viernes, 25 de enero de 2008

Después del lirismo de mis últimas intervenciones, quiero hablaros de la vida real (bueno, la que llamamos real) y de lo que la mueve. Es asombroso cómo ciertas imágenes, ciertas acciones, sobrepasan su propio sentido y adquieren una nueva dimensión. Es el caso, por ejemplo, de las connotaciones de la luna para Lorca, o de la fuente para Machado. Sin embargo, eso también ocurre con cosas "normales", bueno quiero decir que nos pasa a los mortales. Para mí, ese algo es el concierto de música de mi instituto. Desde 3º de la ESO he gastado la mayor parte de mis recreos en subir al aula de música para tocar los xilófonos, y me ha encantado. Era una ocasión para bromear con los amigos mientras tocas un instrumento y gozas de la música. Sin embargo, el año pasado dejo de ser un simple concierto para ser algo más. La profesora que nos ayudaba (y que nos reclutaba) en el concierto, Juani, murió, y el instituto enteró calló. Durante una semana, la gente languidecía en los pasillos, en las clases, después de recibir un mazazo como ese. Sin embargo, los "músicos" no callamos, y guardando nuestras lágrimas seguimos tocando, y llegamos hasta final de curso. En ese final de curso se organizó un especial en memoria de Juani, en el que hubo numerosos conciertos. Acudieron tenores, pianistas y muchos más a su llamada, y como no, también fuimos nosotros. Ahora mismo unas tímidas lágrimas asoman a mis ojos cuando recuerdo el público callado, con el respirar entrecortado por el llanto, y yo mismo era uno de ellos. Cuando subimos al escenario, nos miramos los unos a los otros. No necesitamos de nadie que nos indicara el pulso, que nos diera la entrada, porque ella estaba allí. Parecía que en cualquier momento iba a aparecer allí, con su amenazante baqueta, para guiarnos. Lo hicimos lo mejor que pudimos, sin rendirnos a la emoción, porque estábamos allí por ella. Tantos malos ratos, tantas tensiones producidas en los ensayos dieron su fruto, y ese era. El año anterior viajamos a Vic-en-Bigorre, y allí la gente daba palmas al ritmo del Toreador y enloquecía con La Habanera de Carmen, de Bizet. Todos recordamos aquella actuación con orgullo, pero recordamos esta con admiración. Cómo unos chavales sacaron adelante el concierto, nadie lo sabe, pero ahí están los hechos. Nunca olvidaré a Ester, una de las pocas que sabían algo de música, diciendo: Juani siempre dijo que erais sus chicos, pero también los míos. Ahora mismo lloro viéndola delante mío, llorando, pero feliz. Los hijos que Juani dejó nos felicitaron, y nosotros lloramos aún más. Llegó el siguiente curso, y con él la sombra de la Selectividad. Muchos se fueron, por miedo, y los que quedamos no supimos qué hacer. Hasta ayer, no habría más concierto. Los que me conocen saben que ayer no era persona, que me perdía en el infinito, pero era por el concierto. No podía concebir que algo así se perdiera, que la voz de Juani se perdiera. Sin embargo, algo ha cambiado. Hemos luchado, hemos revuelto cielo y tierra (una más que nadie) y hoy, después de mucho tiempo, ha vuelto ha escucharse a Juani en su reino, diciendo "no lleváis el pulso", o ese "os habéis equivocado de nota". Hoy he sentido que todo tenía sentido, que merecía la pena luchar. No sé que pasará el año que viene, cuando algunos nos vayamos. Sólo que algunos pocos, los niños de Juani, seguirán luchando para que la música no sea relegada a fríos libros de texto. La música seguirá siendo notas cortadas mientras nos comemos el bocadillo, bromas con las baquetas y chistes matutinos. Sé que Juani está orgullosa de sus chicos, aunque uno de ellos no pueda ni leer lo que escribe por culpa de las malditas lágrimas. Os deseo que haya música en vuestra vida, aunque sólo sea el latir de quien amáis. Allá donde estés, te mando un fuerte abrazo, hermano o hermana.

2 burradas:

Iván dijo...

Jo. Me has conseguido emocionar con la entrada. Espero que no dejes de tocar nunca. Descubrir que te gusta algo, y encima saber que lucharás por ello, es muy difícil. Y ya que lo has hecho debes de seguir adelante. Por ti. Y por tu profesora.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Hola
John , muy triste lo de la muerte de tu amigo,:(
Sí tienes razón cada música melodia canción nos lleva a ese acontecer a ese pensar a esa nostalgia a ese recuerdo, que bien que toques y hagues música te felicito¡¡¡
te mando un abrazote fuerte ¡¡¡¡

 

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