viernes, 5 de febrero de 2010
Odio a las hormigas. Me parecen el animal más estúpido, sus patas largas se mueven como brazos estúpidos que jalean a un cantante drogadicto. Caminan siempre en fila, unas detrás de otras, aducen que así llegan más lejos, que así se aprovechan de sus conocimientos. ¡Mentira! Lo único que hacen es pisar su mierda, tragarse sus mentiras. Degustan vómito en copa de plata, paladean sangre seropositiva, todo pensando que es la esencia del ser, cuando todos sabemos que la esencia no existe, que la importamos. Todo lo importamos, nada creamos. No somos capaces ni de hablar en español, porque parecemos ignorantes; el inglés es cool y acortar palabras mola. Míranos, todos consumimos lo mismo, todo es evaluable, todo es seriado, todo es igual. Incluso amar y odiar son conceptos que son iguales para todos, con una serie de normas: no puedes amar a tu hermana, no puedes odiar sin motivo. ¿Y quién cojones me lo impone? ¿Quién es el que define cómo tenemos que ser? Nunca lo sabremos, porque no queremos, pero los únicos responsables somos nosotros. Nosotros somos la mierda, pensando que somos la hierba. Nosotros contaminamos nuestra sangre, pensando que aspiramos a ser reyes. Nosotros nos contenemos, no gritamos, no pegamos, porque pensamos que así solo nos haríamos daño a nosotros mismos. Y sí, al pegar un puñetazo te duele la mano. Pero al otro le faltan varios dientes.
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5 burradas:
Vale que tengas un mal día, pero ni odies sin motivo ni te incluyas entre las hormigas que siguen la fila. Por lo demás totalmente de acuerdo.
me encantó, claro y contundente!
yo también odio a las hormigas, aunque a veces pueda parecer una.
No hagas caso a Mig, tienes motivos para odiarlas.
Yo no he dicho eso, he dicho que no odie sin motivo. Puede que haya razones por las que odiar a las hormigas.
A mi no me gustan tampoco... aunque hay que reconocer que apañadas son un rato... siempre me hace gracia verlas arrastrar comida que es cuatro veces más grande que ella...
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