distancia. Seguirán pasando los coches, los días, y estarás en cada uno de ellos. Todavía te siento a mi lado, mirando lo mismo que yo, pero sin sentir lo mismo. Muevo mi mano, busca la tuya, busca rozarte, busco tu olor, tus rizos, tu sonrisa, pero no te tengo. Siempre me tendrás, aunque no estés.

sábado, 21 de marzo de 2009

Inmóvil, te miro bailar. Vestido rojo, medias negras. Y por encima de todo, tu cara blanca, sin expresión. No me ves, estoy perdido entre el patio de butacas, pero sientes algo, y lo sé, como también sé que sientes algo por él. En el escenario, todo gira en torno a él, bailas y te arrastras alrededor de su trono, pero fuera todo es distinto. Fuera sonríes cuando te hablo, suspiras cuando me ves. O eso he inventado para seguir luchando, para seguir creando. Cuando llego a casa bebo, escucho música hasta que me duelen los oídos, y te pienso. Te pienso entre dos polos, entre dos mundos, moviéndote de un lado a otro, inquieta. Atada por cuerdas que solo nosotros vemos, solo tú puedes cortar las maromas y decidir, ser feliz con quien quieras. Hasta que empuñes el cuchillo, yo te imaginaré.

sábado, 14 de marzo de 2009

El jueves y el viernes estuve en Huesca, en un congreso de periodismo. Cubríamos el evento para contar todo en otro blog, y lo hacíamos en grupos de cuatro. Cómo no, surgieron roces que tenían que surgir por nuestro bien, porque llevábamos unos días que las cosas no iban bien. Nos enfadamos y nos reconciliamos, como ocurre entre amigos, pero no voy a hablar de eso. Voy a hablar de las consecuencias, de otra chica que ni siquiera estaba en el ajo. Cuando discutimos, ella también se enfadó, y cuando lo arreglamos ella solo me dijo una cosa: Me has fallado. Típico en mí, me eché a reír y luego me enfadé. Pero este es un problema que viene de lejos. Desde hace unos meses hay gente que me tiene en un pedestal que yo no pedí, me adoran como un Dios que no quise ser. Para ellas soy el mejor, o al menos eso me dicen. Y ahora le he decepcionando. Otra periodista, a la que conozco desde hace más tiempo, me dijo que a ella no le había fallado. Ya te conozco. ¡Y esa es la verdad! No soy un héroe, ni pretendo serlo. Desde que comenzaron los piropos trato de rebajar esa imagen, de manchar la luz, pero la gente sigue pensando que soy superior, y ahora por fin se ha demostrado que no. En cierta forma, me alegro de haber tenido ese roce (solo por la desilusión, no por otra cosa). Sé que estamos es un mundo que necesita héroes, pero si construimos alguno ha de ser alguien que conozcamos poco, para que no nos enteremos de sus fallos. Por muy bueno que sea, el vecino nunca será un santo. Tiene fallos y aciertos, y nos esforzamos en ver solo lo bueno. Dejemos de ser niños, y comencemos a apreciar los fallos de cada uno. Un abrazo.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Hoy caminaba por el paseo Independencia, y al llegar a la plaza Aragón he mirado los bancos. Chicas criticando el vestido de otra quinceañera, chicos hablando del regate de Torres. Y en un banco, escondido junto a un árbol, una pareja de ancianos. Yo seguía andando, seguía mi camino. Él la coge de la mano. La mira a los ojos. Le besa la mano, la vuelve a besar. Se la acerca a su cara, la acaricia con su mejilla, cortada por la edad. Sigue hablando. "Te quiero". Yo sigo andando, no sé siquiera si ha sido real. Sigo andando, pero sigo anclado a ese banco. Sigo pensando en la pareja de ancianos que se quieren, que se aman. Clase, café, autobús. Cuando llego a casa oigo un comentario. "Hoy es 11-M." Cinco años. 191 luces que se apagaron. Y hoy en los homenajes volvemos a estar divididos, volvemos a defender unos intereses particulares por encima de los universales. El monumento a las víctimas no se limpia. Paladas y paladas de olvido que entierran miles de vidas rasgadas por el atentado. Vuelvo a acordarme de los ancianos. Ellos son los únicos que rinden un sentido homenaje.

lunes, 9 de marzo de 2009

Hoy iba a escribir sobre el amor, para convencer a alguien de que el amor es grandioso, de que la vida no merece la pena sin él. Hoy iba a escribir una entrada de las que hacen historia, una entrada que sería recordada más allá de mañana. Pero me he dado cuenta de que no hay sitio, de que se queda corto. El amor no es un sentimiento, sino todos los sentimientos llevados a la perfección, refinados y mejorados. Por eso, no voy a tratar de convencerla en una entrada, sino que le voy a dar un consejo. Lee todas las entradas con la etiqueta "amor", y cuando te canses (porque no te las leerás todas) sal y mira el mundo. Sal y mira a los demás. Sal y mira todos los avances de la ciencia, todas las grandes obras. Todas han sido hechas por amor, todas por querer vivir un minuto más el amor junto a nuestra mitad. Todo es amor. Lee, escucha, mira, todo lo creado, empezando por la tierra y acabando por esta entrada, es amor. Si necesitas una canción, escucha Amie, de Damien Rice (ninguna versión decente en la red; emule). No habla de amor, pero también es de amor. Un abrazo.

jueves, 5 de marzo de 2009

Te miro, y te odio. Te ríes, y te odio. Vives, y te odio. ¿Te crees mejor? ¿Crees que a tu alrededor el aire es más puro? Ja. Lo único que tienes es una corte que besa donde pisas, que besa donde escupes. La sonrisa de tu boca parece grabada a fuego, es una mueca extraña, carente de vida. Y sin embargo, te revuelves en tu trono, inquieto. Sientes que algo falla, que algo no gira con tus engranajes. Sientes que los tuyos no te pertenecen, no te quieren, solo quieren alejarse de ti. Sientes que fuera hace sol, y la gente corre y salta, mientras tu te eriges señor de la oscuridad. En realidad, lo tienes todo. Dinero, respeto, alguien que te ama cada noche. Pero yo no lo tengo, y soy mejor que tú. No necesito dinero, tengo amigos que me invitan, que me ayudan. No necesito respeto, tengo cariño y amor, sentimientos puros. No tengo nadie que me ame cada noche, pero yo amo, y algún día todo será diferente. Soy tu enemigo, soy tu opuesto, pero me obligo a ser tu amigo, porque solo eso me hará mejor que tú. Pero por muchas monedas que arrojes, nunca seré como tú.

PD: Después de escribir esto, veo el peto de fiestas a mi lado, y solo eso me alegra. Hoy es la Cincomarzada, y es día de fiesta, conque más vale estar alegre, casi eufórico.

sábado, 28 de febrero de 2009

No quiero que me cuentes nada, no quiero que vuelvas a sufrir recordándolo todo. Solo abrázame, y llora. Llora por ti, llora por mí, llora por el dolor. Llora por todos los que no pueden llorar, llora por todos los que ahogan su llanto en la almohada, y salen de su cuarto con una sonrisa. Llora por todos los que no pudieron llorar, por todos los que secaron sus ojos. Tú llora, que yo estaré aquí, yo siempre estaré a tu lado, esperando a que te levantes del dolor, y me ames. Tú duerme, prometo que este dolor se irá, que mañana solo me verás a mí, solo verás a un amigo, pero un amigo que te ama. No, no intentaré tocarte. Solo quiero que seas feliz, y para que seas feliz tienes que llorar. Llora, que yo estaré aquí para recoger tus lágrimas.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Soplaban vientos de muerte. La hierba seca crujía bajo sus pies. Ella corría ajena al dolor de las viudas, al llanto de los huérfanos. Sus patas se movían armoniosamente, y yo podía observar, como la serpiente en el Edén, la belleza de sus músculos en movimiento, la torsión de su cuello cuando el viento le traía un perfume familiar. Nunca ladraba. Aullaba siempre que estaba sola. Era un llanto desgarrador, pero bello en el dolor que contagiaba a mi alma. Cuando estaba sola, gritaba a la luna que volviera su cara, que fuera una compañera, y no una espectadora. Su pelaje era blanco y canela. Siempre vi en ella un regalo, algo que no se había buscado pero que apareció en un recodo del sendero. Sin embargo, no controlaba sus juegos. Todo eran golpes. Golpes y gritos. Gritos y llantos. Llantos y golpes. No sabían quién era en realidad. Sólo yo la vi esa mañana de invierno. Mientras todos estaban fuera, yo pude sentir en ella todo lo que el mundo vedaba. En sus ojos pude leer la más honda y sincera súplica que podré recordar. Cuando cierro los ojos veo los suyos, mirando siempre expectante, anhelante. Si fueran de mujer no serían más bellos. Cuando me acerco a ella, su rabo golpea el suelo con el calor de la tierra, su corazón late caliente bajo la piel con el calor de la tierra. Por favor, que alguien sienta en ella el calor de la tierra.

lunes, 23 de febrero de 2009

Este es el artículo que escribimos unos cuantos alumnos al profesor que tuvimos en 3º y 4º de Primaria, cuando teníamos 9 y10 años y todo era ilusión. José María transformó esa ilusión, esa vitalidad propia de la infancia en interés, en curiosidad, en amor por todo lo que nos rodea. Por eso este homenaje, por eso todo lo que hago.

Cuando nos pidieron que escribiéramos sobre José María lo primero que pensamos fue que era nuestra oportunidad de darle las gracias por todo lo que ha hecho por nosotros. Si hemos llegado a ser algo, y si nos hemos esforzado cada día por seguir adelante, fue gracias a él. José María era un profesor diferente, que nos enseñó algo más que datos y fechas, o lo que es lo mismo, sólo aprender. Nos enseñó a relacionarnos con el mundo, nos enseñó valores que podemos aplicar a nuestro día a día, nos enseñó incluso una profesión (agricultura), y sobretodo, que aprender es comprender.
Si hoy nos acordamos de José María, es porque hizo del estudio algo divertido. Todos íbamos a clase con ganas de aprender algo nuevo, porque cada clase era una aventura. El conocimiento no estaba sólo en los libros, sino que todo lo que nos rodeaba era fuente de sabiduría. José María hizo de cada materia un juego: jugando a componer palabras con letras sueltas aprendimos a no cometer faltas de ortografía; con cartas de las provincias españolas aprendimos geografía; con operaciones de cálculo mental aprendimos matemáticas; cantando una canción, aprendimos el orden de los planetas; gracias a una buena comprensión lectora, hemos aprendido algo más que leer, aprendimos a leer entre líneas; con una colleja bien dada, aprendimos educación y respeto en todo momento; y gracias al concurso de la letra más pequeña aprendimos a hacer chuletas. Pero recordamos, sobretodo, las “luchas” donde nos divertíamos compitiendo por contestar el primero.
Si hoy nos acordamos de José María, es porque desarrolló nuestra imaginación, nuestra capacidad de pensar por nosotros mismos. Gracias a las miles de redacciones que nos mandaba, no sólo aprendíamos a redactar, sino también a crear, a imaginar mundos donde todo es posible, como vacas volando. Mundos donde volcábamos nuestras fantasías y expectativas. Gracias a las clases de plástica aprendimos a convertir un simple folio en blanco en un mural de muchos colores, trabajando juntos, algo que no podíamos hacer solos.
Si hoy nos acordamos de José María, es porque nos enseñó a trabajar en grupo, nos enseñó que juntos podemos llegar donde no podíamos llegar solos, quién iba a decir que seríamos capaces de fabricar una depuradora con simples piedras y algodones, quién iba a decir que haríamos un mural que todavía hoy decora nuestra escuela, quién iba a decir que juntos haríamos el belén más grande que se ha hecho en la escuela, hecho de simple plastilina, pero repleto de ilusión. La clase entera era un grupo, que si trabajaban juntos conseguían un “récord” que adornaba la clase. Pero el mayor ejemplo fue el huerto, mantenido prácticamente por él, en el que trabajábamos todos y en el que disfrutábamos todos.
Cada año los esfuerzos de José María se han visto recompensados con los generosos regalos de los padres y de sus queridos alumnos. Hasta ahora todos los regalos que ha recibido no han sido suficientes, y este artículo no recompensará tampoco todo lo que hizo por nosotros. Pero José María, si queremos decir todo lo que hemos vivido contigo, necesitaríamos reunirnos y volver a disfrutar todo lo que compartimos.
Gracias por todo lo que hemos vivido contigo y las alegrías que nos has dado durante los dos cursos, para nosotros eres como un segundo padre.


Tus ex-alumnos de la generación del 90

jueves, 19 de febrero de 2009

Hoy iba a escribir sobre algo triste, algún problema que se me cruzara por la cabeza, pero no he podido. Con este sol debería ser un delito ponerse triste. He escrito igual veinte líneas, y las acabo de borrar. No me gustaban, no era yo. A decir verdad, tenía en la cabeza lo que me dirían al día siguiente, cuando me encontrara con los que habitualmente leen este blog. Por favor, si tenéis un blog y queréis escribir sobre vosotros mismos, no se lo digáis a quienes veis a menudo. Gusta que te digan que escriben bien, que tienes un trasfondo oculto, pero solo gusta al principio. Pronto empiezas a escribir condicionado por tus lectores, solo que en este caso los lectores son de carne y hueso, y los ves cada día. No sé si los periodistas o escritores sentirán algo parecido con sus escritos. Quizás esto es aprender día tras día. Yo pienso que es venderse, prostituirse. Yo empecé a escribir con 6 o 7 años, creaba historias para sentirme mejor. No volvía a escribir hasta los 16, cuando emborronaba papel con los típicos comecocos de los adolescentes, solo que entonces ya había leído mucho, y empecé a escribir algo menos visceral y más elaborado. Poco después comencé a escribir relatos que ganaron los premios literarios del instituto, y era feliz. Miraba los escritos de mis 16 años y me ponía colorado, todo era arrebatador, extremo, total. Amor o muerte. Ha pasado el tiempo, tengo un blog y ahora encuentro auténticos esos poemillas, y trato de convencerme de que lo demás no es falso. No puedo leer poesía, porque me parece falsa. No puedo escuchar baladas, porque me parecen falsas. ¿Y qué coño es lo verdadero, lo que solo puedo leer yo? ¿Eso es el arte? No, eso es desahogo, y es algo diferente del arte. Ambos son emociones en estado puro, pero el arte es transmitir esas sensaciones, y el desahogo es escribirlas y tirarlas por el retrete. O al menos eso es lo que quiero pensar. Por mi bien. Un abrazo

miércoles, 18 de febrero de 2009

Para celebrar el fin de exámenes, y sobre todo el fantástico fin de semana (aún estoy recuperándome) os dejo con uno de mis propósitos: aprender a bailar tango. Sé que algunos de mis amigos me han visto intentar bailar, pero era una tabla con patas y alcohol. Hoy os dejo la mejor escena de un gran película, Perfume de mujer, con el siempre genial Al Pacino, que ganó el Oscar por esta película. Esta escena consiste en el que el protagonista, un veterano de guerra ciego y deprimido, saca a bailar a una mujer, y qué baile puede ser sino el tango. Sé que estaréis hasta las narices de vídeos del omnipresente Youtube, pero esta entrada se la debía a los periodistas, por esos bailes. Espero que os guste.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Y cogerte, y abrazarte con fuerza, respirando tu perfume por cada poro de mi piel. Solo sentirte a mi lado, tenerte, sentir tu calor, sentir tu energía, la que necesito para seguir adelante. Te veo siempre, pero las fotos y los carteles no me traen su esencia, solo el dolor de no tenerte. Necesito besarte, sentir esos labios que veo con los ojos cerrados, enredar mis dedos en tus rizos, dejar que mi mano recorra toda tu geografía. Echo de menos tu voz, tus palabras que sueltas aisladas, como las burbujas del champán, que suben en silencio hasta explotar en el borde de la copa. Veo cada día tus ojos, tu boca, tus orejas, toda tú se me presenta cada día, y si no lo hace voy a buscarla, tecleo nervioso en el ordenador hasta que te encuentro, y entonces respiro, y pienso que solo quiero cogerte, y abrazarte con fuerza.

lunes, 2 de febrero de 2009

Dejad el bolígrafo, cerrad el libro, recoged los apuntes, y descansad un rato. Reíd, saltad, corred, haced todo lo que queráis durante al menos media hora. El estudio seguirá esperándoos. Si necesitáis un impulso, aquí tenéis 1234, de Feist. ¡Abrazad, besad, amad!



Os prometo que no vuelvo a repetir el numerito de telepredicador, mi próxima entrada será un poco más seria.

viernes, 23 de enero de 2009

Como tardaré en volver (exámenes), os dejo un regalo, y qué mejor regalo que una canción: Cómo hablar. Qué decir del amor, y qué decir de Eva Amaral e Iván Ferreiro. Espero que os guste. Un abrazo



PD: Perdón por no haber encontrado un vídeo que haga justicia a Iván, pero es lo que hay (además, yo fui uno de esos cuatro)

miércoles, 21 de enero de 2009

Hoy por fin voy a hacer algo que deseaba desde hacía tiempo: escribir sobre libros. Claramente influenciado por Lorien Black (un abrazo), aquí va mi repaso a los tres últimos libros que he leído.

Si pensáis en un tocho, ese puede ser el Quijote o Guerra y Paz. Pues bien, empiezo por uno de ellos, Guerra y Paz, que lo acabé estas navidades. Si tuviera que resumir cerca de 1400 páginas, una sola palabra bastaría: vida. Sus páginas derrochan vida, los personajes se mueven de forma natural, llueve como en la realidad. El argumento desarrolla la vida de dos familias, Rostov y Volkonski, cuyos caminos se entrecruzan varias veces durante la invasión de Napoléon de Rusia. Sin duda alguna es uno de mis libros favoritos, aunque la segunda parte del epílogo deja un mal sabor de boca (el primer epílogo que veo que tiene dos partes). Si tuviera que destacar un personaje, dos serían por supuesto Natacha y Pëtr, pero Sonia me caló hondo, sobre todo lo que le ocurre al final

Con semejante empacho, me lancé a la lectura de Al Norte la montana al Sur el lago al Oeste el camino al Este el rio. A pesar de ese título, no pasa de las 150 páginas. Lo compré porque estaba haciendo tiempo en una librería y me llamó, y no me ha defraudado. Narra la historia de un hombre que visita un monasterio en China, aparentemente abandonado. Sin embargo, me encantó su prosa, casi poesía, y la lucha que plantea entre la naturaleza, eterna, y el hombre, débil.

Por último, otro libro que me llamó desde la estantería de la tienda fue El mismo mar de todos los veranos. Con ese título, os imaginaréis por qué. Cuenta la historia de una profesora de universidad que se enamora de una estudiante, pero lo mejor de la novela es el lenguaje, tan suntuoso y sugerente. Sus frases de varias páginas exigen calma (en esto me recordó a Tiempo de silencio), pero merece la pena.

Estos tres libros necesitan más tiempo y dedicación para hacerles justicia, pero creo que esto no está tan mal. Como se dice siempre, vuestros comentarios son bien recibidos. Un abrazo.

martes, 20 de enero de 2009

Evidentemente tenía que poner esta canción. A primera hora he escuchado algo de U2 que no había oído antes y me ha gustado. Es diferente, pero se nota que es U2 (para ver por qué me gustaba pincha aquí). Os dejo la nueva canción, Get on your boots, para que me digáis que os parece. Un abrazo



PD: Voy con prisa, mañana actualizo en serio después de la resaca de Obamanía, pero tenía que colgar esta canción.

viernes, 16 de enero de 2009

No sé cómo surgió el tema. Comiendo, sin malicia, ¿te has enterado de...? Un chico de mi edad, con quien fui al instituto, tiene leucemia. Como siempre, me sorprendí, pero nada más. Terminamos de comer, fuimos a hacer un trabajo, y de repente pensé un poco más. 18 años y leucemia no son compatibles. Tuve que salir a la calle, y sentarme en un banco, sentirme en la naturaleza. Pensé en todos mis proyectos, mis sueños, mis amigos y familia, todo. Todo eso queda en la cuerda floja, balanceándose como el gotero. ¿Cuántas vidas se han quedado por el camino sin llegar a su destino? Delante de mí pasó una madre con un carrito de bebé. ¿Qué enfermedad tendrá ese niño, que problemas sufrirá a lo largo de su vida? ¿Acaso perderá a su amor más eterno, aquel que ni la muerte podría llevarse? Mirando la gran vía, casi pude ver todos aquellos que hemos perdido, caminando entre nosotros. A pesar del tiempo, siempre queda algo más que su recuerdo, algo más que una silueta en una fotografía. Gracias a ellos estamos aquí, gracias a que ellos murieron vivimos nosotros. De pronto me acuerdo de que tengo un trabajo que hacer, que he dejado a mis compañeros, y camino sin prisa, mirando los grandes y dolorosos árboles.

sábado, 10 de enero de 2009

El cursor parpadea en la pantalla. Todavía siento tus labios cerca, muy cerca, casi rozando mi oreja. Tus suaves labios, esas almohadas en las que descansé del mundo, esas almohadas que sirvieron para asfixiarme y quitarme la vida. Todavía veo el paseo, cayendo los primeros copos de nieve, la gente corriendo hacia ninguna parte, nosotros quietos, disfrutando de la vida que caía. Miraba uno de ellos que no quería caer, que flotaba retrasando el aterrizaje, cuando te acercaste a mí. Todavía siento tus pechos contra mí, sentí tu corazón palpitando pegado al mío. Todavía veo tu perfume rodeándome, aislándome del mundo, lejos del llanto y del dolor. Todavía siento tus palabras, suaves como siempre, pero venenosas como nunca. Te ibas. Sin dejarme reaccionar te levantaste y te fuiste, dejándome solo, frío. Todavía veo tu cuerpo alejándose de mí. Todavía admiro tus caderas oscilantes. Todavía callo cuando oigo tu nombre. Todavía muero cuando siento tu perfume. Todavía te amo, aunque tú nunca lo supiste. Por eso te escribo esta carta, para sellar mi deuda, sabiendo que mi herida nunca cerrará.

jueves, 1 de enero de 2009

Para cambiar el tono respecto a mi última entrada, hoy propongo algo más entretenido, una de las bastantes cosas buenas que me trajo el 2008: el Vals de las Flores, de Tchaikovski. No pretendo hacerle la competencia a Baremboin, solo disfrutar de la música. Feliz Año Nuevo.




Por Favor, coged a alguien (aunque sea una escoba) y bailad. Un dos tres, un dos tres...
 

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