lunes, 30 de junio de 2014

Andar no es complicado, lo difícil es mantener el equilibrio
sin nadie que coja tus manos.
Nadar es sencillo
con un dedo en la barbilla
o a sabiendas de que harás pie;
el miedo surge cuando tu cuerpo está solo.
Cuando tu cuerpo eres tú,
mucho más que aquel quien escribe estas líneas.

Puedo conducir, programar, cocinar y tocar la guitarra
si alguien me acompaña,
si tengo señales, revisiones, recetas y partituras.
Solo se puede lograr la perfección cuando hay modelo;
sin él, yo hago el camino y dejo maleza en las márgenes.
Belleza que queda fuera,
recorridos extraños y recodos innecesarios para otros.

Hago mi camino sin saber dónde voy,
nado desde mi cuerpo sin poder evaluarme,
cocino sabiendo que lo podría hacer mejor
pero sin intención de hacerlo.

jueves, 19 de junio de 2014

Sonríes al pensar que hubo un tiempo distinto. Recuerdas los orígenes y no puedes dejar de admirar la sinceridad que se ocultaba bajo esas metáforas cargadas y esos personajes siempre tan distintos, siempre el mismo. Estertores de un romanticismo postrero. Viejas figuras retóricas que en ti sonaban vivas porque eras tú quien las emitía; no sabes cómo era para los demás porque nunca te lo figuraste. El viejo debate sobre hacer valer tus comodines o solo jugar con la baraja normal. Un debate que nunca se cerrará, por mucho que viejos reyes barrocos abdiquen en mozalbetes drogados y con marcas en el antebrazo. Pero cuando te dejas llevar por la melodía, por los gritos, comprendes que ese no era el principio. Había vida antes del ordenador; una vez este no fue sino un complemento en el aula y no el centro del conocimiento. La palabra, antes que derramada en un ordenador rayado o acuchillada en un folleto publicitario, ya formaba el mundo. Antes el lenguaje no era violencia impuesta sobre la realidad, sino el único canal para modelarla. Aunque los tricerátops fueran gusanos, comer hierba siempre sería una gran aventura para ellos. Pequeños libros autogestionados antes de conocer que es el yo. No había debate sobre enseñarse porque era parte de ti, como tu forma de pronunciar ces y eses, como los brazos en jarras. ¿En qué momento de la vida surge la conciencia interna? ¿Por qué dejamos de construir el mundo para construirnos nosotros? Tienes la sensación de haber sido más completo con 6 años que con 16, aunque te faltasen dientes. No tienes respuestas, pero no hacen falta. Siempre quedarán los sueños y el miedo, las dos piernas del futuro. Aunque no sepas quién eres, de dónde has venido ni adónde vas, siempre soñarás y siempre tendrás miedo. Tú eres el futuro.

domingo, 15 de junio de 2014

Una vez que pasa el huracán, deseo que hubiese sido más fuerte. Ahora que lo he soportado, subido en el tejado solo con mi colchón, ojalá hubiese sido más potente para que me exigiese más. Necesito comprobar que mis piernas habrían aguantado más viento, más fuerza; ahora que ha pasado el miedo y el terror, la calma resignación de la muerte, sé con certeza que podría haber soportado más peso. Donde antes buscaba ayuda, una fácil huida, ahora quiero más. Las explosiones, los gritos, las miradas de puro dolor... Nada de eso importa ya. Todo eso eran berrinches de niño de teta que merece ser arrojado al vacío para crecer. Las supernovas pasaron y se fueron, los perros se perdieron en el horizonte. Ahora la adrenalina grita por mis venas un nuevo asalto, más de esta droga cuyo único efecto es darse cuenta de la capacidad de uno mismo. Me cargo el colchón y bajo por la escalera con una sonrisa porque quien baja no es el mismo que subió. Probablemente sea peor, pero es una cuestión que no me interesa en absoluto. Lo importante es que vuelvo con mi colchón y no sobre él. Vuelvo caminando por mí mismo, porque he acabado arriba, no porque nadie me llame de vuelta. Vuelvo calzado, no con chancletas. Ahora sé que vaya a donde vaya siempre volveré, porque todos los lugares me pertenecen.

miércoles, 11 de junio de 2014

Mira, voy a permitir muchas cosas menos que digas que mi vida es aburrida. Primero, no tienes ni puta idea de mi vida. Segundo, cuando madures y dejes de lamentar todo lo que eres, solo entonces podremos hablar de igual a igual (aunque ni aun así podrás evaluar mi vida). Si soy lo que soy es porque quiero ser así, con unos pocos defectos que deberé seguir corrigiendo hasta que me muera centenario. Pero no pasa día sin que ría a carcajadas, sin que me emocione, tiemble o me sienta maravilloso. En poco más de veinte años he tenido más epifanías que tú en veinte vidas. Me he sentido en conexión con el mundo hasta el punto de querer tirarme al suelo para estar más cerca de mí mismo. Me he sentido tan vivo que he gritado, he llorado con las manos en la cabeza porque no podía imaginar una sola célula de mi cuerpo sin sonreír. Así que porque no cumpla con tus estereotipos cuadriculados de lo que tiene que ser guay, no me critiques. Vivo la vida que quiero vivir y no la que nos venden. Construyo mi cuerpo sobre mí, dejo que sea un organismo libre y viva conmigo, y aun así sigue siendo más atractivo que el tuyo, cincelado por artificios que te cuestan dinero y sufrimiento. Igual quien no está disfrutando de la vida todo lo que debiera no soy yo, aunque necesite refugiarme a veces a la sombra o en un libro, mientras tú recorres el soleado desierto buscando alguien con quien compartir tu vida, alguien que le dé sentido a tus días. Y no te das cuenta de que el único sentido eres tú. Y nunca lo verás hasta que no te sientas en la sombra y te sonrías a ti mismo, sin necesidad de hacerte una foto.

martes, 10 de junio de 2014

Nunca pensé que encontraría a alguien con quien pasar una tarde tumbado, resguardado, a los pies de la inmensa mole que siempre amenaza con devorarnos: el tiempo. Nunca pensé que lograría conversar durante todo un viaje, ni durante toda una vida juntos, sea al otro lado del teléfono o dos puertas más allá. Mientras dejaba de ser un niño y me aterraba por todo en lo que podría convertirme, nunca llegué a imaginar que lograría hablar al nivel de los adultos y participar en sus bromas, sino incluso granjearme su respeto, que mi opinión sea valorada y tenida en cuenta. Que lo que yo decida pueda ser tomado como una opción que imitar. Jamás pensé que dejaría de ser un niño asustado Lo sigo siendo, pero como todos los demás; trago ese poquito de bilis cada mañana para seguir sonriendo y trabajando por un mundo más justo. He caído en un estereotipo en cada frase porque he logrado camuflarme entre la normalidad y conseguido que mis traumas no sean más grandes que las sombras del dormitorio de un bebé. De hecho, mis enemigos no me vigilan desde un castillo, no mueven su red de espías a mi alrededor. Mi mayor enemigo soy yo mismo, En serio, tengo que encontrar un remedio a toda esta tontería de Paulo Coelho, está empezando a dañar mi cerebro.

lunes, 2 de junio de 2014

¿Cuántas veces has salido a la calle? ¿Cuál fue la última lluvia que te empapó mientras gritabas a alguien que no estaba allí? Cientos, miles, tú solo; no importa. Quiero saber si alguna vez has encontrado un poro de tu piel que no tuviese miedo y has salido a la calle. No miedo a los golpes ni a las multas. Miedo al ridículo por defender una idea, nunca perfecta, pero real. Acudir a una manifestación sin sacar pegas a quien convoca, porque ellos no controlan tus razones, tu sentimiento. Comparte hombro con el porreta y con la señora del caniche, porque son tus hermanos; eso es la democracia, todos iguales, ¿no? La vida es compleja y siempre habrá razones para justificar cualquier aberración. No me importa. Lo único que queda al final es el recuerdo, y ni siquiera es el nuestro porque ya habremos muerto. Podemos traspasar el saco de mierda que nos dan al nacer, emponzoñarla con nuestro sufrimiento y luego llorar porque es nuestro único legado. La otra opción es mancharse las manos y remover la mierda, meter las llagas abiertas y dejar que nuestra piel se pudra. Hagamos lo que hagamos, el resultado implica mierda por todas partes: disfrutar de nuestra vida y engordar el saco o sufrir como pordioseros para aliviar diez gramos de carga. Haz lo que debes, haz lo que quieres, haz lo que consideres correcto. Actúa y déjame en paz de una puta vez, no vaya a ser que acabe saliendo a la calle por encima de ti.
 

Copyright 2010 Archivo de las pequeñas cosas.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.