domingo, 14 de febrero de 2010
Mis ojos se cierran poco a poco, los párpados pesan, pero me fuerzo a seguir aquí. Necesito arrebatar horas al sueño, a la muerte, y ver que sigues ahí. Trato de inventar metáforas, de buscar símbolos y figuras bellas, pero no las encuentro. Presento la belleza desnuda, eres tú. No puedo intentar vestirla de palabras porque sería atentar contra la moral, nadie debería nunca callarte, mentirte o robarte. Tú eres el fin en tí mismo, la música que escucho en miles de canciones. Recompongo mis pensamientos, escucho mis sentimientos, y trato de verte como arte, pero no puedo; te he estrechado demasiadas veces en mis brazos. Me he esforzado por que cada poro, cada curva de tu cuerpo recuerde mis dedos, recuerde mi amor por ti, recuerde las teclas del piano que he construido, recuerde que vivirás siempre en mí. Los árboles desnudos, las hojas golpeando mi cara, todo eso no importa, porque tengo tu rostro grabado en mi memoria, y me resisto a dejarlo ir. Me resisto a dejar que seas una rama más, pudiendo ser el tronco.
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1 burradas:
No podía permitir que esta entrada se quedara sin su burrada...
Dichosa aquella que llegue a ser tan solo una hoja de ese árbol. ¡¡Eres muy grande!!
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