lunes, 18 de abril de 2016

Nunca he creído en el futuro, sigo dudando de su existencia, pero lucharé por conseguiros uno. Que llegue la primavera y podáis ver las flores ribeteando un campo verde, que se ondea al compás del viento. Que pasear por la ciudad o el campo siga siendo una opción, no una condena por nuestro pasado. Cuando crezcáis, os traeré las letras más sublimes, las notas más sobresalientes, las cuchillas más hirientes; quiero que conozcáis la vida para poder enfrentaros a ella. Nunca cometáis el error de acurrucaros en la burbuja, salid y pisad los caminos a vuestro propio ritmo. Luchad por aprender y refinar: no os conforméis con susurrar vuestro idioma, convertidlo en un Vonlenska que llene los corazones. Perdonadme que os hable en imperativo pero son demasiadas las cosas que compartir y muy pocas las palabras en mi mano. Podéis pisar, golpear y llorar, pero siempre sabiendo que lo estáis haciendo; los que os queremos os comprenderemos. Os daremos todo con una sola condición: disfrutadlo, porque los demás también querrán disfrutar con vosotros, porque habrá muchos que no lo puedan disfrutar a vuestro lado. En el fondo, solo hay un imperativo que me atrevo a imponeros: vivid vuestra vida y la de nadie más, vividla sin otro en vuestro lugar, vividla hasta el fondo y disfrutando del ardor de garganta. Vivid porque un día tendréis que aconsejar a los siguientes y más os vale tener una sonrisa grabada en vuestro rostro. Vivid y cread vida porque será el mayor regalo. Vivid y hacednos vivir. Por favor.
 

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