sábado, 29 de diciembre de 2012

Ser libre no es hacer lo que quieras, sino no depender de nada.

PD: Nada se acaba

sábado, 22 de diciembre de 2012

Aunque se os haya olvidado, podéis vivir fuera del círculo verde. El recinto de seguridad solo marca lo aburrido, lo convencional, lo que te ves obligado a hacer/decir aunque sabes que no es real. Lo real existe al otro lado de esa línea. Y, lo más importante, no me importa una mierda qué habéis comido. Aunque eso sí, aún es peor no poder dejarlo todo al margen y tener que comentar cada rebuzno del hombre de paja. Déjalo todo y vive. Escribe en el barro y ríete aun del mismo dolor. Pasa días enteros en un sótano y gánate dibujos y apodos, para que años después todavía lo añores. Y ante todo, pasa página. Nada volverá a ser como antes, ninguna noche será tan mítica como las que tu memoria ha adornado. No es que cambies tú, es que cambia el mundo. Gira y los litros se convierten en botellines, las discotecas en dianas y los hielos en dardos. Lo valioso en todo ese movimiento es lo que se ancla al eje, las personas que nunca desaparecen y las caricias que siempre perduran. Precisamente porque nunca se te han colgado del cuello, por eso son tan importantes. Historiadores, amigos del alma, pompones a ras de la mesa, extranjeros y cantantes. Allí donde solíamos gritar ha cambiado y, aunque no hay silencio, la risa solo es un rumor de fondo. Tómate una cerveza y alimenta esa hoguera.

jueves, 20 de diciembre de 2012

La gente buena se merece que le pasen cosas buenas. No es que la vida se limite a darte lo que has entregado, un mero intercambio, sino que tú provocas esa reacción. Si sonríes, la lógica y los sentimientos te dicen que el sol brillará más. Si das la mano, alguien te dará el brazo. Pero ojo, nunca actúes en busca de la recompensa ni la pongas como meta. Ese no ha de ser tu objetivo, sino el bien en sí mismo. Olvida esas mierdas de pensamiento positivo, eso de que el mundo reirá contigo; todos ríen aunque llores. Es algo tan simple como que en esta vida puedes ser bueno o malo, luz o sombra, puedes dar o quitar. Y entonces piensas en lo que aportan los demás y solo puedes sonreír. Intenta que los demás sonrían y cambien también el mundo.

No te esfuerces por plantar un árbol, construir un huerto, porque todo morirá. El mal siempre triunfará, la sombra siempre volverá y el frío se colará por entre los nudos de tu bufanda. Tus ideas serán mejoradas y refutadas. Tus inventos quedarán obsoletos y tus gracias, insípidas. Deja que otros se organicen en bandos, luchen por ídolos construidos en su infancia y destruidos adolescentes. Sé como el agua, fíltrate por los recovecos para vencer a los demás y llegar al núcleo y arrebatar lo que buscabas. Deja que los demás se enfrenten porque tú vencerás, como siempre.

Que desborden palabras, que construyan párrafos, que aplaudan al final. La esencia no es la nota, no es el bien o el mal, sino los segundos de silencio posteriores. Entonces lo sentirás, y eso hará la diferencia.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Sintonizar el viejo transistor es una tarea dura y ardua. Ya no es solo cuestión de la ruedecilla, que nunca funciona como esperamos, sino de nuestros propios dedos. Recorremos todo el dial y justo cuando bajamos el ritmo para afinar la búsqueda, cuando sentimos cada relieve de la ruleta, entonces nuestra yema resbala y nos pasamos. O no terminamos de llegar nunca y lo dejamos, porque la emisora buscada no es más que unas uvas eternamente verdes, una Ítaca que nunca volverá a florecer. Es entonces cuando la radio parece un ladrillo, cuando nuestra incapacidad se apodera de nuestra mirada y nos damos cuenta de que no es la radio, sino nosotros. Y la tiramos bien lejos, con ira, confiando en que se rompa en miles de pedazos que nunca se vuelvan a unir. Esperamos algo de satisfacción por vencer pero no recibimos más que soledad. Soledad porque aunque nunca lleguemos a sintonizar la radio, sabíamos que las voces de los locutores estaban ahí; la bailarina de ballet cuando la caja de música lleva años cerrada. En el fondo nos gustaba que la emisión se distorsionara cuando nos movíamos: la radio hacía patente nuestro cuerpo, nos dotaba de una dimensión y subrayaba nuestra importancia, aunque su única finalidad fuese destruir. Por eso, cuando recogemos los pedazos de la radio, sabemos que estamos sepultando la más intensa melodía. Por eso sonreímos cuando un pedazo se nos clava en el dedo.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Revolcaos en vuestros comentarios de apoyo, vuestras caritas sonrientes y vuestras felaciones mutuas. Me encanta que hayáis construido un grupo fuerte y unido pero, por favor, recordad que tenéis vidas propias. Podéis actuar sin tener que decírselo a los demás y buscar su aprobación. Antes de las tecnologías actuábamos sin pedir permiso, solo porque pensábamos que era lo correcto y lo hacíamos. La culpa no es del progreso sino de nuestra estupidez: cuantas más facilidades tenemos menos actuamos. En realidad, nos gusta el babero, protege de manchas nuestro corazón y nos ata siempre a alguien más guapo, más listo, más poderoso. Así, la mierda no cae sobre nosotros sino que la repartimos y la saboreamos entre todos. Pretendéis que nos revolquemos en vuestro estiércol y encima alabemos vuestro cabello sedoso y brillante. No vamos a seguir tus palabras como marionetas, tus fotos no sirven más que para demostrarte tu poder, que no eres una paria sin padre ni familia. Ya no somos niños solitarios, ya no somos negros recogiendo algodón. Vuestra ropa, vuestros ojos, vuestras manos ya no son nada para nosotros. Hace tiempo que perdisteis lo único que era realmente valioso: la unicidad.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

No hay futuro, dices. Te equivocas. Lo que te da miedo es el vacío, las vías cortadas porque toca abandonar el convoy. Desde pequeños nos han criado para crecer sin madurar, siempre verdes y tiernos para mantener nuestro jugo. Exprimirnos es una delicia. La escuela, el instituto y ahora la universidad. Todo es un ciclo ininterrumpido para que nunca seamos adultos. En cada clase se nos imparten supuestos conocimientos, contenidos estancos y más infalibles que el papa. Nosotros no preguntamos, no cuestionamos. Los profesores no van más allá, no relacionan. El temario es este, la selectividad nos hará estas preguntas. Y seguimos adelante. La universidad ya no es la ciudad del conocimiento, la resistencia y la utopía. Bolonia y la estupidez la conquistaron y ahora tiene que ser eficaz. Durante todos estos años ha sido la institución más útil, formando en el sentido estricto de la palabra. Pero claro, estaba desconectada de la realidad y no servía para nada. Para solucionarlo, vamos a poner a profesores idiotas y temarios aún más estúpidos, para que nos aplaudan cuando hagamos bien una presentación en power point (¿software libre, qué es eso?). Y así pasamos los cursos, salvamos los trastos y obtenemos un bonito título universitario, un papel que una vez significó algo. Nos encontramos en la calle, sin ser nadie: sin pasiones, sin gustos, sin conocernos y sin madurar. Cuando la mano invisible nos acercaba el biberón, cuando teníamos trabajo y casa y pareja y perro/niño, todo iba bien. Ahora que la meta se ha desvanecido, solo ahora, lloramos. Nos damos cuenta de que a nuestros 23 años estamos vacíos porque han matado al niño de nuestro interior y no han dejado crecer al hombre. Mataron a la bailarina pero ahogaron también a la matemática. Pero lo mejor de todo es que no luchamos por mejorar las cosas, sino por no ir a peor. Las clases en la calle, las encerronas y las cerraduras selladas buscan seguir como estamos, con la misma mierda que encharca nuestros pulmones. Nadie se plantea un futuro mejor; simplemente quieren seguir drogados. Esta dictadura venció el día que diseñó su propia resistencia.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Leerte significa oleadas de desidia, odio mal perdonado y envidia. En toda no-relación siempre hay envidia, en algún sentido. Aun así, eso no te da permiso para reconstruir tus estatuas y reasfaltar las calzadas, rotas por los raíles del tranvía. El tiempo pasa por mucho que pulsemos el botón de pausa, la gente crece y muere, tienen esa obsesión. Las palabras vuelven con el viento y se instalan en el frío, en cada herida que tarda en cicatrizar. Ahora cortan como un cuchillo: no matan pero separan sin posibilidad de unir. El tajo permanece intacto, las dos mitades casan como un puzzle, pero ya no hay manera de unirlas de nuevo. Los adverbios de tiempo cobran una importancia excesiva en tu relato y los pronombres no dejan de ser palabras, lejos de brillar como cualquier mirada. Saluda si quieres a Jude, hace tiempo que le dispararon. Recupera a vampiros y hombres lobo, fiestas rutinarias y bombas de humo. Ya ni siquiera esbozas un beso como defensa improvisada, para qué. El alcohol y el amor al pasado es lo único que nos mantiene en el mismo alambre, uno deseando saltar y otro trepando. No quería escribir sobre ti, sobre vosotros, pero mojáis mis dedos y todo lo impregno con esa saliva de autocompasión, azúcar destilado y aire respirado de boca a boca, sin renovar ni escapar. La libertad es una pesadilla de la que queremos despertarnos sin levantarnos de la cama. Seguid con vuestros juegos que yo me centraré en mis trucos. Como siempre. Por fin el tiempo está de mi parte.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Los dedos bailan alrededor, como las agujas del reloj vaticinando la mejora que todos deseamos. Poco a poco el velo se desvanece y la sangre, las entrañas salen a la luz. Levantarse, abrir cajones, amontonar productos para volver a sentarse. Los ríos se desbordan, la gangrena devora algo más que un trozo de carne. La mano delicada, vestida con guantes de látex que relucen como la seda. Los dedos son auténticas agujas que presionan en el punto adecuado, acupuntura que expulsa los demonios. Puedo ver cómo las sombras se deslizan bajo la puerta, los miedos abandonan la sociedad. El suero limpia mucho más que nuestras mentes. Al salir de casa preparé un grito, una excusa; nada hizo falta. Las mentiras, los brotes verdes, quedan muy lejos de esta consulta, de este confesionario. Cuando entré el miedo llenaba mi mente, nuestros corazones, nuestras calles. Nos impedía ser nosotros porque nos buscábamos desesperadamente. El apósito de plata nos conquistó sobre los brillos del oro. El silencio de noche inundó las calles con una luz serena, sin grandilocuencias ni promesas de una utopía. La distopía espera, nosotros lo sabemos. Pero ahora nos enfrentamos a la herida sin vendas, dejamos que cicatrice con el húmedo calor del radiador. Hemos vuelto a amar animales, plantas, personas, lugares. Nos amamos a nosotros mismos sin inventarnos un alter ego superior. Salimos del médico cojeando pero contentos porque somos nosotros, porque somos pueblo.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Baila, tose, llora, arráncate la camisa. Sé el centro de atención, has nacido para ello. Pero no el punto del foco que acaba quemando, que provoca las críticas de los demás, sino el VIP del palco de honor. Que los demás vigilen tus gestos para imitarlos. Una frase tuya arruinará una relación o construirá un auditorio, qué más da, al final siempre se trata de ti. Si me pudiera quedar, si pudiera hacerme un ovillo como un gato y simplemente ronronear, lo haría bien a gusto. Pero no puedo. Me gusta la segunda línea de fuego, siempre ahí pero siempre a salvo. Sin embargo, no soporto tus cambios, tus sonrisas y miradas de reproche, tus pasiones que duran una taza de té. Joder, cómo odio el té. Una bebida caliente, de mal sabor y peor olor, con un procedimiento extraño para poder extraer lo supuestamente valioso. Como tú. Tienes el poder de convertir la mierda en té y un violonchelo en una mierda. Y luego está la buena acción para compensar, para arrancar una sonrisa al público; sabes bien que esa es la emoción que perdurará mientras que olvidarán todo lo que hayas podido manipular. Tu buena obra compensa tu mala vida; una mala obra arruinaría la mía, si me preocupara lo más mínimo. Si me pudiera quedar, la noche se rendiría y la música vendría hasta tu portal, da igual lo que hayas perdido. Pero no me puedo quedar y tampoco quiero hacerlo.

lunes, 8 de octubre de 2012

Fuera estalla la bomba H. Akira combate contra Deckard, Alien versus Depredador, todos contra todos. La aniquilación es el objetivo y el medio. No crecen flores porque ya no quedan manos para sujetarlas. Los columpios ardieron años atrás, cuando Alemania invadió los siete mares. Nuestras mentes no existen, son una ilusión creada para despreciar nuestros sentimientos y, por tanto, amarlos más. El mundo ha estallado ahí fuera pero esta casa es distinta. El sol carece de poder, el tiempo es nuestro. Y nuestras almas. Fuera implosionaron todos los pianos pero aquí queda una guitarra. Cuerdas trenzadas de verdad, naturaleza muerta por la redención del espíritu. Notas cayendo lentamente sobre el suelo salpicado de vivencias. Estudiar, trabajar, mendigar, triunfar, huir, crecer. Tiempo. Serifas, remates, florituras, puntillas. Caricias. Tenemos de todo. Ni las palabras ni los gestos hablan nunca de la realidad. No son sino una tecnología que reproduce un mundo artificial, imposible de transmitir el calor de la realidad subyacente. El espectáculo como división de la realidad y, a la vez, imposición de la nueva realidad. Pero no preguntes qué es real porque nosotros lo somos y no necesitamos más. La guitarra suena una vez más y siento su calor. Bebamos y toquemos, mintamos y ríamos. Fuera el mundo estalla, fuera el tiempo mata a su antecesor pero aquí brindamos por la destrucción, por el caos. Nunca un hiato fue tan bonito.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Vendo casas de cartón a pirómanos desahuciados. Soy el humo que besan de madrugada los niños borrachos, con capucha o corbata. No hago ascos a nadie porque mi oficio es mentir. Modulo la voz hasta ser la línea del vúmetro, sin personalidad. Solo espero a que hables para conversar en tu misma escala. Mis manos nunca son libres, siempre mueven el hilo determinado. La ropa está cortada con la máxima precisión; una micra más de teatralidad y pierdo mi faz de niño abandonado. Miro a los ojos o a las tetas según me convenga. No tendría reparos en mirar un paquete, es el mismo artificio. No lloro porque no sé. Represento el sí a las ideas más absurdas, a los sueños inconfesables y a los odios enconados. Mis palabras son secundarias, nadie escucha más allá del susurro del mar que responde a sus promesas lanzadas al infinito. Al vacío. Porque yo soy eso, la nada, la oscuridad, el espejo negro que todos desprecian pero del que todos dependen. Vierto veneno en sus oídos cuando quieren desahogarse. Cerillas bajos los pies si necesitan calor humano. El puñal en la sombra que aspiras ser. Al final todo es eso, el alambre entre el deseo y la soledad. Y no soy yo quien decide a qué lado caer, sino quien mide cada paso y quema cada casa.

domingo, 23 de septiembre de 2012

La vela arde y sonreímos mientras se consume el cabo. La cera gotea y crea hermosas formas, puntos de luz en medio del suelo mugriento. Las patas del trípode se distribuyen el peso, la fuerza; el triángulo es la estructura más sólida. Gritar hasta rebosar los tres vértices. Canciones de pachanga repetidas hasta la saciedad. Canciones extranjeras de las que solo conoces el estribillo. Canciones trilladas que siempre coreas y nunca aprendes en la guitarra. Canciones que te hacen vibrar. Alcohol, mucho alcohol, siempre alcohol. Quememos etapas, velas y cuerdas vocales. Por primera vez en años, la vuelta a la rutina es la vuelta a la normalidad, al peso de la manta y el tacto de la alfombra. A palmadas, apretones cómplices y miradas, muchas miradas. Nada de esconderse y mirar al infinito cuando hablas.  Otros habrá que sean otros, pero nosotros somos la primera persona de nuestras vidas. Mañana vendrán las noticias, el gimnasio o la nada más absoluta. Pero eso será mañana. Hoy la vela todavía se consume y la cera te abraza, diciéndote que nada ha cambiado y nada cambiará. Porque la luz no se consume por el tiempo ni por el viento, sino por vivir.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Correr o pasear. Triunfar o disfrutar de la derrota. No se trata de llegar primero ni de saber llegar, sino de tener una línea de meta. Siempre he crecido pensando que el segundo es el primero que pierde, que hay que llegar lejos y brillar. Quienes adoran la mediocridad son perdedores cobardes, que no asumen su condición. La sociedad moderna ha brindado tantas excusas para blindar el miedo que cualquier ciudadano puede doctorarse en retórica. Si no cumples con tu meta, eres un perdedor. Si no tienes meta, eres el doble de perdedor. Si aceptas todo lo que venga porque crees que será bueno, sea lo que sea, eres el mayor perdedor. Si eres un vencedor para la sociedad, cumpliendo con todos sus requisitos, estarás muerto por dentro. No tienes que vivir la vida de los demás, pero la tuya empieza donde termina la suya. Con una frontera borrosa, imposible decidir si quieres algo o si han conseguido que lo quieras. Desde siempre, elegir ha sido perder; quiero algo y lo contrario. Tratemos de no elegir y simplemente vivir. Pero la ironía, una vez más, siempre está ahí.

Tutor: Guy Debord.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Deja al perro en paz, ¿no ves que no quiere salir en la foto contigo? Si realmente estás taaaaaan a gusto con él, no pierdas tiempo en ir a buscar la cámara y tomar treinta y siete (no tan) instantáneas de vuestro intenso amor. Estoy harto de que utilices las redes sociales como una plataforma para crear una vida feliz y placentera, que nos haga a los demás odiarnos por dentro y acabar odiando cualquier muestra pública de afecto. No nos inundes con fotografías de cada noche de sábado en que acorralas a tus amigas para una foto, porque sus fotos hablan por ellas. Bueno, y la tuya, porque en tus ojos se puede leer el miedo más absoluto a perderlas, a perder todo aquello que te hace sentir bien y quedarte sola. Desprendes un tufillo a psicópata que convierte en artificiales todas tus relaciones, toda tu vida. Atas cualquier elemento de tu vida con un férreo sedal de desesperación y pánico para que no se vayan. Si realmente quieres a un pájaro, déjalo volar y que sea libre. Que vuelva a ti cuando él desee y no cuando tú se lo exijas, tirando de su correa. Si quieres que te queramos, quiérenos fuera de ti y no como un apéndice. Quiérenos en la vida real y no en tu cabeza.

martes, 7 de agosto de 2012

Gifs de catos. Piropos revenidos. Pullas con terciopelo azul. Todo lo voy apilando en torno a tu efigie, como una tribu con su tótem o un niño con el peluche que es el héroe. Los demás visten como les dicen frías revistas de moda a través de mujeres uniformes. Tú eres distinta y mejor, no lo pienses más. Siempre quise arroparte, abrazarte, cogerte en brazos y llevarte lejos de la civilización, de las aceras con colillas y espaldas empapadas en rencor. El sol de tu mirada te delata desde el primer segundo, aunque pueden pasar años sin descubrir que esa luz proviene de ti. Eres tan diferente, tan tímida, tan asustada que podrías dejarte pisotear. Pero solo porque sientes que los demás necesitan hacerlo y, por tanto, te sacrificarías hasta por los que no conoces. Las demás siempre serán perfectas pero tú eres Victoria Komova, una mirada entre frías puntuaciones y amenazadoras pruebas. El único punto de luz en medio de la agresividad. Citius altius fortius vs humillar al rival. El arte hecho movimiento, ya sea en Londres o en Zaragoza, en la gimnasia o en la jungla diaria. Contigo, el deporte es vida y la vida son unos ojos verdes, siempre abrazando, siempre dando cariño sin pedir nada a cambio.

martes, 24 de julio de 2012

Una pelota de baloncesto. 
Un amigo fiel, que nada pide y nada ofrece.
La sonrisa grabada, la piel arisca
pero llena de aire y de pasión.
Sí, pasión,
la sientes cuando la coges
con tus manos y te lanzas con ella
al vacío.
3 puntos.
La red vibra. La pelota cae.

Ese mundo comprimido
solo tiene sentido
sentado en tu mimo,
palpitando contigo
y perdiéndose en ese río
que son tus ojos.

Siempre otros.
Siempre fríos.

La pelota aprendió francés, se puso a dieta.
Amó a Woody Allen y a Tarantino.
Lentillas, camisa y moto.
Encarnó tus sueños.

Solo recibió una sonrisa.
Pregrabada.
Arisca.
Falsa.

Lo abandonó todo y volvió a ser la de siempre.
Nunca tendrá lo que quiere
pero al menos disfruta con lo que siente:
tu mano sobre su vientre,
el calor que calma la nieve
aunque nunca detendrá la ventisca.

domingo, 15 de julio de 2012

Hay veces en la vida que tienes que hablar, que toca hacerlo y debes hacerlo. Aunque todo se haya dicho, aunque las palabras no describan nada, tienes que intentarlo. Tienes que hacerlo una vez más, tienes que arrodillarte y sangrar cada palabra para poder empezar de nuevo. Nunca aportas nada, tienes que pedir perdón por no estar a la altura pero da igual porque ella ve más allá. La única que sonreía de verdad. La única que reunía a los demás como un sol, como el centro de gravedad que todos consideramos alguna vez perdido. La que me enseñó a abrazar y a amar de verdad. La que me sigue abrazando todas las noches cuando me voy a dormir como lo hacía 10 años atrás, cuando permanecía sentada a mi lado, vigilando mi sueño. La que corría a salvarme cada vez que el mal me rodeaba, cada vez que no podía seguir adelante, que el mundo me superaba. La que más celebraba mis victorias, capeaba mis manías y salvaba mis errores. Ninguno somos santos pero ella fue la persona que más cerca va a estarlo jamás. El tiempo corre, la jardinería es un arte que da sus frutos pero nunca tan buenos como prometían. El futuro siempre es más negro de lo que pensamos, precisamente porque la oscuridad sale de nosotros mismos, pero menos mal que siempre tendremos un buen farol a mano. Si sigo luchando, si sigo escalando, es por ella y gracias a ella. Si algo bueno tengo, le perteneció a ella. Todos los piropos son para esa mujer, igual que las sonrisas o las palmadas en la espalda. Porque aunque yo hable, ella es quien expulsa el aire. Aunque yo sostenga, ella flexiona las piernas. Aunque sea yo quien abrace y salte, es ella quien siente y quien pone el corazón. El tiempo vuela y mañana todos habremos muerto. Solo somos nuestra historia, lo que los demás conozcan de nosotros. Ella no está pero su historia ya es eterna.

domingo, 24 de junio de 2012

San Juan. A partir de hoy, las noches son más cortas y los días más largos. Celebramos la plenitud pero en realidad conmemoramos que ahora iremos a peor. Un ritmo lento pero inexorable hasta Nochebuena. Mañana empieza la segunda mitad del año, mañana cambian las reglas del juego. Mañana empieza tu vida de verdad, dejando atrás todo este tiempo de preparación. Pero no hay que esperar a mañana para ver que no hay nada. El vacío más inmenso se abre ante ti, el llanto y el crujir de dientes. El camino de baldosas amarillas, las risas y cumplidos, la determinación de seguir nos lleva hasta mañana, hasta el final del puente. La pradera se abre ante ti, eterna e ilógica, plagada de tus peores monstruos: tú, tus miedos y tus esperanzas. Los futbolistas tienen tu edad, hay modelos y actrices casadas más jóvenes que tú. Antes mirabas los dos patitos con diversión, ahora quieres hacerlo desde la mira de la escopeta. La gente curiosa ahora te cansa, los niños confiados ahora te parecen pesados, los ojos de los demás te miran con un peso desconocido hasta ahora. Las estrellas refulgen en la oscuridad, marcando la inmensidad del tiempo y del espacio; solo una brizna ante los gigantes de la eternidad. Hemos perdido pilares y hemos seguido adelante. De hecho, hemos seguido adelante y podemos sentirnos orgullosos. Hasta ahora. Ahora la luz se acorta y la oscuridad amenaza con vencer. Aún quedan seis meses para paladear cada sonrisa y cada par de ojos que brillan en la oscuridad, anhelantes. Joder, ahora viene lo mejor.

domingo, 17 de junio de 2012

                       X
           Florbela Espanca

Eu queria mais as estrelas,
Mais largo o espaçco, o Sol mais criador,
Mais refulgente a Lúa, o mar maior,
Mais cavadas as ondas e mais belas;

Mais amplas, mais rasgadas as janelas
das almas, mais rosais a abrir em flor,
Mais montanhas, mais asas de condor,
mais sangue sobre a cruz das caravelas!

E abrir os braços e viver a vida:
Quanto mais funda e lúgubre a descida,
mais alta é a ladeira que não cansa!

E acabada a tarefa... em paz, contente,
um dia adormecer, serenamente,
como dorme no berço uma criança.



sábado, 16 de junio de 2012

No me des las gracias porque lo odio. Cuando alguien te da las gracias es porque haces algo que no deberías, algo que no te va a suponer ningún beneficio sino que te atará a ese sujeto en cuestión. La telaraña comienza a construirse y a uniros en un círculo vicioso, las palabras son baba que no te deja caminar. Una nueva relación se edifica mentira sobre mentira, solo por ese dichoso agradecimiento, sin visos de llegar a ningún sitio ni estado. Si quieres hacer algo, hazlo, sin gracias ni perdón. Esas palabras son simples excusas para gente que teme dar un paso arriesgado, que teme vivir su vida como querría. Si te soy sincero, no creo que los demás deban opinar nada sobre todas tus acciones; siempre que actúas es según lo correcto, al menos desde tu posición. La vida es un instante, el tiempo urge, nadie sabe lo que sientes y tú solo corres por tu laberinto. Rompe con todo, vete lejos pero no huyas de los problemas, solo toma distancia para saltar. Y cuando hagas lo que quieres, disfruta, porque te lo mereces.

sábado, 9 de junio de 2012

Habla todo lo que quieras. Las palabras no construyen nada. No digas que avanzas si solo mueves tus labios. Siempre hablando, sonriendo, halagando para luego despedirte. Los días se alargan, el tiempo muere y las acciones desaparecen. Las viejas promesas de la infancia vuelven, sin resultado. Otros vuelven a la infancia, otros huyen de ella en una carrera de velas y alcohol; ninguna salida es la que tú sigues, porque tú no te mueves. Tus energías solo sirven para renovar tu saliva, imprimir un nuevo gesto a tu cara y levantar la mano en señal de adiós. Nunca jugarás al escondite, nunca dedicarás un tiempo a nadie, nunca dormirá tu cabeza sobre ningún vientre. O bien aprendes de una vez a tocar la guitarra y le arrancas una sonrisa o bien acaricias su pelo mientras le pagas todas las coca-colas que le debes. No hay una tercera opción, ni paseos ni películas. Solo hablar.

lunes, 28 de mayo de 2012

Cierras los ojos y vuelve a aparecer esa maldita melodía. Ya no me puedes perder. Tratas de escuchar otras canciones, pones la música tan alta que casi te sangran los oídos pero no hay forma de sacarla de lo más hondo de ti. Puedes ir al extranjero, componer nuevas canciones o enfrentarse al monstruo más gélido que haya existido. En el frenesí de la batalla pasará a un segundo plano pero la melodía seguirá ahí. Tu cerebro dará un paso atrás, se centrará en el problema o la celebración de turno y respirarás tranquilo. Pero a la semana siguiente, a la verbena siguiente, volverá y no podrás hacer nada para huir de ella. Te deleitarás en finos auditorios con sinfonías cuya perfección no podrás soportar. Te revolcarás con un buen riff de guitarra y una batería que te sacuda las entrañas. Bailarás hasta tocar el suelo y, una vez más, ella estará ahí, mirándote con esos planetas brillantes y sonriendo con la dulzura convertida en blancura. Te esforzarás por sacarte la maldita melodía durante otra semana pero será demasiado tarde. Y en realidad, no quieres borrarla de tu cabeza porque cada noche contemplas esa partitura una y otra vez, deseando que la cantante venga a tu apestada ciudad

lunes, 21 de mayo de 2012

Construir pirámides para ídolos apócrifos, saboreando su falsedad. Buscar hoy el sol, mañana la luna y el miércoles otra vez el sol. Enfadarte por un empujón y sonreír por un mordisco. Sentarte en el suelo y sonreír cada vez que la oyes reír. Buscar una excusa para pasar por delante de la panadería y remolonear dos segundos oliendo su fragancia. Aprender, aprehender, conocer, callar. Asentir cuando alguien se equivoca y luego disfrutar de unas cervezas, brindar. Buscar pelea y luego dejar que te sujeten. Escuchar una canción en bucle hasta que las palabras brotan más allá del significado, del orden y de la belleza. Encontrar la verdad en un abrazo borracho, un calambre en el pie o una bofetada premeditada. Acento andaluz, risas cómplices, ipso facto. Siempre alguien a tu lado. Volver a casa y sumergirte en una preciosa pompa de jabón que nadie romperá nunca. Dormir en el sofá y enfadarte cuando alguien te cuida. Cantar una canción hasta que te rompe la garganta. Dar saltos sin pensar que mañana todo dolerá. Sí, mañana todo cambiará y todo será terrible. El mundo podrá hundirse o explotar pero no me importa. Hoy es un gran día.

martes, 24 de abril de 2012

Hay sacrificios que solo puede hacer un padre. Los más duros, los más difíciles, son aquellos que no se explicitan, que nunca se ven porque se dan por hecho. Se da por hecho que un padre dará la vida por su hijo y que cada día se desvivirá por él, pero las aristas de las palabras no muestran ni una pizca de ese dolor. Ni las aristas ni los pies de esas mismas letras podrán expresar nunca el amor de un hijo, ni la deuda sin fin. Por eso sobran las palabras y los gestos. Hay sacrificios que solo puede hacer un hijo, como no dar las gracias. Un sacrificio que no siempre se puede cumplir.


domingo, 22 de abril de 2012

Pasa el tiempo y de repente lo vuelves a coger tus manos. No sabes cómo llega hasta allí pero lo disfrutas. El viejo guante de béisbol de tu hermano, su aura. Nadie juega a béisbol, es un deporte estúpido, pero tu acaricias una vez más ese guante. Le sostienes y saboreas su peso, su presencia en este mundo. Te gusta porque es real, un ancla en medio de caras que no duran, marcos que centran el protagonismo. Recorres la superficie a ciegas, porque ya la conoces. Cada recoveco de su figura, cada curva, cada hoyuelo está grabado a fuego en tu memoria, en el rincón de los sentimientos sin mente. Puedes calzarte otros guantes y cerrar el puño con fuerza pero son distintos. O limpiarlos con mimo y sin aliento pero ninguno te cortará la respiración. No es un guante especial, ni hermoso ni horroroso. Tampoco es tu guante porque nunca te pertenecerá, nunca jugarás a béisbol. Solamente es una joya que te mira a los ojos y te hipnotiza, pasarás días pensando en ella hasta que la rutina te vuelva a empantanar. Y solo mucho más tarde, cuando el tiempo haya desembocado de nuevo en el mar, volverás a cogerlo con las manos para disfrutar un poquito más con esas espinas negras.

martes, 10 de abril de 2012

lunes, 2 de abril de 2012

Quiero coger ese copo de nieve y sentir su peso. Quiero acariciarlo y que mis dedos recorran sus formas, sus delicados triángulos y sus firmes hexágonos. Que las yemas jugueteen con cada punta hasta el pinchazo, que venga la sangre y reine sobre el estéril vacío. Quiero besarlo, que mis labios recorran cada recoveco y mi saliva cree nuevas aristas, nuevas imperfecciones. Los copos de nieve no duran mucho, por eso me gusta. No quiero casarme con uno, no quiero engarzarlo en mi colgante; simplemente quiero disfrutar de él un día. Nada más. Para ello necesito que te quites de en medio y no lo asustes, no soples, no grites. Nada hay más delicado que un copo de nieve porque sienten cada uno de nuestros miedos y los hacen suyos. Si piensas que han hecho algo mal, los copos llorarán hasta derretirse y fundirse en el suelo, felices de dejar de causar problemas. Me da igual las razones estúpidas que blandas contra el capricho porque no tienes razón. Nunca serás un copo de nieve, nunca te pintaré en un cuadro ni moriré por recorrer tus aristas con mis labios. Por eso deja ya de gritar, soplar y asustar al pobre copo. Esta es una noche, mañana será otra completamente distinta y ya no existiremos. Deja que la perfección dure unas horas hasta que el hielo se derrita, la sonata termine y volvamos a olvidarnos. Nadie quiere nada eterno, solo sentir durante unos minutos más.

martes, 27 de marzo de 2012

Me ves de lejos pero no me quieres mirar. Las gafas en la frente, la misma mirada altiva de siempre. La misma elegancia innata, sabes que los demás no están a tu altura y disfrutas de tu posición. No hay nada malo en ello. Os saludo. Se alegra pero tú no. Sonríes pero por dentro me estás interrogando, no sabes por qué sigo hablando y preguntando, me obligas a marcharme. Pero me quedo unos minutos más, te pregunto qué tal te va todo. Sonríes con sarcasmo y dices que igual que siempre. Pretendes descolocarme, plantar tu alfil ante mi rey y forzar a sacrificar mi reina, pero se te olvida contra quién jugabas. Nada me sorprende, nada me descoloca ni me afloja un ápice la corbata. Se te olvida que juegas contra el rey de la falsedad. Elogio de la fría normalidad, de la rutina, del mientras no vayamos a peor. Os despedís, seguís andando pero yo sigo mirándoos por la espalda. Realmente lamento que el juego se haya convertido en esto, en referencias esquivas y miradas cortantes cuando antes éramos grandes juntos. Conciertos en Londres, noches de ópera, cualquier cosa. Ojo, tampoco estoy añorando nada que no pasó, solo añoro todos los granos de arena que ya han caído y que se van clavando en mi espalda

sábado, 3 de marzo de 2012

Si no fueran nuestros sueños pesadillas
y todos los deseos utopías.
Y si pudiera congelar el tiempo y volverme cenizas
y deshacerme cuando sople el viento,
que nadie sabe dónde habita.
Y si pudiéramos ser algo más
que polvo y energía.

No podemos huir de lo que tenemos
dentro de nuestros cuerpos.
Siempre tendremos otro mañana
que nos querrá atrapar
pero la muerte no vendrá de lejos
sino de dentro.
Nadar en el mar una vez más
y cortarnos con la última página de Marx.

Y llegar a los agudos como Eva Amaral
y a los rizos de cualquier pelirroja en un autobús.
Pero tú, tranquila, las comas te atan
y las exclamaciones te mantienen viva.
Si la pistola se queda sin balas,
Solo entonces, grita.




jueves, 1 de marzo de 2012

Jugar con una pequeña pompa de jabón es probablemente lo más delicioso que existe. Cuando flota en el aire puedes ver la perfección del mundo reflejada en su única curva. En ese mundo queda atrapado todo lo bueno, las flores, los bombones, todos los tópicos que nos hacen felices. Fuera se resbala la suciedad, la mugre, las babas de los demás. Conforme baila con el viento nos sentimos eufóricos o deprimidos, apasionados o suicidas. Si nos acercamos a la cara de alguien podremos verla como nadie lo ha hecho nunca; no veremos la verdad sino la lucha de sentimientos que se desata tras la máscara. Cuando la burbuja caiga, porque siempre acaba cayendo, ya vendrá el frío y el desamparo. Pero no olvidemos el papel del extraño a la burbuja, aquel que observa su belleza desde el exterior. Como siempre, solo son los niños quienes saben apreciarla. Por eso se dedican a exterminarlas sin dudar; lo perfecto solo puede existir en los cuentos. Pero si vamos más allá, si adoptamos la visión de un niño y contemplamos la burbuja en el aire, podremos tocarla. Si realmente creemos en ella, si la aceptamos como un ser independiente que necesita también cariño, podremos acariciarla. Y te aseguro que después de esa caricia no querrás tocar nada más. Amarás a esa pompa y soñarás con ella. Cuando te sientes en el sofá y tu mente desaparezca, tu mano seguirá moviéndose, tratando de recordar cómo era esa pompa de jabón. Pero al final todas las pompas de jabón explotan y solo nosotros decidimos lo que sale de ellas.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Entra y piérdete en mi manga, te guardo un sitio entre la raya negra y la blanca. Entra pequeña, con tus mofletes y tus risas de confianza; de nuevo está de moda tirar de la faldeta de la camisa para llamar la atención. Siéntate como solo tú sabes, con los brazos abrazando las piernas y sonriendo. Siempre riendo, hasta que la tierra pisada vuelva delante de ti. No necesitas fotos para tu nuevo hogar porque todas son iguales, en todas desbordas con tu brillo y tu ilusión. Ni hace frío en diciembre ni escuece al limpiarme una herida. Los soplidos cortos, suaves, como una madre. Nocilla, sándwiches cortados en triángulos, leer libros debajo de una mesa. Aprender palabras de cinco o seis sílabas solo porque son raras y graciosas al pronunciarlas.

Me iré lejos pero seguirás en mi manga. Saltaré, vomitaré, cavaré y me bañaré sin miedo a perderte pero con la libertad de no estar atado a nada. Tendré mis momentos privados, podré hacer lo que quiera sin necesidad de preguntar a nadie, sin evaluar ninguna cara. Todo porque te tendré guardada en mi manga y te rescataré cuando quiera. Yo viviré en tus rizos y saltaré cuando me lo pidas.

lunes, 20 de febrero de 2012

Organizamos puntos de quedada, cómo defendernos las rodillas, la cara. Sobre todo la cara. Porque mañana vendrán y no verán personas sino bultos y pegarán donde puedan. Y donde quieran. Mañana brotará la sangre y no será una mancha en una fotografía; te habrán roto la nariz, el fémur. No caigas en el error fácil de llamarlos hijos del franquismo porque nada tienen que ver con sus ideas. Los que pegan lo hacen porque pueden y les gusta. A todos nos gusta pegar, romper, reventar, causar dolor sin sentir remordimientos. Y cuando eres policía, todas las barreras desaparecen. Mañana no veremos personas que cobran un sueldo para pagar su hipoteca. Lo de mañana serán cascos y botas, gritos y tocineras aparcadas un poco más allá. Venden tranquilidad pero compras represión, y la compras sin darte cuenta el día que sonríes con Rasca y Pica, la noche que arrojas un botellín de cerveza tras otro solo para ver cómo se revienta al llegar al suelo. Mañana te calzarás un casco y unas botas si no te plantas delante de ellas y gritas. No me hables de arrojo, de miedo o compromiso. El siglo XX fue el siglo de los valores, sí, pero nada queda ya de ellos. Ahora queremos objetos; el único símbolo que aceptamos es el dinero, igual de vacío que las banderas o las palabras. Precisamente por eso, porque ahora solo podemos regalar objetos y no símbolos, estamos más solos que nunca. Por eso cada día surgen manifestaciones, líderes llamados a encabezar un cambio, una spanish revolution, pero mañana la prensa habrá descubierto un corredor de maratón sin piernas y ese conquistará todas las portadas. Mañana nos protegeremos, nos pegarán, sangraremos, nos haremos fotos y fardaremos de esas heridas en Twitter, Facebook, Tuenti... Pasado mañana, o al otro, agacharemos la cabeza porque nos aplaudieron pero permanecieron sentados, nos dieron las gracias solo por haberlo intentado.

Primero se llevaron a los comunistas
pero a mí no me importó
porque yo no era. 

En seguida se llevaron a unos obreros 

pero a mí no me importó 
porque yo tampoco era. 


Después detuvieron a los sindicalistas
pero a mí no me importó 
porque yo no soy sindicalista. 


Luego apresaron a unos curas
pero como yo no soy religioso
tampoco me importó. 


Ahora me llevan a mí
pero ya es tarde. 

Martin Niemöller

domingo, 12 de febrero de 2012

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;

Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.

Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día! 
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante, 
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.

Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.

 The road not taken, by Robert Frost.


domingo, 5 de febrero de 2012

No me gustan los retos. 
Esquivo todos los desafíos.
Mis oídos olvidan cualquier dedo señalador, cualquier mirada expectante. 
Cap ou pas cap?

No necesito luchar para probar nada.

Y aunque tuviera que hacerlo, no lo haría. 
Nunca demuestres nada, excepto que sabes hablar. Y escribir. Sentir. Amar. Besar. Pegar. Robar. Aprobar. Retrasarte. Insultar. Escuchar. Sonreír. Fingir. Disfrutar. Bailar. Matar. Bueno, no, bailar no. Sonreír. Improvisar. Sonreír. Dejarte llevar. Sonreír. Hacer sonreír.
No aceptes ningún reto, salvo ser imprescindible para alguien. Todo lo demás va en el pack. 

sábado, 28 de enero de 2012

Nunca se me dieron bien las relaciones sociales. Nunca sé cuándo debo hablar y cuándo callarme, cuándo mirar a los ojos y cuándo bajar la vista. Si me preguntan qué tal acabo contando todo mi día, y espero que a continuación hagan lo mismo. Si escribo cartas, siempre responderé una y otra vez hasta dejar tan lejos la línea de la grosería que ya solo sea un espejismo. Y si no lo hago, será solo por disimular, para que no te asustes y pienses que te observo a diario, mi frente contra el cristal de tu ventana. Por eso casi nunca soy lógico, sino que funciono con impulsos, descargas eléctricas que no puedo controlar. A veces sonríen con ellas, pero casi siempre me acaban tocando un brazo o suspirando suavemente mi nombre para calmarme. Me gusta que nunca hayas hecho eso, que siempre me hayas soportado y respetado. Si los olmos crecen robustos es porque nadie les ha pedido peras. Si sigo buscándote en cada pausa-café, en cada excusa y lugar, es porque contigo me siento a gusto. No mejor ni peor, ni más sincero ni seguro de mí mismo. Solamente bien. En 20 años nunca me he instalado en ninguna parte pero ahora puedo perderme con la tranquilidad de encontrarme siempre.

miércoles, 18 de enero de 2012

No me hables de compromiso, ni de valor. No me hables de dolor, libertad, ética, progreso, deber, belleza, democracia. Y sobre todo, no me hables de miedo ni de memoria. Porque él sí la ha visto todo esto, pero nosotros no podemos hablar. Hemos vivido en una bola de cristal programada para soltar nieva y entretenernos, para que sigamos dando saltos un día más pensando que hace mucho frío. Ahí fuera nieva de verdad, y el agua se congela. Protestas porque nos miran, porque hablan de nosotros y esperan que hagamos algo. Si tienes que decir algo, pide perdón por no haber recibido nunca una bofetada. Te lamentas de que no eres libre porque dices que las ideas de tu cabeza no son tuyas sino que alguien hizo que las pensaras, en vez de crear tu propio sistema. Mientes porque no quieres ver la verdad, que si eres así es porque tú lo has querido y ahora te da pereza. No te da miedo porque no se puede temer el cambio o a uno mismo. Un porrazo, palillos bajo las uñas, dientes que saltan y huesos que se tronchan. Lágrimas de verdad y no esas perlas de las que te vanaglorias al final de la novela o al dar un abrazo. Si la naturaleza es perfecta es porque solo puede ser así, y no porque la sociedad haya idealizado tanto a la naturaleza que ahora te fuerza a olvidar sus debilidades. Deja todo ese rollo, por favor, que estas viviendo una vida real y no una ilusión de tu pensamiento. No pienses en el pensamiento. No pienses. Solo siente. Y actúa.

miércoles, 11 de enero de 2012

No me pruebes porque dejaré el examen en blanco. Si me pinchas, si intentas hacerme sangrar descubrirás que mis venas son más rápidos que tus puñales, que bajo esa piel hay algo a prueba de sentimientos. No voy a luchar porque el premio solo merece la pena si comprende que no tengo que luchar por él. El viento irá y vendrá, reventará contraventanas y levantará faldas. Será espectacular. La niebla volverá y te encogerás. No tendrás bufanda ni guantes, ni gorro con borla. Ese será mi descanso, mi vela. No dejas de repetir que hay otros lugares mejores que este. El sol brilla más, las hombres más fuertes y las mujeres más sonrientes. No te creo, pero me da igual. Porque yo no me iré. Solo quiero estar aquí un día. Y otro. Y otro. No quiero grandes fuegos artificiales, ni besos bajo farolas ni postales reales. Quiero que la comida sea un momento de reunión, que solo pensar en ella me haga sonreír. Quiero que perder mi barco no me importe, porque pasaré otra noche en el puerto. Quiero que cuando más negro esté el cielo, cuando más ruja la tempestad, tenga una vela a la que agarrarme. Y que se haga la niebla, la tibia y calmada niebla. Que el tiempo se pare y solo permanezca una cara que pueda pellizcar. Si estás, seré feliz. Si no estás, sonreiré.

sábado, 7 de enero de 2012

¿Estás sufriendo? Perfecto, te daré un consejo. Ten claro el final de tu problema, pero antes busca la palabra anterior. No, primero busca la frase de antes. Bueno, busca un buen comienzo, que eso es importante. Mejor busca antes qué quieres contar. Coge uno de tus sentimientos y escríbelo. Vale, si no te sale nada pídele ayuda a tu hermana pequeña. Búscala. Si no, a tu amigo o amiga. ¿Nada? ¿No ves nada en ellos? Más sencillo, busca un sentimiento dentro de ti. Me da igual que sea bueno o malo. Sí, dentro de ti. Tú. Intenta parar un momento y encontrarte. Parpadea, respira profundo, pellízcate; todas esas cosas. Venga, sigue buscándote. Realmente estás ahí. ¿No? Piensa que existes. Cogito ergo sum. ¿Ningún cambio? Si no puedes pensar que existes es porque estás demasiado ocupado tratando de vivir todo. Deja de ser un nombres y siéntate a beber cerveza y criticar a los demás. Porque realmente estás ahí. ¿No?
 

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