sábado, 28 de noviembre de 2009

En pocos días se cumple el aniversario de las muertes de dos grandes músicos: Freddie Mercury y George Harrison. El de Mercury me pilló fuera de casa, pero no puedo evitar recordar el de Harrison. El beatle desconocido, el "beatle introvertido", el guitarrista que al principio era despreciado por sus compañeros por ser el más pequeño, es sin duda mi favorito. No podría decir por qué, pero las canciones que compuso él destacan entre las demás, tienen un toque totalmente diferente. Hoy os dejo con una de ellas, mi favorita: While my guitar gently weeps. Disfrutad de su obra, que es lo que siempre perdurará. Un abrazo.


lunes, 23 de noviembre de 2009

Las uñas carcomidas decoran el teclado.
Se clavan en los dedos.
Escribir dolor duele de verdad.
Risas entre cristales empañados, un viento que entra
por debajo de la puerta.
Appropiate place,
palabras que quieres que signifiquen una sonrisa,
un niño que salta corriendo a tu cama,
una mañana de domingo entre los brazos de tu madre.

Uñas, escamas y lágrimas.
Sangre y letras. Poesía.
Falsedad. Mundos que no existen. Miradas imaginadas.
Y una noche, que llega o nunca llega.
Pero está, lo prometo.
Y una voz.
Una voz.
Una voz que siempre me acunará.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Gracias. Todas las demás palabras sobran.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Se hace camino al andar, pero ¿qué pasa si no caminas, si solo ves cómo avanza el paisaje? Sonríes, saludas a la gente que pasa a tu lado, pero todo pasa. Las orejas nublan mi vista, la barba puebla mi mente, pero en el exterior nada cambia. Todo pasa, pero nada cambia en mí. O igual todo ha cambiado, pero nada se muestra diferente. Me escondo tras la cortina, te miro sonreír, te llamo en sueños, pero sigues riendo a otro. Arpa, truenos, tus dientes en mi oreja. Pero nada me toca, nada me mueve. Te digo que te quiero, sonríes y sigues bailando, sigues viviendo. La reacción lógica sería pedir otra cerveza, pero ¿desde cuándo soy lógico? ¿Desde cuándo mis comportamientos son predecibles, comprensibles? ¿Acaso alguna vez no escribí hasta que me sorprendió el sol, no derramé sangre hasta que la luna lloró? Cada vez me respiras, mi casa tiembla. Cada lágrima, cada gota de saliva de escupes al hablar, me pertenecen. Lo sé, y siento que es verdad. Pero necesito más.

lunes, 2 de noviembre de 2009

El caminante sobre el mar de nubes - Caspar David Friedrich

 

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