domingo, 16 de febrero de 2014

Mal momento cuando nos conocemos no como la gran cura sino parte de la enfermedad. En mi cabeza no hay una manzana: solo yo. El conocimiento situado solo me lleva a hablar de mí, pensar en mí, creer en mi realidad. Otros no se alejan; tú les espantas. Las plantas carnívoras no devoran; tú las alimentas. Te acercas a ayudarlo, le prestas tu hombro y te enorgulleces de la estampa que formáis. Pero solo le clavas la rodilla en los huevos, le echas el aliento en la cara y le escupes. Deja de preguntar qué tal están los demás, pensando que puedes ayudarles, y empieza a pedir ayuda porque uno no puede abarcarse a sí mismo. Aprende a hacer algo bien, una afición que no dure solo un verano. Nadie se va a fijar en ti, nadie recopila tu vida para escribir una novela. Asúmelo, esto es la vida real y no tu vida.

1 burradas:

Anónimo dijo...

¡Pedir ayuda!, nos cuesta solo pensarlo, así que mejor acolchamos nuestro alrededor, por sí nos damos contra las paredes. Y no creas, cualquier día aparecemos muertos y alguien escribe sobre nosotros (aunque sea la necrológica)... Por sí acaso sigue escribiendo, crazy.
Igual alguno escribe su "Lobo Estepario" sólo a fuerza de intentarlo.

 

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