miércoles, 11 de junio de 2014

Mira, voy a permitir muchas cosas menos que digas que mi vida es aburrida. Primero, no tienes ni puta idea de mi vida. Segundo, cuando madures y dejes de lamentar todo lo que eres, solo entonces podremos hablar de igual a igual (aunque ni aun así podrás evaluar mi vida). Si soy lo que soy es porque quiero ser así, con unos pocos defectos que deberé seguir corrigiendo hasta que me muera centenario. Pero no pasa día sin que ría a carcajadas, sin que me emocione, tiemble o me sienta maravilloso. En poco más de veinte años he tenido más epifanías que tú en veinte vidas. Me he sentido en conexión con el mundo hasta el punto de querer tirarme al suelo para estar más cerca de mí mismo. Me he sentido tan vivo que he gritado, he llorado con las manos en la cabeza porque no podía imaginar una sola célula de mi cuerpo sin sonreír. Así que porque no cumpla con tus estereotipos cuadriculados de lo que tiene que ser guay, no me critiques. Vivo la vida que quiero vivir y no la que nos venden. Construyo mi cuerpo sobre mí, dejo que sea un organismo libre y viva conmigo, y aun así sigue siendo más atractivo que el tuyo, cincelado por artificios que te cuestan dinero y sufrimiento. Igual quien no está disfrutando de la vida todo lo que debiera no soy yo, aunque necesite refugiarme a veces a la sombra o en un libro, mientras tú recorres el soleado desierto buscando alguien con quien compartir tu vida, alguien que le dé sentido a tus días. Y no te das cuenta de que el único sentido eres tú. Y nunca lo verás hasta que no te sientas en la sombra y te sonrías a ti mismo, sin necesidad de hacerte una foto.

1 burradas:

Anónimo dijo...

Nunca deberíamos juzgar a nadie, sencillamente porque no somos esa persona ni sus circunstancias.
Reír... ¡Mano de santo¡.
Todos necesitamos un refugio. Todos estamos conectados, al fin.

 

Copyright 2010 Archivo de las pequeñas cosas.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.