miércoles, 28 de octubre de 2009
Si la palabra existiera, estoy seguro de que sería un hombre. La palabra es un significado detrás de un conjunto de signos, un ideal escondido tras capas de sinsentido. La palabra no es como la música, no es un arte que entre y se quede, sino que tienes que ir a su encuentro, tienes que correr bajo la tormenta y jugarte la vida para encontrar solo una coma. La palabra no es una rosa que crezca bajo mimos, es una espina que sale del alma cuando menos se desea, un dolor que a bases de noches en vela y pensamientos indeseados se transforma en algo que podría pasar por real. Pero si hay algo que posee la palabra, eso es una finalidad: la palabra busca comprender y ser comprendido, intenta ser un puente entre almas y sentimientos. A veces la palabra se pierde en vericuetos innecesarios, demasiadas discusiones sobre si esto es nexo o enlace, pero siempre, si rascas bajo la superficie, encontrarás el brillo de la razón, pero también del sentimiento. Ni tan desbordante como la música, ni tan cuadriculado como las matemáticas, así es la literatura. Un pobre juego en el que no buscamos encontrar fama ni dinero, ni siquiera lectores, sino a nosotros mismos. Después de un año y medio no sé si he visto más allá de mi nariz, pero he descubierto grandes palabras, que hoy cumplen años. Felicidades, esta entrada es para ti.
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2 burradas:
¿Se puede saber a qué viene la etiqueta "moderno"?
Llevo visitando tu blog cada cinco minutos aproximadamente desde las 12 y hace escasos 10 ha aparecido tu dichosa y bendita entrada. Somos tipos duros y, desde luego, a todos les diré que menuda mariconada te has marcado. Probablemente mañana te espere a la salida para pegarte y reivindicar mi heterosexualidad. Pero, poniéndome serio dentro de la broma, si en algún momento de la mañana me acerco a reventarte la cara y nos enzarzamos en una pelea, buscaré, en el disimulo y el vaivén de la refriega, un abrazo, estrujarte bien fuerte contra mi pecho, decirte que no eres un coso y que, si fuera mujer u homosexual, te dejaría seco; que te cedo, si lo deseas, a mi hermana en matrimonio para que la desposes y la hagas feliz.
Esquivando tu gancho de derechas y tras propinarte el típico codazo en la boca del estómago, te abrazaría. Muy, muy fuerte, te haría daño; pensarías que menudo pavo después de ver que te sigo abrazando tras un tiempo prudencial de cortesía o al escucharme respirar honda y tranquilamente en tu hombro como un idiota. Me dejaría caer en tu hombro mientras dejo la mente en blanco para tratar de, simplemente, disfrutar; retener el tiempo, guardar para siempre esa conexión, unión superficial, tan necesaria a veces cuando te une a alguien un vínculo tan profundo.
¿Sabes qué es lo mejor de todo? Que te abrazaré y haré el homosexual y el imbécil y tú lo harás más y, entre las risas y la complicidad, sabrás que me comporto así debido a mi cariño: que mis abrazos y mi bromas no serán sino un enorme "gracias", un colosal "eres el mejor, te quiero, tío, voy a llorar".
No tengo mejores palabras que estas, Santi, ya sabes el rollo ese de "nunca sabrás cuánto te lo agradezco porque las palabras son unas cabronas que patatín patatán" que siempre te suelto. Pero, en serio, sabes que estoy emocionado, sabes que me ha llegado dentro, que no te firmo por firmar, necesito unir de alguna forma, en este momento - ya que estás durmiendo - mis sentimientos y tu alma. Gracias, gracias, gracias.
Es que no sirven las palabras, S. Te estrujaré, te estrujaré bien fuerte, contra mi pecho, para que estés bien cerca; que sea el corazón quien hable entonces y que tú lo escuches. Un abrazo.
No sé quién de los dos está peor. Santi, siempre me sorprendes con escritos que, a priori no tienen ningún sentido, pero que después de leerlos varias veces (¿ebrio?)comienzan a cobrar forma. Forma indeterminada, indescriptible diría yo. "Una forma", al fin y al cabo, Pavarotti también estaba en forma. Forma redondeada, pero "una forma". Sí, me sorprende. Tan pronto hablas de mariposas y florecillas (metafóricamente hablando, o al menos eso quiero creer), como de muerte, destrucción, entrañas y dolor. Es como si Tarantino se mezclara con... con... con Vivaldi, o "Mujercitas". Es ciertamente confuso; he llegado a pensar que eras bipolar. Pero entonces me he dicho, ¿si tiene dos personalidades, qué hace con las otras seis? Simplemente asombroso, y que sea la interpretación personal la que deduzca si ese epíteto expresa connotaciones positivas o negativas.
Respecto a Mig, ¿qué voy a decir? Quizá es que le entró la modorra al escribir en la madrugada del día de su cumpleaños (felicidades, tío; ya somos dos). Pero dejar colgado un comentario digno de ser denominado por los "modernos" como "post", depositado previamente en un "blog" que da vueltas por la "net"... Eso es digno de mención. No sé si al premio Nobel o al Darwin, pero mención al fin y al cabo. ¿Qué tipo de mención? No sé. Esto... forma de mención. Yo no estoy tan loca como para estrujar a nadie contra mi pecho, pero he de reconocer que los dos sois buenos. Muy buenos. Si queréis discernir cuál es mejor, no os cortéis y luchad para mi diversión. Y si pensáis en matarme después de estas palabras (algo bastante habitual en la gente que me conoce... y en la que no), conteneos un poco. Al menos, reflexionad sobre lo anterior y escuchad "Concierto de Mpkstroff". Puede ser, y con esto quiero decir que es posible, que entendáis muchas cosas. Después consultad el diccionario de la RAE. También entenderéis muchas cosas. Pero sobre todo, recordad que si estáis deprimidos y la vida os ahoga, lo mejor y más recomendado... es probar con la droga.
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