sábado, 5 de febrero de 2011

Hay cantantes que no se pueden escuchar de día. Cantantes cuyo timbre no vibra con la luz del sol, sino que se esconde bajo la luna, bajo los pensamientos de quien permanece despierto mientras todos buscan soñar. Las frases que no dicen nada se convierten entonces en lemas vitales; encierran todo el significado de un libro, y son más bellos que un haiku. Son precisamente esas frases las que renuevan esa mierda perdida, esa calle alumbrada por farolas, y hacen posible vencer al sueño por otra media hora. Otra media hora de vida robada a la inconsciencia.

Hay frases que solo se pueden murmurar de noche. Frases que atentan contra nuestra moral, nuestra alma y nuestro futuro. Frases que prenden bajo la luna, quien sonríe con cada nuevo secreto, ebria de poder. Pretéritos que habrían sido realidades perfectas, si solo las personas del verbo hubieran sido una sola. Presentes que mañana querrán no haber sido, cuerpo, bocas, miradas que alimentan nuestros miedos, solo porque los ocultan. Por una noche no estamos solos. Por una noche la muerte no nos acecha en este cigarro. Por una noche somos perfectos, porque alguien busca olvidar su imperfección en nosotros.

De noche, realidad y ficción se mezclan. Muchos anhelan que sea así el resto del día. Por eso el poeta acaricia el papel violeta de las paredes durante el día, buscando los trazos de opio y pintalabios.

1 burradas:

Marina dijo...

Como kamikazes enamorados
Como pistoleros de sangre caliente,
juégatela un poco, valiente...

 

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