lunes, 22 de mayo de 2017

Cuellos de camisa. Mangas por delante y por detrás. Más vapor para hacer menos fuerza. Simples consejos tomados del natural, al observar a la madre que todo lo hizo. Cada uno de sus gestos y detalles sigue siendo reverenciado, cada gusto paladeado con los ojos cerrados, cada canción escuchada muy dentro para sentir la caricia de cada corchea. Son esos pequeños gestos los que me esfuerzo por redescubrir cada noche, antes de dormirme, y atrapar para no olvidarlos nunca más. Las pequeñas cosas, sonrisas y manías, que nos devuelven ese abrazo perdido, que perfilan un retrato que nunca se perderá. Y sin embargo, tantos detalles se han quedado atrás que solo quiero sentarme y llorar por la vida que se sigue yendo cada día, por esa niebla que sepulta tantos gestos... Bailes que se fueron, canciones que nunca volveré a escuchar porque significan demasiado; trato de impregnarlo todo para que nada se pierda. Trabajo, canciones, bondad, llorar...Nunca podremos revivir ni un solo fragmento, y quizás eso nos ayuda a seguir caminando hacia un horizonte que nunca vendrá. Hoy, sonrío al recordar bromas tontas para conseguir una sonrisa tímida cubierta con la mano. Hoy, entre el dolor que implican estos recuerdos, la música me ha traído una pincelada de felicidad y un nuevo retazo para el álbum. Hoy, no me asusta tanto el mañana.
 

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