martes, 27 de marzo de 2018

Mira, niñata, no sé por qué nadie te ha callado la boca todavía pero rezo para que sea pronto. Tu mirada es el espejo del alma: un color bonito y plano que no va más allá, un barniz que oculta la ausencia total de empatía, un muro desde el que proyectarse hacia el otro sin mostrar nada del interior. Acechas cada fallo con el sabor de la reprimenda en tu garganta, endorfinas que se mezclan con un grito calmado pero férreo. Cada tecla que golpean tus pequeños dedos es un nuevo pico que se derrama en tus arterias, expandiendo tus pulmones y necrosando tu cerebro un poco más. Darle poder a un hombre es la medida para conocerlo de verdad, pero si eres así con tan poco compadezco al imperio que te corone. Nunca los ogros son temibles, sino los consejeros con lengua de serpiente que vierten veneno en los oídos de reyes y pobres solo porque pueden. No hay objetivo en tu acoso, ningún beneficio trimestral puede justificar los espumarajos de tu mandíbula. Será que te has educado para ser la mejor y solo una puede ser la mejor; los pusilánimes forman un tapiz de flores a su paso, mientras que los inútiles perlan el camino de oro y grana. Estudiar no para crear personas capaces sino firmes engranajes de un sistema podrido, de una corporación muerta pero de firmes valores. El capitalismo vive en cada uno de nosotros porque todos queremos sobresalir y eso implica hundir a los demás. No te justifico, solo te compadezco por no poder ver el sol en tu cárcel de vidrio y metal. Por favor, que te echen pronto al mundanal ruido para que descubras la vida antes de que sea demasiado tarde para ti.

martes, 6 de marzo de 2018

Estoy cansado de la vida. No quiero negarla, ni mucho menos; tampoco abrazaré la otra cara porque nunca se puede adorar el vacío. No, lo que siento es la extenuación de quien ha nadado demasiado y comprende que la mar apenas ha despertado. Un jugador que revienta en el calentamiento nunca será un profesional, solo una pasión que quema sin combustible el oxígeno y la propia chispa. En el primer estiramiento surgieron las dudas sobre la carrera y ahora, cuando ha pasado media maratón, preferiría animar desde la barrera. Quiero parar la vida, no dinamitarla: hacer añicos el cronómetro, el podómetro y demás instrumentos de tortura. Dejar de hacer malabares con las cosas importantes, un juego mortal porque siempre se cae alguna bola y se hace añicos contra el suelo. Familia, amigos, trabajo, proyectos vitales. "Si te sacrificas de verdad por la sociedad no llegas a tu familia, seguro que tus hijos pensarán que eres un cabrón", murmuraban los corricos. Por eso no podemos parar el reloj ni disfrutar del presente. No es una cuestión de tiempo sino de vida: nosotros somos la corriente que se pierde en el mar, eso es lo que nos hace humanos. Ningún dique secará un río, siempre habrá corrientes subterráneas o violentas riadas que tiñan los campos de vida. Si no puedes parar el tiempo, al menos baila con tu propio ritmo.
 

Copyright 2010 Archivo de las pequeñas cosas.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.