jueves, 27 de mayo de 2010

Lo de la B y la M no me interesan nada. Son trazos que no existen, creaciones de mi cabeza que luego se adueñan de la realidad y me obligan a crear normas. Como tú. Como cada vez que intento que sonrías, y solo veo un pozo que se llena con rencor y resignación, sentimientos que se repiten como tus lágrimas sobre la almohada. Sabes que siempre te admiraré, que siempre confesaré al claustro que te amé, que te deseé. Que te miro a escondidas teclear, caminar, permanecer de pie y respirar. Que cuando me amodorro en el sofá, cuando estoy de mala gana, mi imaginación subyuga a mi consciente para que te enseñorees en mi piel y en mis llagas. Cada gota que se resbala por el desagüe, cada mechón de pelo que cae al lavabo es una capa más que cae, un río más que abandona los campos y vuelve a su lecho, soñando con ser solo un hilo, para acercarte así a ti, a tu perfecta sencillez. Porque tu sonrisa, tu pelo, tu cuerpo, fueron creados hace siglos en cada mente que descubrió la luz, que concibió que el ser humano podía llegar a ser dueño de su destino. Porque tú, tú eres mi destino, aunque solo te contemple tras el cristal de mi memoria.

lunes, 24 de mayo de 2010

Antes de hablarme, súbete las bragas. Deja de mirar hacia atrás, su halo ya no resplandece sobre nuestras cabezas. Tu lengua se mueve en vano, pronuncia palabras vacías, como las suyas. En tu frente brilla la adhesión a su fe, a sus letras estúpidas y a su música alienante. Todavía te veo, sumergida en la marea de mierda del concierto, moviendo los brazos como una colgada que descubre el tacto del aire, inexistente, como inexistente es su atractivo. Sus dedos, rechonchos con uñas perfectas, te acariciaron la nuca mientras sus ojos te hablaban del dolor que siente, de las noches en vela mirando brillar la luna. ¿De qué coño vas? El único dolor que sintió fue no follarte antes. Las muchas noches en vela, las muchas mujeres que han pasado por él. ¿O debería decir que él ha pasado por ellas? Porque eso es lo que hace, pasar y resbalar, sin dejar huella, solo es una imagen que desea aparecer en una carpeta, una voz que intenta sonar. Unas gafas de sol talladas en la cara, que ocultan unos ojos que lo delatan, unos ojos de traidor, de asustadizo, de rata que engaña y seduce al león. Un pelo cuidadosamente despeinado, después de dos horas delante del espejo. Igual que el niño no parpadea ante el dragón del teatrillo, así estás tú, colgando de sus hilos. ¿No los sientes? ¿No sientes su saliva cayendo sobre ti, las manos cerrándose sobre tu cuello? Te tendrá todas las veces que quiera, y tú sonreirás cuando te deje en la cama, cuando no te salude por la calle, porque es un alma libre, es distinto a todos nosotros. Es un alma libre sometida a la tiranía de la imagen. Es distinto a todos, lo reconozco. Reconozco que todos lo envidian, es el modelo que los demás hombres elevan sobre sí mismos. Pero yo no. El arte, nena, no son unos zapatos de tacón.

viernes, 21 de mayo de 2010

El ser humano debe saber que es débil. Tiene que mirar sus brazos, observar asombrado sus vacilantes músculos, sus escuálidos huesos. Verá su vientre, su ombligo lleno de miseria, y caerá de rodillas sobre el polvo. La piel, la robusta piel que antaño protegiera entrañas, sangre y alma, arderá como una fina capa de plástico, arrancada como envoltorio de caramelo por un niño sin piedad, ni edad. Delante del espejo pueden besar sus ojos, acariciar su pelo, pero el espejo se desvanecerá, las máscaras se fundirán mientras languidecen en la pared. El fuego todo lo quemará, por no mudar en su costumbre. Se rajarán las lápidas, la tierra se lanzará en olas sobre las ciudades que vivieron y bebieron. Pero sobre todo, el ser humano tiene que creer que está solo, para que así este destino pueda cumplirse, y no sea solo el sueño de un loco, ardiendo en la eternidad.

domingo, 9 de mayo de 2010

Nunca quise ir a LA, el que se va y crece es un traidor, pero el que se queda es un falso dios, otro traidor. Billete azul, billete rojo, dinero que se derrite entre flores azules. Siempre intenté gritar del otro lado, sentir cómo mis dientes quedaban bonitos en el espejo, pero nunca me abrazaste, ni siquiera cuando te hablaba de esa canción. Caras tristes, caras que se dejan llevar, depresión es la palabra que todos quieren decir. Quizás todos tienen que escuchar, tienen que sentarse y mirar cómo les hablo en una lengua que no conocen, y darme cuenta de que sus oídos giran hasta centrarse en el interior. Almas con ojeras, almas que durante un segundo arrugan la nariz, es horrible el miedo incontenible. Iván Ferreiro tiene nombre de dolor, es mejor, ya lo entiendo. ¿Para qué escribir esto? ¿Por qué no soplarlo lejos? Porque los demás lo quieren, y necesito satisfacer a los demás. Los juguetes se aburren contigo, prefieren al hermano de ojos azules, que sí es divertido. Qué caras más tristes. Un toque de campana, un murmullo de gente que se deja ahogar poco a poco, que sienten el frescor del agua subir por el cuello. Ojos rojos de un dibujo de Mingote. Y otros ojos, que brillan, pero no están.
 

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