lunes, 6 de agosto de 2007

No llevo casi escribiendo este blog y casi estoy por dejarlo. Sé que nadie leerá esto, pero aún así quería publicitarlo un poco, que pareciese que por lo menos intento atraer a alguien. Me pongo a buscar algo, y encuentro un blog con una serie de consejos para atraer a alguien a mi blog para comérmelo después. Pues bien, hago amistad con el come-gatos, empiezo a leer y pienso bien, vale, a por ellos tigre, y todo ese rollo. Voy cumpliendo esos pasos hasta que me encuentro con 3 letras que han cambiado mi vida: RSS. Como Caperucita Roja antes de conocer al lobo feroz, busco inocentemente en Google esas siglas, ahora más temidas por mí que CIA o Mossad, y me dispongo a crear una cosa de esas para mi blog, aunque hubieran sido más útil unos huevos fritos. Después de media hora leyendo una sola línea, mi garganta reseca de emitir tantas injurias lanza un rotundo ¡A cascala!, cierro el puto (euro pa' la fundación Gomaespuma) internet explorer, añoro los tiempos de la plumilla y el papel reseco y echo un buscaminas. Más calmado, me meto en el blog para desahogarme, aunque si ya esto le evitara un problema a un mono del Amazonas profundo sería fenomenal. Bueno, ya vale de largar que si no me cierran mi casa.
 

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