viernes, 7 de septiembre de 2007

Cuando Cristo murió en la cruz, hubo señales que proclamaron su muerte a los 4 vientos. El día 6 murió Luciano Pavarotti, una de las mejore voces que he tenido la oportunidad de disfrutar, y el mundo entero ha formado parte de los funerales. Cada mujer era una plañidera; cada niño, un huérfano. Y la verdad es que todos nos hemos quedado huérfanos, como se ha dicho en casi todos los medios de comunicación. También han dicho de él que era una gran persona y que ayudó a popularizar el bel canto, pero no han dicho cómo su música ha ayudado a miles de personas. El efecto de la música es conocido por todos; aunque no sirva para amansar a las fieras, sí que te apoya en momentos en los que estás mal. Aunque no llegué a conocer a Pavarotti, sí que he conocido, y ha dialogado con muchos profesores y amantes de la música, y todos responden lo mismo: la música no es un arte, es la vida. Al igual que la literatura, la música no es algo que crece en los árboles y se coge cuando se quiere. Sólo para dominar un instrumento hace falta mucha dedicación, pero los resultados son realmente impagables. Cuando sostienes en tus manos el instrumento que sea, y consigues emitir la melodía más sencilla, te sientes mejor, como aquel que te escucha y reconoce tu esfuerzo y tu alegría. No creo que Pavarotti quisiera ser recordado sólo como un cantante, sino más como una amante y un empleado del ritmo de la vida, ese sonido que puedes oír en el viento si prestas atención. Ser músico no es cantar o tocar un instrumento; ser músico es llevar la música dentro de tu corazón, y que los compases invadan tu vida cotidiana. Sé que no he hablado casi de Pavarotti, pero todo lo que yo diga se quedará corto para una de las mejores voces de la historia. Este post no va dedicado sólo para él, sino para todos los músicos que hay en el mundo, y en especial a la mujer que me enseñó todo esto, que hizo que la música formara parte de mi vida. Este post, y cada nota que toco va por ti, Juani.
Me gustaría dejaros alguna interpretación soberbia de Pavarotti, pero todas que descubro lo son. Sólo tenéis que teclear Pavarotti en cualquier buscador, y veréis las dimensiones que adquieren unas líneas y unos puntos cuando se interpretan correctamente. Un saludo, amigos.

1 burradas:

Jorge Luis Gonano dijo...

Cietamente se fue un grande, y el mundo llora al poeta de la opera, pero nos queda la emocion de su voz, de su tono, de su candor. Un abrazo.

 

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