viernes, 21 de mayo de 2010

El ser humano debe saber que es débil. Tiene que mirar sus brazos, observar asombrado sus vacilantes músculos, sus escuálidos huesos. Verá su vientre, su ombligo lleno de miseria, y caerá de rodillas sobre el polvo. La piel, la robusta piel que antaño protegiera entrañas, sangre y alma, arderá como una fina capa de plástico, arrancada como envoltorio de caramelo por un niño sin piedad, ni edad. Delante del espejo pueden besar sus ojos, acariciar su pelo, pero el espejo se desvanecerá, las máscaras se fundirán mientras languidecen en la pared. El fuego todo lo quemará, por no mudar en su costumbre. Se rajarán las lápidas, la tierra se lanzará en olas sobre las ciudades que vivieron y bebieron. Pero sobre todo, el ser humano tiene que creer que está solo, para que así este destino pueda cumplirse, y no sea solo el sueño de un loco, ardiendo en la eternidad.

2 burradas:

Miguel Valenzuela dijo...

Esta entrada se merece una presentación propia y una charla-debate posterior.

Gory dijo...

Maravillosa entrada, una de esas entradas que nunca podría hacer yo....

Te veo futuro como escritor, asi que a parte de profesor dedícate a escribir.

El ser humano es frágil sí, pero unos más que otros y precisamente la fragilidad de algunas personas es lo que hace de éstas personas especiales.

 

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