miércoles, 23 de abril de 2014

Todo son fechas y lugares, personas y risas que ya ni siquiera suenan. Frases que te acariciaban en noches frías, palomitas y arañazos de cachorro en tu pierna. Hubo un día que te prometiste dirigir un pequeño mundo. Otra semana te exiliabas a la última dictadura de Europa para probar tus músculos. Te quedarías en el estanque una mañana más, una vida más. Vomitar, plantar zapatillas en el campo, luchar contra la policía, el estado y la superestructura. 15 o 31, todos los labios son apetecibles, mordibles. Salí de casa y fui a la calle, à rúa. Las personas que amé han perdido su cara, hasta su voz. Algún gesto ainda fica en un rincón do minho coração. Te emocionas con lo rohirrim y las pisadas sobre la gravilla. Ya no crees en la justicia, la política ni ningún tipo de parlamento, sea humana, divino o canino. Qué coño, todos somos perros con nuestro collar, buscando una correa que nos lleve por donde queramos. O que nos diga qué queremos. Ya no creo en hombres ni perros, solo gatos. Porque no los entiendo, igual que no comprendo la vida. Pero me gusta caminar por ella como el gato que se estira presumido, o tan pronto se duerme panza arriba en un escalón al sol. Nunca ha habido un camino, nunca lo habrá; solo compases que llenar con arpegios de guitarra.

1 burradas:

Anónimo dijo...

"He vivido, he colmado el camino que la suerte me ha trazado" (Diodoro, filósofo epicúreo).

 

Copyright 2010 Archivo de las pequeñas cosas.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.