viernes, 24 de agosto de 2007

Sé que con este blog quizás pierda a mi lector (pobre, se equivocó de blog y ya fue demasiado tarde), pero es mi blog, al fin y al cabo. Ayer leí mientras esperaba en la peluquería (rectifico: mientras esperaba al asesino del buen gusto) un artículo del siempre recomendable Juan Manuel de Prada : Originalidad. En mi familia (esa hermosa institución que tanto intentan destruir) siempre hemos considerado ciertas obras como basura. Ahora bien, es innegable que este nuevo arte tan moderno tiene su origen a finales del siglo XIX, ya que con la aparición de la fotografía no se busca imitar la realidad sino aportar una nueva visión. Ahora bien, el respetable señor de Prada afirma que el germen de esta nueva forma de entender el arte reside en el Romanticismo, período que me encanta. El autor cree que al desaparecer la imitación cada uno habría barrido para su casa diciendo que lo suyo era lo mejor, pero no es así. Durante el Romanticismo, lo que desapareció fue la idea del maestro como ideal a seguir, intentando seguir su camino. Esta idea se sustituye por la creencia en el genio; se exalta la idea del yo, la importancia de lo personal y por extensión de lo único. De Prada puede extraer de esto su idea, pero desde mi punto de vista (¡viva el yo!) se equivoca. Es verdad que en el Romanticismo ya no se busca la imitación, pero aun así nadie se atrevía a escribir un solo verso sin haber leído la Odisea, o dar una pincelada sin haber visto esa polémica Última cena de Leonardo da Vinci. No por haber dejado de imitar se tiene que haber perdido la noción de lo que está bien y lo que está mal; en esa época lo que creían bueno era original, sí, pero también era bueno. Ahora (sí, ahora empieza lo bueno) sí que ha pasado lo que dice el señor de Prada: cualquier patán puede colar sus obras alegando que son originales. Si alguna vez habláis con algún crítico moderno os dirá que es trasgresor, que rompe las reglas, y que provoca una reacción en el público, aunque en mi caso sean arcadas. Sin embargo, NO ES BUENO. Es sólo pura bazofia, destinada a cuatro esgarramantas que afirmarán que es soberbia la metáfora de la muerte o del sufrimiento humano. Hala, ya me he desahogado. Si a alguien le ha interesado esta chorrada, que diga algo INTERESANTE.



PS:Gracias a esas clases de Literatura de Charo, auque me mataría si se enterase de que no me gusta el arte moderno.
 

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