domingo, 10 de septiembre de 2017

Soy solo la sombra del hombre que una vez fui. Suena terrible, pero siempre vivimos detrás de la imagen que construimos, una poderosa torre que nunca somos nosotros. Cada días somos presos de lo que hicimos el instante anterior, luchando en un presente menguante. De hecho, a menudo ni siquiera vemos la torre sino que solamente admiramos su recuerdo, una falsa postal con la que jugamos a historiadores: trazamos una línea recta desde el ahora, una flecha que solo recorre aquellos puntos que concuerdan con nuestra visión. A posteriori nunca hay contradicciones, todo encaja porque serramos las piezas hasta que las aristas desaparecen. Las poderosas espinas que tanto nos han ayudado a crecer son peligrosas cuando ya somos mayores, porque nos recuerdan nuestra debilidad; preludio del polvo que nunca nombramos. Y aunque crezcamos, el gran faro siempre estará en sombra en nuestro lado porque no hay que iluminar los andamios. Por eso siempre seremos la sombra de lo que fuimos, porque el futuro no ofrece ningún resguardo.
 

Copyright 2010 Archivo de las pequeñas cosas.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.