miércoles, 10 de marzo de 2010

Y correr y mirar a todos y sonreír y levantarlos del fango y limpiarles el polvo de las rodillas y ponerles una tirita en las rodillas peladas y mecerlos en mis brazos mientras les canto nanas y seguir corriendo y descubrir que llego tarde y tengo que saltar más y correr más rápido para llegar a lo mismo pero al final acabo llegando pero resoplando y recuerdo que tengo que seguir más allá y superar esa otra montaña y cargarme con el sherpa moribundo y decirle que se curará que su pierna está bien que su familia tendrá comida porque él es el mejor sherpa del mundo y volver a la civilización y descubrir que todo ha cambiado porque ha llegado el médico y advierte que al llevarlo en brazos le he destrozado la cadera y que ya nunca podrá cargar esos inmensos paquetes y seguir corriendo seguir saltando seguir volando porque hay otra meta porque siempre hay otro sendero que recorrer hasta llegar a un valle en el que hay una escalera y muchas cosas más pero solo recuerdas que hay una escalera y tus brazos ya no soportan ni el reloj.

2 burradas:

Miguel Valenzuela dijo...

Demasiado signo de puntuación inútil, ¡di que sí! Con un punto y final va que chuta.

Es dura la presión, comenzar a reflexionar con la carga de las prisas y el agobio en la mente, perpetuos. Sabes, y no quieras obviarlo, que esa carrera no es individual aunque a veces la falta de aliento te nuble la visión sobre tu entorno. Sabes que en tus seres queridos tienes pequeños atajos, bonitas áreas de descanso donde tomarte un café despreocupado antes de continuar con con la ruta. Y sabes que yo preparo unas tazas de azúcar con café de puta madre.

Gory dijo...

Estaré aqui para ayudarte, lo sabes

 

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