domingo, 12 de febrero de 2017

Nuevo surco en la gramola. Un cambio de pista que coge con el paso cambiado y un público ausente porque ya se cansó de esperar. La bailarina sigue dando vueltas como siempre pero no se ha dado cuenta de que la batería se agota y hacecalta abrir la caja para renovarla. El cambio asusta, exige ddmasiado sin ninguna garantía de nada, porque ya nadie escucha esas cajitas. Pero aunqr bailara a la perfección, ¿que más da? Lo importante nunca ha sido ella sino la niña que sostiene la cajita con ilusión sin atreverse a pestañear por miedo a arruinar ese tutú. Pues bien, ahora ha cambiado y ya no le basta con mirar esa figurita sino que se ha convertido en la maestra. Hasta los profesores han cambiado porque sube el nivel pero la figurita sigue con la misma sonrisa y gesto de siemore, una caricia que pensaba le duraría rosa la vida y ahora comprende que debe renovarse para no seguir muriendo por dentro un poco más. Para no ver alrededor y sentir que el cataclismo llegó, el mundo se movió y lo pilló fuera de la gramola, donde no hay bailes ni risas sino un llanto ronco. Muévete, alisate el vestido y borrate el maquillaje porque la ocasión lo merece: nadie baila dos veces con la misma pareja.
 

Copyright 2010 Archivo de las pequeñas cosas.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.