viernes, 1 de junio de 2018


Cuando fuiste elegido
El mundo lloró de alegría
Pensamos que habíamos dado el poder
Al emisario que diría la verdad

Ahora las noticias dicen que espías
Ejecutas sin juicio
Traicionando las virtudes
Haciendo cicatrizar los cielos

Castigando a los denunciantes
Aquellos que dicen la verdad
¿Reconoces la cobardía que te devuelve la mirada?

Obama

Toda esperanza se ha secado en tu rostro
Te creímos como niños

lunes, 30 de abril de 2018

Ya no te quiero.

Querer es distancia entre dos sujetos:
un agente que busca y un objeto que es deseado.

Tú y yo ya somos uno.
¿Qué somos? No lo sé
porque no puedo explicar nada de esto.

Rebusco palabras que me hagan sentir
especial y
recorto frases sin sentido
ni puntos ni un orden
fuera de mí.

Porque así eres tú:

sintaxis fuera del orden

vanos en una catedral sin muros

una melodía sin tema ni voces
pero un ritmo palpitante en las yemas.

Nunca existió algo así. Quien lo probó, lo sabe.

lunes, 23 de abril de 2018

El dolor más hondo no tiene por qué brotar de una herida, sino que puede tomarse lentamente de un aire cada vez más cargado de denso cianuro. Matar a alguien no significa aniquilarlo; la existencia humana es mucho más compleja que simples células. Una persona puede vivir durante milenios en los corazones del pueblo o estar ya muerto en una monotonía aislada de otras almas. No somos nada si no habitamos en los demás, por eso nos aterra acabar una relación. Cuando nos despedimos de alguien empezamos a morir un poquito, se desvanece esa parte de nosotros que fuimos solo para esa persona. Las pequeñas cosas se confunden con las grandes, quedando una amalgama de anécdotas, vivencias y cosas que nunca pasaron pero a las que nuestra mente por fin dotó de forma. Y sin embargo, la relación se sigue moviendo hacia terrenos desconocidos que nos explorarán y nos cambiarán por completo. No sabemos las consecuencias de nuestros actos, no conocemos la medida real del tiempo, no tenemos ni idea de cómo suenan nuestras palabras en otros oídos. No nos conocemos como nos conocen los demás; aun encima, acribillamos esa existencia con la imagen que nosotros atesoramos porque creemos que es más real. Una mentira que nos hemos creído para crear la muralla frente al otro y dominar el yo. Una farsa que se paga muy caro cuando un amigo se va y la gangrena avanza hacia la rodilla.

martes, 10 de abril de 2018

Siempre me gustó Cambridge, me parece una gran ciudad. He visto miles de vídeos en Youtube, sigo la cuenta de turismo en Instagram y hasta algún influencer en Twitter. Por todas las webs me van saliendo anuncios de vuelos baratos a Cambridge, alojamientos preciosos de Airbnb con sobrecostes escondidos o incluso alquiler de coches para explorar la zona. Muchos de ellos en un español pésimo, por cierto, supongo que Google lo ha traducido para mí. El caso es que nunca me había propuesto ir, pero todo parecía tan fácil que me dejé llevar. YOLO. Busqué algunos datos en Wikipedia pero había demasiada información, no podía hacer nada con eso; en su lugar, leí unos cuantos blogs de turismo en la zona y deje mi correo para enterarme de descuentos especiales. En el trabajo miré algún vuelo en Ryanair pero no podía comprarlos, justo hoy me enviaban la nueva tarjeta de crédito. En su lugar, busqué cosas sueltas en Google y cada vez guardaba más información: visitas guiadas, excursiones locales, hostels de intensa vida social y cultural... Copié todos los enlaces en un correo y me lo envié para no perder todos esos datos.

En el metro de vuelta del trabajo busqué música celta en Spotify mientras revisaba Facebook. A un viejo compañero de la escuela le gustaba un museo de Cambridge, publicaban cosas interesantes... El País había compartido una lista de lugares de moda en Reino Unido y ponían una foto de Cambridge... Hasta una madre del colegio estaba por la zona y había subido unas fotos conduciendo aterrada por la izquierda... Consulté el correo y no solo tenía la información que me había autoenviado, sino una guía de turismo local, otra con diez restaurantes imprescindibles y un par más sobre ofertas de vuelo y hotel a mitad de precio.

Llegué a casa directa a comprar los billetes, ese regalo que tanto deseaba. Sin saludar a nadie, me descalcé y busqué la nueva tarjeta entre sobres arrugados. Ibercaja me enviaba la nueva tarjeta y, en una carta aparte, nueva información sobre los viajes de la compañía. Los dejo a un lado y vuelvo a Ryanair, veo que el precio del vuelo ha subido un poco pero no me importa. Al pulsar el botón de compra me sube un cosquilleo por la espalda: he reservado otras fechas más baratas sin pensar bien si podría ir. Tengo que organizar muchas cosas. Me recuesto en el sofá y me dejo llevar.

Facebook me recomienda colonias de verano. Instagram me muestra los rincones más bonitos de Cambridge. En mi correo, apartamentos rebajados cerca del hospital y una nueva newsletter sobre cómo sobrevivir a un viaje en aerolíneas de bajo coste. Suenan voces en la habitación de al lado pero Youtube tiene recorridos virtuales por el King's College. No necesito más. Cambridge me rodea y me saca una sonrisa bobalicona.

martes, 27 de marzo de 2018

Mira, niñata, no sé por qué nadie te ha callado la boca todavía pero rezo para que sea pronto. Tu mirada es el espejo del alma: un color bonito y plano que no va más allá, un barniz que oculta la ausencia total de empatía, un muro desde el que proyectarse hacia el otro sin mostrar nada del interior. Acechas cada fallo con el sabor de la reprimenda en tu garganta, endorfinas que se mezclan con un grito calmado pero férreo. Cada tecla que golpean tus pequeños dedos es un nuevo pico que se derrama en tus arterias, expandiendo tus pulmones y necrosando tu cerebro un poco más. Darle poder a un hombre es la medida para conocerlo de verdad, pero si eres así con tan poco compadezco al imperio que te corone. Nunca los ogros son temibles, sino los consejeros con lengua de serpiente que vierten veneno en los oídos de reyes y pobres solo porque pueden. No hay objetivo en tu acoso, ningún beneficio trimestral puede justificar los espumarajos de tu mandíbula. Será que te has educado para ser la mejor y solo una puede ser la mejor; los pusilánimes forman un tapiz de flores a su paso, mientras que los inútiles perlan el camino de oro y grana. Estudiar no para crear personas capaces sino firmes engranajes de un sistema podrido, de una corporación muerta pero de firmes valores. El capitalismo vive en cada uno de nosotros porque todos queremos sobresalir y eso implica hundir a los demás. No te justifico, solo te compadezco por no poder ver el sol en tu cárcel de vidrio y metal. Por favor, que te echen pronto al mundanal ruido para que descubras la vida antes de que sea demasiado tarde para ti.

martes, 6 de marzo de 2018

Estoy cansado de la vida. No quiero negarla, ni mucho menos; tampoco abrazaré la otra cara porque nunca se puede adorar el vacío. No, lo que siento es la extenuación de quien ha nadado demasiado y comprende que la mar apenas ha despertado. Un jugador que revienta en el calentamiento nunca será un profesional, solo una pasión que quema sin combustible el oxígeno y la propia chispa. En el primer estiramiento surgieron las dudas sobre la carrera y ahora, cuando ha pasado media maratón, preferiría animar desde la barrera. Quiero parar la vida, no dinamitarla: hacer añicos el cronómetro, el podómetro y demás instrumentos de tortura. Dejar de hacer malabares con las cosas importantes, un juego mortal porque siempre se cae alguna bola y se hace añicos contra el suelo. Familia, amigos, trabajo, proyectos vitales. "Si te sacrificas de verdad por la sociedad no llegas a tu familia, seguro que tus hijos pensarán que eres un cabrón", murmuraban los corricos. Por eso no podemos parar el reloj ni disfrutar del presente. No es una cuestión de tiempo sino de vida: nosotros somos la corriente que se pierde en el mar, eso es lo que nos hace humanos. Ningún dique secará un río, siempre habrá corrientes subterráneas o violentas riadas que tiñan los campos de vida. Si no puedes parar el tiempo, al menos baila con tu propio ritmo.

miércoles, 28 de febrero de 2018

Personas que son parte de tu día a día desaparecerán y ya no volverán. Os diréis que sí, que quedaréis o que os veréis porque la vida es un pañuelo, pero sabes que los pliegues no llegan tan lejos. Lo que habéis construido se quedará precisamente en eso, en todo lo que habéis compartido sin llegar a ninguna parte, precisamente el gran encanto de toda vuestra relación. No todo lo que vivimos tiene que desembocar en un gran océano; disfrutamos de pequeños meandros y galachos que aportan sabor a cada día, aun a sabiendas de que no volveremos a probar esos néctares a los que llegamos a acostumbrarnos. Quizás en eso resida el encanto de nuestra existencia, en saborear cada momento sin el miedo de que podamos repetirlo o no; al fin y al cabo, nunca nos bañamos dos veces en el mismo río. No me llames hija, no me llames de ninguna forma porque ya me habré ido con la bruma de la mañana, entre los copos que siguen cayendo horas después de tus fotos y vídeos. Mi banda sonora no es esa canción que has puesto y repetido hasta la extenuación, sino la melodía simplona que llevaba en la cabeza mientras nuestra última vela se extinguía y yo sonreía. Estoy feliz porque sé que no volveré a vivir nada de esto y me duele, pero dota de mayor valor a cada una de las muescas que grabo en mi reloj. Sonríe porque todas estas caras e historias se irán depurando en mi memoria hasta destilar un fino hilo de pura ambrosía: mi recuerdo, mi realidad, mi existencia.

domingo, 14 de enero de 2018

"No era que hubiese dejado de prestar atención al mundo, pero el mundo ya no solo se caía a pedazos, sino que estaba ardiendo, y la cuestión era: ¿qué hacer o dejar de hacer cuando el mundo era presa de un incendio y no se disponía del material necesario para apagar las llamas, cuando el fuego había prendido tanto dentro de ti como a tu alrededor e hicieras lo que hicieses odejaras de hacer no ibas a cambiar nada con tus actos? Ceñirse al plan y escribir el libro. Esa es la única respuesta que se le ocurría. Escribir el libro sustituyendo el incendio real por un fuego imaginario y esperar un resultado mejor que la simple insignificancia.

[...]

Comprendía lo delicada que era esa postura. La arrogancia que implicaba, el egoísmo, el error de pensar en el arte por encima de todo, pero si no se ceñía a su argumento (que quizás no era tanto un argumento como un reflejo instintivo), se abandonaría a un argumento en contrario en donde los libros ya no serían necesarios, ¿y qué momento podría ser más importante para escribir libros que un año en que el mundo estaba en llamas... y uno se consumía con él?"

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Paul Auster

sábado, 13 de enero de 2018

"...y en todo momento, desde el comienzo de su vida consciente, la insistente impresión de que por los desvíos y vías paralelas de los caminos que se han tomado y que no se han tomado ha circulado la misma gente al mismo tiempo, la gente visible y la que está en la sombra, y que el mundo tal cual era nunca podría ser más que una fracción del mundo, porque lo real también consistía en lo que podría haber ocurrido pero no sucedió, que un csmino no era mejor o peor que cualquier otro, pero el tormento de estar vivo en un solo cuerpo significaba que en un momento dado uno tenía que encontrarse exclusivamente en un solo camino, aunque pudiera haber estado en otro dirigiéndose a un lugar enteramente diferente.

[...]

Dios no estaba en ninguna parte, dijo para sí, pero la vida estaba en todas partes, y la muerte estaba en todas partes, y los vivos y los muertos estaban unidos."

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Paul Auster
 

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