lunes, febrero 03, 2014
Cuando corres contra el camino, contra tus piernas y tus pulmones, ganar significa nada. La vida no tiene fin, solo venas donde inyectar antiaburrimiento. Ordenar cajones, listas, luego un gesto. La voz grave llegará cuando ya no llores en las librerías. Miro la edad, las entrañas; no hay alma ni sentimiento. Sensaciones que acarician la epidermis mientras ella respira agitada acostada. Seguir cuando has llegado ya en el 0:42. Eliminar y salir del grupo. Pastiche como única respuesta a una sociedad que carece de nombre, que solo sitúa un punto de huida y se define en negativo. post y nunca proto. Tocar la guitarra para que te impresionen. Cultivar un árbol para olvidarlo. Recorres la web en busca de un hermano que haya dicho las palabras que tú nunca pensarás. La metafísica nunca avanza. Werther sigue presente, en cartas, plazas y perfiles. Todo es por amor; poco a los demás, mucho a uno mismo. A los miedos de uno mismo. Guitarras que se alzan como leds rebeldes en un anuncio de Klein. Basar nuestra rebelión por los últimos libros comprados. Seguiremos analizando posters, construyendo masculinidades y analizando legitimidades para comprar una bolsa más de maría. Generaciones después, aún soñamos con bailar en el desierto, solo para encontrar sentido a quitarnos la ropa.
sábado, enero 25, 2014
Tres ciudades.
Once apodos. Todos buenos.
Cinco risas.
Tres continentes. ¿Tres y medio?
Doce lenguas.
27 diplomas.
Cuatro idiomas y una esperanza.
1.128 libros (¿Dónde situar un inicio?)
Dos instrumentos.
Un dios.
Más suspiros de los que debería recordar.
23 años.
Tres padres.
Cinco hermanos.
Dos sobrinos.
295 Muchos amigos. Muy buenos.
Ocho pliegues.
128 gigas. Y creciendo.
Catorce galletas.
Cuatro yoes. Siempre reconstruyéndose.
Una sonrisa. No un número, sino un determinante.
Una determinación.
Once apodos. Todos buenos.
Cinco risas.
Tres continentes. ¿Tres y medio?
Doce lenguas.
27 diplomas.
Cuatro idiomas y una esperanza.
1.128 libros (¿Dónde situar un inicio?)
Dos instrumentos.
Un dios.
Más suspiros de los que debería recordar.
23 años.
Tres padres.
Cinco hermanos.
Dos sobrinos.
Ocho pliegues.
128 gigas. Y creciendo.
Catorce galletas.
Cuatro yoes. Siempre reconstruyéndose.
Una sonrisa. No un número, sino un determinante.
Una determinación.
sábado, enero 11, 2014
Hemos confundido lo cálido con lo caliente, la risa con la sonrisa, la felicidad con el placer. Vivimos en lo cómodo porque creemos que logramos lo que queríamos. Si ese es el caso, vivo tranquilo porque es mi sueño, ¿no? Pero nunca he luchado de verdad por mis sueños. He inventado que mis sueños estaban lejos y requerían de años de sacrificio, años de hacer cosas que no quería directamente. Pero cuando mi sueño se volvía físico, cuando su pelo me atrapaba y me moría por besar sus labios, entonces me amparé en que ese no era mi sueño y debía dejarlo volar. Volar con otro. Porque yo sería feliz viendo a gente volar. Ese camino me lleva directo al banco de migas esparcidas y sentimientos masticados durante años, sin tragarlos ni escupirlos. Una vida en la escuela, enseñando a volar a una generación tras otra. Enseñando a volar, aunque yo nunca aprendí a sentir. Los miro aletear desde el umbral, sonriendo al verlos renquear y ¿feliz? de seguir con los pies en la escuela, sin necesidad de poner a prueba mis alas atrofiadas. Y cuando no sonrío, me enfrío hasta percibir el calor que flota alrededor, el único calor capaz de hacerme sentir feliz.
lunes, enero 06, 2014
No existe el presente, solo el pasado.
No te esfuerces por vivir el presente,
no lo rozarás por mucho que te esfuerces.
No creas a los que hablan de futuro,
no es sino un gnomo que se cuelga de ti.
No se sube a tus espaldas y ve más allá,
no.
No te traerá risa sino llanto y rechinar de dientes.
No, solo existe el pasado.
No vivas pensando en lo que haces,
no te servirá de nada porque ya lo has hecho.
Vive para crear un buen pasado
porque será tu único apoyo entre la bruma
de presente y sueño, de gusanos y agua.
No te esfuerces por vivir el presente,
no lo rozarás por mucho que te esfuerces.
No creas a los que hablan de futuro,
no es sino un gnomo que se cuelga de ti.
No se sube a tus espaldas y ve más allá,
no.
No te traerá risa sino llanto y rechinar de dientes.
No, solo existe el pasado.
No vivas pensando en lo que haces,
no te servirá de nada porque ya lo has hecho.
Vive para crear un buen pasado
porque será tu único apoyo entre la bruma
de presente y sueño, de gusanos y agua.
jueves, enero 02, 2014
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