martes, 13 de diciembre de 2011
Día. Noche. Día. Noche. De vez en cuando sonríes porque no sabes dónde estás, solo que ya es de noche (o de día). Día. Noche. Día. Noche. Autobús. Día. Noche. Día. Noche. Risas. Hacer todo lo posible porque haya risas, y alegren el día a alguien. Día. Noche. Día. Noche. Salir de fiesta aunque no quieras, motivar a todos para que salgan y se olviden de cada problema. Que son muchos. Día. Noche. Día. Noche. Intenta detenerte un momento en este tobogán y recuerda que estás disfrutando, que luego lo echarás de menos. Día. Noche. Día. Noche. Echarás de menos su caminar, su malhumor, su risa y su pierna encima de ti. Día. Noche. Día. Noche. Añorarás las horas perdidas en el sofá, las manos frías en el lavadero, los trabajos que se borran cuando están a punto de acabarse. Día. Noche. Día. Noche. Este es un gran momento, como cada segundo de tu vida; solo tienes que vivirlo. Día. Noche. Día. Noche. Tienes que acercarte y decirle que la quieres. Debes levantarte mañana y pedirle perdón. No hay más remedio que mirar el pasado, avergonzarte de ti mismo y saltar. Saltar bien alto porque puedes y te lo mereces, porque no hay nadie mejor que tú. Día. Noche. Día. Noche. Piensas que quieres muchas cosas, que estás hablando de mil cosas a la vez, que nadie te puede entender. Día. Noche. Día. Noche. Tienes razón.
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