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martes, abril 20, 2010

El torno gira lentamente, a mi control. Mi pie sube y baja rítmicamente, una y otra vez, me gusta sentir el aire subiendo por mi pierna. Las manos se deslizan sobre las paredes de barro, la masa informe suelta trozos que caen al suelo, asas de jarrones o brazos de bailarinas, vidas que nunca llegarán a nada. Poco a poco las manos se van cerrando, el jarrón va tomando forma, mi creación se va izando hacia el cielo, poco a poco, muy poco a poco. Un dedo meñique tiembla, un simple dedo meñique que no sirve para nada tiembla, y corta el jarrón por la mitad. El barro salta por todas partes, el jarrón llora porque nunca existirá. Tengo que agacharme hasta el suelo, hundirme para recoger los pedazos de mi fracaso, y volver a montar el jarrón. Miro por la ventana, miro el mar, miro la sal que flota en el ambiente, miro toda la vida que se escapa mientras yo permanezco aquí, con este engendro, algo que nunca quiso existir y nunca deberá existir. Vuelvo a tirar el barro contra el torno, me lavo las manos, que todo vuelva al punto de partida. El torno gira, el pie sube y baja, pero no puedo sentir el ritmo, mi control no existe. Ninguno de mis movimientos me pertenece, nada es mío menos esta sensación de que fuera el sol brilla, y yo trato de crear un punto de luz en este cuarto cerrado.

sábado, noviembre 28, 2009

En pocos días se cumple el aniversario de las muertes de dos grandes músicos: Freddie Mercury y George Harrison. El de Mercury me pilló fuera de casa, pero no puedo evitar recordar el de Harrison. El beatle desconocido, el "beatle introvertido", el guitarrista que al principio era despreciado por sus compañeros por ser el más pequeño, es sin duda mi favorito. No podría decir por qué, pero las canciones que compuso él destacan entre las demás, tienen un toque totalmente diferente. Hoy os dejo con una de ellas, mi favorita: While my guitar gently weeps. Disfrutad de su obra, que es lo que siempre perdurará. Un abrazo.


lunes, noviembre 02, 2009

El caminante sobre el mar de nubes - Caspar David Friedrich

miércoles, octubre 28, 2009

Si la palabra existiera, estoy seguro de que sería un hombre. La palabra es un significado detrás de un conjunto de signos, un ideal escondido tras capas de sinsentido. La palabra no es como la música, no es un arte que entre y se quede, sino que tienes que ir a su encuentro, tienes que correr bajo la tormenta y jugarte la vida para encontrar solo una coma. La palabra no es una rosa que crezca bajo mimos, es una espina que sale del alma cuando menos se desea, un dolor que a bases de noches en vela y pensamientos indeseados se transforma en algo que podría pasar por real. Pero si hay algo que posee la palabra, eso es una finalidad: la palabra busca comprender y ser comprendido, intenta ser un puente entre almas y sentimientos. A veces la palabra se pierde en vericuetos innecesarios, demasiadas discusiones sobre si esto es nexo o enlace, pero siempre, si rascas bajo la superficie, encontrarás el brillo de la razón, pero también del sentimiento. Ni tan desbordante como la música, ni tan cuadriculado como las matemáticas, así es la literatura. Un pobre juego en el que no buscamos encontrar fama ni dinero, ni siquiera lectores, sino a nosotros mismos. Después de un año y medio no sé si he visto más allá de mi nariz, pero he descubierto grandes palabras, que hoy cumplen años. Felicidades, esta entrada es para ti.

domingo, octubre 11, 2009

Como muchos de vosotros sabéis, ayer empezaron las fiestas del Pilar con el tradicional pregón de fiestas, este año a cargo de José Antonio Labordeta. El día del pregón siempre ha sido mi favorito, porque la fiesta comienza en el autobús hasta la plaza, cantando, y sigue en la plaza del Pilar, cantando. Pero lo mejor, lo que más me gusta de las fiestas en general, viene a continuación, y son los fuegos artificiales. Cuando los miro, me veo como un niño pequeño que se aferra a un globo y suspira con cada explosión. Los fuegos artificiales me apasionan, porque creo que representan al ser humano en general, es una lucha del hombre por desafiar a la naturaleza y a Dios. Al lanzar un cohete, buscamos que llene la noche con su luz y su ruido. Buscamos crear nuevas estrellas, iluminar la oscuridad nocturna, y lanzar truenos que resuenen más que los del mismo Zeus. El hombre busca elevarse, abandonar la tierra y escribir su nombre en el cielo, equipararse a su creador, permanecer por encima de la mediocridad. Pero como somos hombres, somos mortales. Las luces se desvanecen poco a poco, el ruido pasa y la noche impone su velo. Pero lo que más me gusta, lo que no se puede copiar de quienes imitan a Dios, es la emoción, los cabellos que se erizan con cada detonación, la lengua que chasquea impaciente con cada estela que surca el cielo hasta que explota en miles de colores. El hombre nunca podrá escribir su nombre en la noche, pero siempre dejará un reguero de emoción, lágrimas y bocas abiertas en los niños que se aferran a su globo, ya les falten dientes o pelo.

viernes, septiembre 18, 2009

Hoy seguimos con conversaciones con amigos. El otro día estaba hablando con unos amigos sobre la palabra bohemio. No sé cómo, salió esa palabra, y se sorprendieron de que la calificara de insulto. Antes, un bohemio era un verdadero artista, despreocupado de la reacción de los demás, solo centrado en su obra. Sin embargo, ahora los que se llaman bohemios son aquellos que solo buscan que la gente les aplaude. Han construido una fachada que "mola", utilizan el arte como una forma de atraer a grupis deseosas. Además, suele pasar que los bohemios se autoproclaman como tales y se adueñan de escenas bucólicas, como tumbarse en la carretera, cuando en realidad el arte no es así. Odio a los bohemios a muerte, son los especímenes que más detesto. Yo no soy nada, pero me gusta el arte, necesito el arte, y odio la gente que utiliza el arte para hacerse notar, para atraer más chicas al asiento de atrás. Odio que muchas personas solo vean las poses al pintar, las camisetas molonas del batería en el concierto, y no vean más allá. Odio que el arte se prostituya y se convierta en luces de neón para moscas indecisas. Odio a los bohemios guays, y amo a los artistas que no se lo creen. Un abrazo.

viernes, septiembre 11, 2009

Hay canciones que son más de lo que dicen, más de lo que cuentan, aunque muchas veces ni siquiera lo sepamos ver. Un ejemplo de esas canciones es With or without you, de la que ya hablé. Hoy voy a hablar de otra gran canción que tiene para mí otro gran significado: Bohemian Rhapsody, de Queen. Evidentemente, no soy tan estúpido como para creer que este es el concepto en el que pensaban los autores, pero es el concepto en el que pienso yo. Bohemian Rhapsody, para mí, trata sobre la vida. Todos los cambios de ritmo, de intensidad, marcan cambios en la vida. La canción arranca con los 4 miembros (Freddie Mercury, Brian May, John Deacon y Roger Taylor) cantando a coro, a capella, muy lentamente. Como el niño que todavía no ha nacido, que vive en sintonía total con su madre, se pregunta sobre lo que ve, lo que siente: ¿Es esta realmente la vida, es pura fantasía? Poco a poco se une un piano, las voces se desdoblan, se contestan: el niño nace. El piano, como una nana que duerme al niño, sirve de acompañamiento a Freddie, que canta suavemente sobre el dolor, sobre la muerte, como la madre que alerte al niño, pero siempre con dulzura. Aparece la batería, el niño crece y sale de casa, tiene amigos. Suenan unas campanillas, el niño quizás se enamora de su amiga, de su vecina. Brian May a la guitarra, la fuerza del niño supera el cariño de la madre, se transforma de repente en un adolescente. Cambia la música, es la parte más caótica, más extraña. El piano, antes suave, ahora es cómico, extraño. El adolescente no tiene a nadie, pero todo el mundo le asombra, le defrauda. Todo el mundo es su guía, durante dos días. Miles de voces, pero sin sentido, necesita un referente. Rayos y truenos, sombras de hombres. No hay luz. Pero el chico es fuerte, y aprende del dolor. La batería, la guitarra, el sufrimiento, todo se convierte en su apoyo, en su fuerza para afrontar el mundo, y madura. Se hace un hombre, se enfrenta a los que le oprimieron. Tiene fuerza, tiene valor para enfrentarse a todos: Así que pensaste que podías apedrearme sin más. Pero el tiempo pasa, las fuerzas se van, y poco a poco envejece, aunque cuando comienza a darse cuenta sus dientes ya duermen en un vaso. La guitarra pierde su fuerza arrebatadora, se acerca a una melodía de misa. Vuelve el piano, pero esta vez como el bastón que acompaña al anciano hasta su tumba. Nada me importa en realidad. Las notas son cada vez más lentas, los latidos son cada vez menos, hasta que desaparecen. Al final, el legado es siempre el mismo. El viento, que aparecía al nacer, vuelve a aparecer al morir. La canción, como la vida, es siempre el último suspiro, el último mensaje: Anyway the wind blows. El viento sopla, se lleva las cenizas del anciano y acaricia el pelo del recién nacido. Un círculo cerrado, que comienza y acaba con la muerte, y que comienza y acaba con Mercury, May, Deacon y Taylor cantando a la vez: el dolor y la alegría unen al hombre y marcan la vida.

miércoles, agosto 12, 2009

Francis Bacon: Study after Velazquez's Portrait of Pope Innocent X
PD: Como esto es algo nuevo, explico el funcionamiento. A partir de ahora, junto a las típicas idas de olla y vídeos de youtube (los dos pilares de mi blog, como ya he dicho alguna vez), también publicaré cuadros y fotografías que me llamen la atención. Como siempre, un abrazo.

jueves, agosto 06, 2009

Es natural en el ser humano asociarse con aquellos que son más similares, con el fin de vencer a los diferentes, que siempre se han considerado los "malos". Sin embargo, esta asociación que en ocasiones puede ser legítima, en el terreno cultural solo conlleva problemas. En la guerra, los soldados no piensan, o al menos no se les paga para que piensen, sino que actúan. En la paz, por el contrario, las personas debemos pensar, y no podemos pensar correctamente si solo nos reunimos con nuestros amiguitos. Lo cómodo es pasar la vida entera con tus amigos de la infancia, cuyos secretos e ideologías conoces, pero no es lo mejor. El ser humano en general solo avanza cuando se encuentra con situaciones diferentes, en lugares distintos, con personas desconocidas. Es entonces cuando la filosofía, el arte, la política o la seducción progresa, y supera el estancamiento inicial. No se trata de abandonar las bases, de olvidarse de nuestros amigos de la guardería, sino de construir sobre esas bases, de enriquecer nuestra relación con las aportaciones de terceros. En el pasado, los emperadores y príncipes solo se casaban con familiares, con ramas dinásticas similares. Esta endogamia produjo una degeneración que condujo al final de muchas familias, como el caso de los Austrias con Carlos II. En el panorama intelectual (palabra pretenciosa pero necesaria) ocurre lo mismo; si escuchamos solo un tipo de música, si leemos solo un tipo de novelas, si frecuentamos solo ciertos bares nos arriesgamos a la muerte, no de una dinastía, sino de nuestra cabeza. Por eso, no debemos encerrarnos en nuestros gustos, sino intentar comprender al otro, no solo en el terreno artístico, sino en todos. Un abrazo.

viernes, julio 31, 2009

Ayer fui a un concierto de Carlos Baute, por motivos laborales, y entre hormonas revolucionadas y movimientos de cadera escuché una cosa que me impactó. Baute, con su cuerpo deseado por muchas, va y se pone a hablar de que se enamoró de una amiga, y de que le hizo mucho daño. Y yo, a partir de ahí, empecé a odiarlo de la peor forma que puedo odiar, bajo una sonrisa. Odio la falsedad, pero la entiendo, sé que el ser humano vive de apariencias, pero hay dos tipos de falsedad que no puedo soportar: la relativa al arte y al amor. Todo aquel que utilice el arte o el amor como mercancía, como quilates para revalorizarse en el mercado, se han ganado de inmediato mi odio. Cuando Baute hablaba de cómo ella lloraba en su hombro, y de cómo él sufría en silencio, me entraban ganas de saltar al escenario y partirle la boca. El amor nunca, nunca, puede ser utilizado como plataforma a la que subirte para dejarte ver. No podemos utilizar el sufrimiento como arma para conquistar, las lágrimas como silbato que llame a los besos. Por eso cada vez que hablo en el blog de algo parecido que me pasa a mí, odio parecer que me vendo. Para mí, el escalón más bajo al que puedo llegar es prostituirme moralmente, no respecto a principios filosóficos, ya que estos cambian y deben cambiar con la edad, sino respecto al arte y al amor. Cuando leo un libro, o cuando comento algún dolor, nunca lo cuento con ricas descripciones, solo para que no sea una mercancía más. El amor es lo más puro que hay, y por extensión el arte también goza de esa pureza privilegiada. Quien la perturbe merece el peor castigo que me atrevo a infligir: la más tibia indiferencia y desprecio.

martes, junio 30, 2009

Hablaba con un amigo sobre los blogs, sobre cómo nos atan y cómo nos cambian, pero comentamos un asunto de pasada que me parece demasiado importante como para olvidarlo: la realidad. Parece sensato preguntarse qué hay de realidad en los escritos de los locos, que eso son precisamente los blogs. En mi caso, bastante, pero no todo. Me han preguntado miles de veces de dónde saco la inspiración para escribir, y mi respuesta es siempre la misma: de la vida. Sin embargo, el problema surge al escribir, y es que los sentimientos aparecen desbordantes, arrebatadores, totales. Cuando hablo de una mujer, no puedo decir que es guapa, tengo que decir que es la más guapa. Cuando hablo de una mujer, no puedo decir que me gusta, no puedo decir que quiero estar con ella; no. Tengo que afirmar que la quiero, aunque solo me guste. En el blog, creo una realidad a partir de un detalle, de un sentimiento, que igualmente está ahí, pero no tan exhuberante. La realidad está ahí, pero con tacones y peluca, aunque sus ojos siguen brillando igual.

martes, mayo 19, 2009

Hoy he tenido una gran clase de historia: Rosa Parks, Martin Luther King Jr., y el atentado a la iglesia batista de Luther King. Con los pelos de punta, solo escuchaba una frase: "¿Cuántos oídos debe tener un hombre para poder oir a la gente llorar?" Esta perla viene de Bob Dylan, Blowing in the wind. Os dejo con ella. Un abrazo.



How many roads must a man walk down
Before you call him a man?
Yes, 'n' how many seas must a white dove sail
Before she sleeps in the sand?
Yes, 'n' how many times must the cannon balls fly
Before they're forever banned?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.
How many times must a man look up
Before he can see the sky?
Yes, 'n' how many ears must one man have
Before he can hear people cry?
Yes, 'n' how many deaths will it take till he knows
That too many people have died?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.
How many years can a mountain exist
Before it's washed to the sea?
Yes, 'n' how many years can some people exist
Before they're allowed to be free?
Yes, 'n' how many times can a man turn his head,
Pretending he just doesn't see?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.

martes, abril 28, 2009

Hace poco acabé de leer Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Lo que para muchos es un libro más, un libro para niños, para mí es algo más. La primera vez que leí un libro de Harry Potter yo tenía 11 años, los mismo que Harry, y para mí leerlo era como leerme a mí mismo. Conforme Harry crecía, yo también crecía, y en cada aventura teníamos los mismos años.Yo he crecido con Harry, yo he crecido a base de leer libros una y otra vez, de tardes enteras sin moverme del sillón, y esto no me pasaba desde hacía años. Con este libro ha sido como volver atrás, cada página era una página de mi vida, cada recuerdo, cada frase que recordaba al pasado, era mi pasado, era mi vida. Cuando leía los libros, a Ron y a Hermione me los imaginaba como personajes de una serie, pero yo no me imaginaba a Harry. ¡Harry era yo, no tenía que imaginarme su cara, porque era la mía! Yo crecía leyendo sus aventuras, y cada vez más era yo, cada vez me veía más a mí venciendo las dificultades que se me planteaban en el camino. Recuerdo las tardes que he pasado con él, recuerdo cada sol y cada lámpara que han pasado mientras yo seguía metido en ese libro, mientras yo seguía viviendo como Harry Potter. Harry me enseñó, a mí y a muchos, cómo afrontar la vida, y gracias a él hemos seguido. Es imposible decir aquí todo lo que esos libros me dieron, es imposible hablar de todos los momentos que pasamos juntos. Joanne Kate Rowling se ha ganado mi más sincera admiración; ha conseguido que cada lector sienta como suya la vida de Harry Potter. La vida de Harry ha terminado, pero la mía sigue. Y me siento extrañamente solo.

jueves, abril 16, 2009

Son cosas como esta las que me hacen sonreir. Sonreir y emocionarme. Un abrazo

jueves, abril 09, 2009

Los buenos cantantes hacen buenas canciones, los grandes hacen buenos discos. The Jeaulous Lovers no son grandes, pero saben lo que hacen. Tienen detalles de grandes, como el orden de las canciones o un sonido propio, que está presente tanto en el rock de Arena como en las palmas de Luna llena. Por supuesto no son grandes, están empezando, y tienen fallos que solo ellos deben descubrir, pero me gusta. Ahora estoy escuchando su EP, Esta noche olvídame, y me gusta. Desde mi punto de vista, el disco está bien organizado, empieza con una canción que puede ser el estandarte de su sonido, Reina lunar, para seguir probando nuevos sonidos (desde la oscura Nada que apostar, que me recuerda a Héroes, hasta Herido de muerte, la más diferente).

He de reconocer que Luna llena y Arena son mis favoritas, son como la cara y la cruz de un mismo sentimiento; incluso su orden en el disco parece querer jugar con esa dualidad. Aparecen dos polos opuestos: palmas y cajón, suavidad, por un lado; y guitarras y baterías duras, electricidad, por el otro. La lejana luna de algodón lucha contra la áspera arena, y a pesar de estar enfrentadas comparten un deje de amargura, cierto dolor contra el mundo. Un mundo al que se enfrentan Gonzalo, Luismi, Pelegrín y Rafa, The Jealous Lovers, y lo hacen de pie, sin nada de qué avergonzarse.

PD: El 24 de este mes presentan su EP en la FNAC, conque ya sabéis.

sábado, abril 04, 2009

Hoy volvemos a uno de los pilares de este blog: vídeos del Youtube. En esta ocasión tenemos una canción escuchada hasta la saciedad, Every breath you take, de The Police. Sin embargo, llevo una semana canturreándola, y hoy me han mandado un correo con esta canción, así que tengo que ponerla. Por favor, disfrutadla. Un abrazo.


martes, marzo 31, 2009

Cultura era una puta de cabaret
que todos nos deberíamos haber ido tirando
hasta que nos hiciera llegar al orgasmo.
¡Con lo bien que lo hacía!

Antes solías encontrarla en las bibliotecas,
en determinados bares y tabernas,
incluso en cines, teatros y conciertos.

Últimamente cuentan que la han visto por las iglesias
yendo al confesionario.
Se ha vuelto casta y viste
de luto riguroso.
Nacho Tajahuerce

lunes, marzo 09, 2009

Hoy iba a escribir sobre el amor, para convencer a alguien de que el amor es grandioso, de que la vida no merece la pena sin él. Hoy iba a escribir una entrada de las que hacen historia, una entrada que sería recordada más allá de mañana. Pero me he dado cuenta de que no hay sitio, de que se queda corto. El amor no es un sentimiento, sino todos los sentimientos llevados a la perfección, refinados y mejorados. Por eso, no voy a tratar de convencerla en una entrada, sino que le voy a dar un consejo. Lee todas las entradas con la etiqueta "amor", y cuando te canses (porque no te las leerás todas) sal y mira el mundo. Sal y mira a los demás. Sal y mira todos los avances de la ciencia, todas las grandes obras. Todas han sido hechas por amor, todas por querer vivir un minuto más el amor junto a nuestra mitad. Todo es amor. Lee, escucha, mira, todo lo creado, empezando por la tierra y acabando por esta entrada, es amor. Si necesitas una canción, escucha Amie, de Damien Rice (ninguna versión decente en la red; emule). No habla de amor, pero también es de amor. Un abrazo.

jueves, febrero 19, 2009

Hoy iba a escribir sobre algo triste, algún problema que se me cruzara por la cabeza, pero no he podido. Con este sol debería ser un delito ponerse triste. He escrito igual veinte líneas, y las acabo de borrar. No me gustaban, no era yo. A decir verdad, tenía en la cabeza lo que me dirían al día siguiente, cuando me encontrara con los que habitualmente leen este blog. Por favor, si tenéis un blog y queréis escribir sobre vosotros mismos, no se lo digáis a quienes veis a menudo. Gusta que te digan que escriben bien, que tienes un trasfondo oculto, pero solo gusta al principio. Pronto empiezas a escribir condicionado por tus lectores, solo que en este caso los lectores son de carne y hueso, y los ves cada día. No sé si los periodistas o escritores sentirán algo parecido con sus escritos. Quizás esto es aprender día tras día. Yo pienso que es venderse, prostituirse. Yo empecé a escribir con 6 o 7 años, creaba historias para sentirme mejor. No volvía a escribir hasta los 16, cuando emborronaba papel con los típicos comecocos de los adolescentes, solo que entonces ya había leído mucho, y empecé a escribir algo menos visceral y más elaborado. Poco después comencé a escribir relatos que ganaron los premios literarios del instituto, y era feliz. Miraba los escritos de mis 16 años y me ponía colorado, todo era arrebatador, extremo, total. Amor o muerte. Ha pasado el tiempo, tengo un blog y ahora encuentro auténticos esos poemillas, y trato de convencerme de que lo demás no es falso. No puedo leer poesía, porque me parece falsa. No puedo escuchar baladas, porque me parecen falsas. ¿Y qué coño es lo verdadero, lo que solo puedo leer yo? ¿Eso es el arte? No, eso es desahogo, y es algo diferente del arte. Ambos son emociones en estado puro, pero el arte es transmitir esas sensaciones, y el desahogo es escribirlas y tirarlas por el retrete. O al menos eso es lo que quiero pensar. Por mi bien. Un abrazo

miércoles, febrero 18, 2009

Para celebrar el fin de exámenes, y sobre todo el fantástico fin de semana (aún estoy recuperándome) os dejo con uno de mis propósitos: aprender a bailar tango. Sé que algunos de mis amigos me han visto intentar bailar, pero era una tabla con patas y alcohol. Hoy os dejo la mejor escena de un gran película, Perfume de mujer, con el siempre genial Al Pacino, que ganó el Oscar por esta película. Esta escena consiste en el que el protagonista, un veterano de guerra ciego y deprimido, saca a bailar a una mujer, y qué baile puede ser sino el tango. Sé que estaréis hasta las narices de vídeos del omnipresente Youtube, pero esta entrada se la debía a los periodistas, por esos bailes. Espero que os guste.

 

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