domingo, septiembre 16, 2012

Correr o pasear. Triunfar o disfrutar de la derrota. No se trata de llegar primero ni de saber llegar, sino de tener una línea de meta. Siempre he crecido pensando que el segundo es el primero que pierde, que hay que llegar lejos y brillar. Quienes adoran la mediocridad son perdedores cobardes, que no asumen su condición. La sociedad moderna ha brindado tantas excusas para blindar el miedo que cualquier ciudadano puede doctorarse en retórica. Si no cumples con tu meta, eres un perdedor. Si no tienes meta, eres el doble de perdedor. Si aceptas todo lo que venga porque crees que será bueno, sea lo que sea, eres el mayor perdedor. Si eres un vencedor para la sociedad, cumpliendo con todos sus requisitos, estarás muerto por dentro. No tienes que vivir la vida de los demás, pero la tuya empieza donde termina la suya. Con una frontera borrosa, imposible decidir si quieres algo o si han conseguido que lo quieras. Desde siempre, elegir ha sido perder; quiero algo y lo contrario. Tratemos de no elegir y simplemente vivir. Pero la ironía, una vez más, siempre está ahí.

Tutor: Guy Debord.

miércoles, agosto 22, 2012

Deja al perro en paz, ¿no ves que no quiere salir en la foto contigo? Si realmente estás taaaaaan a gusto con él, no pierdas tiempo en ir a buscar la cámara y tomar treinta y siete (no tan) instantáneas de vuestro intenso amor. Estoy harto de que utilices las redes sociales como una plataforma para crear una vida feliz y placentera, que nos haga a los demás odiarnos por dentro y acabar odiando cualquier muestra pública de afecto. No nos inundes con fotografías de cada noche de sábado en que acorralas a tus amigas para una foto, porque sus fotos hablan por ellas. Bueno, y la tuya, porque en tus ojos se puede leer el miedo más absoluto a perderlas, a perder todo aquello que te hace sentir bien y quedarte sola. Desprendes un tufillo a psicópata que convierte en artificiales todas tus relaciones, toda tu vida. Atas cualquier elemento de tu vida con un férreo sedal de desesperación y pánico para que no se vayan. Si realmente quieres a un pájaro, déjalo volar y que sea libre. Que vuelva a ti cuando él desee y no cuando tú se lo exijas, tirando de su correa. Si quieres que te queramos, quiérenos fuera de ti y no como un apéndice. Quiérenos en la vida real y no en tu cabeza.

miércoles, agosto 08, 2012

Gifs de catos. Piropos revenidos. Pullas con terciopelo azul. Todo lo voy apilando en torno a tu efigie, como una tribu con su tótem o un niño con el peluche que es el héroe. Los demás visten como les dicen frías revistas de moda a través de mujeres uniformes. Tú eres distinta y mejor, no lo pienses más. Siempre quise arroparte, abrazarte, cogerte en brazos y llevarte lejos de la civilización, de las aceras con colillas y espaldas empapadas en rencor. El sol de tu mirada te delata desde el primer segundo, aunque pueden pasar años sin descubrir que esa luz proviene de ti. Eres tan diferente, tan tímida, tan asustada que podrías dejarte pisotear. Pero solo porque sientes que los demás necesitan hacerlo y, por tanto, te sacrificarías hasta por los que no conoces. Las demás siempre serán perfectas pero tú eres Victoria Komova, una mirada entre frías puntuaciones y amenazadoras pruebas. El único punto de luz en medio de la agresividad. Citius altius fortius vs humillar al rival. El arte hecho movimiento, ya sea en Londres o en Zaragoza, en la gimnasia o en la jungla diaria. Contigo, el deporte es vida y la vida son unos ojos verdes, siempre abrazando, siempre dando cariño sin pedir nada a cambio.

miércoles, julio 25, 2012

Una pelota de baloncesto. 
Un amigo fiel, que nada pide y nada ofrece.
La sonrisa grabada, la piel arisca
pero llena de aire y de pasión.
Sí, pasión,
la sientes cuando la coges
con tus manos y te lanzas con ella
al vacío.
3 puntos.
La red vibra. La pelota cae.

Ese mundo comprimido
solo tiene sentido
sentado en tu mimo,
palpitando contigo
y perdiéndose en ese río
que son tus ojos.

Siempre otros.
Siempre fríos.

La pelota aprendió francés, se puso a dieta.
Amó a Woody Allen y a Tarantino.
Lentillas, camisa y moto.
Encarnó tus sueños.

Solo recibió una sonrisa.
Pregrabada.
Arisca.
Falsa.

Lo abandonó todo y volvió a ser la de siempre.
Nunca tendrá lo que quiere
pero al menos disfruta con lo que siente:
tu mano sobre su vientre,
el calor que calma la nieve
aunque nunca detendrá la ventisca.

lunes, julio 16, 2012

Hay veces en la vida que tienes que hablar, que toca hacerlo y debes hacerlo. Aunque todo se haya dicho, aunque las palabras no describan nada, tienes que intentarlo. Tienes que hacerlo una vez más, tienes que arrodillarte y sangrar cada palabra para poder empezar de nuevo. Nunca aportas nada, tienes que pedir perdón por no estar a la altura pero da igual porque ella ve más allá. La única que sonreía de verdad. La única que reunía a los demás como un sol, como el centro de gravedad que todos consideramos alguna vez perdido. La que me enseñó a abrazar y a amar de verdad. La que me sigue abrazando todas las noches cuando me voy a dormir como lo hacía 10 años atrás, cuando permanecía sentada a mi lado, vigilando mi sueño. La que corría a salvarme cada vez que el mal me rodeaba, cada vez que no podía seguir adelante, que el mundo me superaba. La que más celebraba mis victorias, capeaba mis manías y salvaba mis errores. Ninguno somos santos pero ella fue la persona que más cerca va a estarlo jamás. El tiempo corre, la jardinería es un arte que da sus frutos pero nunca tan buenos como prometían. El futuro siempre es más negro de lo que pensamos, precisamente porque la oscuridad sale de nosotros mismos, pero menos mal que siempre tendremos un buen farol a mano. Si sigo luchando, si sigo escalando, es por ella y gracias a ella. Si algo bueno tengo, le perteneció a ella. Todos los piropos son para esa mujer, igual que las sonrisas o las palmadas en la espalda. Porque aunque yo hable, ella es quien expulsa el aire. Aunque yo sostenga, ella flexiona las piernas. Aunque sea yo quien abrace y salte, es ella quien siente y quien pone el corazón. El tiempo vuela y mañana todos habremos muerto. Solo somos nuestra historia, lo que los demás conozcan de nosotros. Ella no está pero su historia ya es eterna.
 

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